Serú Girán: el postconcierto

Artes y Espectaculos 02 de mayo de 2020 Por Tribuna
Por Maxi Carranza.
ARTES Serú

El paso, casi una “visita fantasma”, de Serú Girán por Río Tercero dejó anécdotas indelebles entre los privilegiados testigos de ese show en el segundo semestre (¿agosto/septiembre/octubre?) de 1981. Ya se mencionó en notas anteriores la poca concurrencia a este recital en Hot Point, estimada en no más de 250 personas, según los cálculos más generosos.

El (demolido) boliche de Uruguay 130 había visto pasar en 1981-el año de su apertura- a figuras como Gian Franco Pagliaro, Estela Raval (la visita se anunció en la portada del semanario local Crónica), Silvio Soldán con “Grandes valores de hoy y de siempre”  y hasta un desfile de modas conducido por Teté Coustarot. En este sentido, Serú Girán fue la primera contratación de un número de rock y hasta pudo no haber actuado, dadas las circunstancias en la previa del concierto. Hay que recordar que se acercaba la hora del concierto y un grupo de estudiantes secundarios -organizadores del show- no lograron juntar el total del cachet estipulado.

Tras una recordada gestión de José “Pepe” Cabanillas, alumno del colegio José Hernández,el cuarteto tocó lo mismo y cautivó a los asistentes con un performance de alto vuelo, que todavía se recuerda en la ciudad. 

 El histórico recital está por cumplir las cuatro décadas el próximo año y no hay registros fílmicos de aquella visita, salvo algunas imágenes tomadas por un fotógrafo aficionado. Para muchos, aquel espectáculo fue el más importante que tuvo el rock en Río Tercero, por la calidad de la agrupación en todo sentido. Serú Girán fue un verdadero seleccionado de músicos (Charly García-David Lebón-Oscar Moro-Pedro Aznar) que, en su arribo local, ya había logrado éxito de ventas y respuesta de los jóvenes. Además, en agosto de 1981 publicaron el disco “Peperina”,  su último trabajo en estudio durante la dictadura cívico-militar, ya que tuvieron un breve retorno en 1992 con nuevo álbum y conciertos multitudinarios.

Todo esto dicho sin desmerecer la actuación de Sui Generis a mediados de 1975, en un festival en el que tocó, León Gieco, Raúl Porchetto y la agrupación local Moctezuma (Renzo Vacotto, Adrián Von Aschenberg y Sergio Biondi). Ese también fue un recital importante para la ciudad pero Serú Girán fue un supergrupo que marcó rumbos para el rock nacional, en plena época de dictadura cívico-militar.

 Lo curioso es que Serú tuvo una experiencia similar ese mismo año, el 19 de julio de 1981, en la ciudad de San Martín, provincia de Mendoza. Otra vez, unos estudiantes de colegio secundario cometieron “la locura” de contratar a la banda con el objetivo de recaudar fondos para el viaje de egresados. Iniciativa que no terminó de la mejor manera por la poca respuesta que logró la convocatoria en un precario gimnasio de San Pedro, un barrio alejado del centro sanmartiniano.  

En ese sitio, Serú Girán tocó para 400 enfervorizados jóvenes entre los cuales estaban los organizadores, quienes pudieron juntar el cachet pautado pero quedaron debiendo por varios lados.Con respecto al viaje de estudios de los mendocinos, pasó del destino original de Brasil a uno más modesto como Mar del Plata. De lo que no quedan dudas, es que nadie les quita lo bailado y según crónicas más recientes, muy pocos les creen que hayan contratado a Serú Girán para tocar en un “barrio perdido de una ciudad perdida”.

Cualquier similitud con el caso riotercerense no es mera coincidencia porque en esos años, los alumnos secundarios se las ingeniaban como sea para juntar fondos e irse de viaje de egresados. Aunque algunas experiencias eran más arriesgadas y muy pocas contemplaban contratar al mejor grupo de rock del momento.

 Otro aspecto del espectáculo de Serú Girán en Hot Point fue que los asistentes se sentaron en la pista de baile frente al escenario a escuchar a la banda. Tampoco quiere esto significar que no estuvieran parados en algún momento pero esa actitud era común en la época. El bailar en un recital no era costumbre y se lo asociaba más a la música disco, todo lo contrario a la actitud rockera.

El baile en el género comenzó con Virus, entre otros exponentes, más entrada la década del ochenta. De hecho, como lo recuerdan algunos testimonios, Charly García se quejó varias veces de la pasividad de los espectadores que no se animaban a “soltarse”, y eso que estaban en la pista de baile del boliche.

 El año pasado Serú Girán volvió a la consideración pública porque se reeditó el LP “Grasa de las capitales” con sonido remasterizado e imágenes del arte gráfico restauradas. También se publicó, en 2019, el libro “Entre lujurias y represión” que lleva por subtítulo, “Serú Girán: la banda que lo cambió todo”, del periodista Mariano del Mazo, quien también fue consultado por Tribuna para conocer la fecha de la actuación local pero tampoco supo ubicarla. 

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