Ramiro Lezcano (47) sabe muy bien que enseñar es abrir nuevos horizontes, sonoros en este caso porque editó el material “Canciones urgentes para mi tierra”, con sus alumnos de escuelas rurales de Córdoba y Santa Fe. El álbum es doble e incluye, además de los estudiantes, a famosos de todos los géneros, quienes no dudaron en sumarse a este proyecto artístico-educativo que apunta a crear conciencia ecológica a través de canciones. La iniciativa es sin fines de lucro y es el fruto de años de trabajo con la colaboración de importantes figuras del país y de varias partes del mundo (España, Bolivia, República Dominicana, Uruguay, Chile, Colombia, México, Rumania, entre otros). 
 

Lezcano es profesor y director de coros en San Marcos Sud, localidad ubicada sobre la Ruta 9 en el sudeste cordobés, su lugar de origen en plena pampa húmeda. Su consigna es que el arte y la música en particular es una herramienta de transformación social para visualizar problemáticas ambientales. No solo es distracción o mero pasatiempo y por eso desde su labor en colegios generó esta cruzada que tomó dimensiones impensadas, como todo sueño que se transforma en realidad.

Pablo Milanés, el primero

 En sus clases de música, Ramiro Lezcano había escuchado con sus alumnos un disco de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés en vivo y hasta se animaron a componer un tema, “Juguemos en el campo”, tomando como referencia un título muy conocido de María Elena Walsh. El objetivo de la canción, cuyo estribillo dice “Juguemos en el campo mientras Monsanto no está”, fue visibilizar la situación de las escuelas rurales que padecen fumigaciones con agrotóxicos. Entonces, como quien tira una botella al mar, hicieron una pancarta con un mensaje para Pablo Milanés, “Pablo ayudanos, cantá con nosotros” y se sacaron una foto.

Después, desde la única escuela que tenía internet, enviaron la imagen y la maqueta del tema a un sitio no oficial del vocalista cubano. La gran sorpresa fue cuando se comunicó el manager del artista y prometió la participación del músico, porque a Milanés le había gustado la canción. Todo se desarrolló muy rápido y a los quince días llegó la voz grabada del cantante, uno de los fundadores de La Nueva Trova.

El puntapié inicial estaba logrado y apenas fue el primero de una serie de artistas involucrados, cuyo número se acercó a los 280 solo en la primera parte de esta producción. Citar a todos sería interminable, pero hizo que aquella solitaria composición se transformara en un disco doble, “Canciones urgentes para mi tierra” con un total de 33 temas. El material, dividido en un Disco Verde y otro Naranja, se puede escuchar en las redes y también tiene formato físico, aunque solo para promoción porque no está a la venta.

Presencia local

 El único músico local que participó del álbum doble es el guitarrista y cantante riotercerense Joaquín Mercado, de la agrupación El Viajante. El cantautor aportó su guitarra en el tema “Conciencia de amor” (letra y música Ramiro Lezcano), junto a más de 20 artistas y Coros de Niños de distintas provincias. Las voces en esta canción estuvieron repartidas entre “Rolo” Sartorio (La Beriso), “Chano” Charpentier (ex Tan Biónica), Alejandro Medina (ex Manal y Aeroblues), Débora Dixon, Jorge Durietz (Pedro y Pablo), Manuel Moretti (Estelares), Dulce Mota y Conce Soares. Un verdadero seleccionado de artistas y esto sin mencionar a los encargados de tocar los otros instrumentos. La mezcla estuvo hecha por Fernando Brizuela y la composición tiene su correspondiente ilustración en el cuadernillo del compacto.

Consultado por este medio, Lezcano recordó su vínculo con Mercado: “Él provee de instrumentos a la escuela de San Marcos Sud y más allá de su actividad comercial siempre hubo una afinidad musical y generamos una amistad. Entonces lo invité a sumarse en una de las canciones y fue un placer porque la idea no solo era invitar artistas reconocidos mediáticamente sino gente que nosotros admiramos y que son excelentes músicos. También hay muchos artistas vocacionales de mi zona que han participado” señaló el profesor de Psicología y Ciencias de la Educación.

El Gran DT

 “Fue una gran epopeya convocar a tantos artistas pero nunca perdemos la capacidad de asombro”, reflexiona Ramiro Lezcano. Casi sin querer, en el primer tema logró convocar a 25 músicos (Pablo Milanés, Miguel Cantilo, Peteco Carabajal, Suna Rocha, Mavi Díaz, Gustavo Cordera, Antonio Birabent, entre otros) para que graben ese manifiesto sonoro contra las fumigaciones con agrotóxicos. Usando las redes sociales, los encargados del proyecto contactaron estudios en Buenos Aires, quienes colaboraron voluntariamente para que graben los músicos del lugar.

A veces los invitados hacían su parte solos y en otras, Lezcano viajaba a la Capital Federal para grabar con algunos de sus ídolos, esos que tenía en los posters de su habitación: “Cuando grabé con Miguel Cantilo fue muy especial ya que mi hija se llama Catalina por la canción ‘Catalina Bahía’ de Pedro y Pablo. No solo lo respeto por su música sino por su ética artística y fue un placer juntarme con él, pasarle la parte de guitarra y charlar acerca del proyecto. También sobre Córdoba porque tiene una afinidad muy grande con la provincia”, destacó el creador de la idea.

Además, resalta el “curso intensivo de producción y logística” que tuvo que hacer al lidiar con managers, a quienes no les importaba la propuesta y eran los intermediarios con el artista. El proceso de la producción y grabación llevó cuatro años y ya está en camino el tercer álbum de esta obra conceptual para crear conciencia ambiental.

Enfoque interdisciplinario

 En el proyecto no solo se sumaron músicos de todas las latitudes sino reconocidos productores e ingenieros de sonido como Mario Breuer, Jorge “Portugués” Da Silva &Osvel Costa, Enrique “Cacho” Aiello, Amilcar Gilabert y “Tweety” González entre otros nombres consagrados. También participaron 45 ilustradores argentinos y de diferentes partes del mundo (Rocambole, el ilustrador de Los Redondos fue uno de los primeros en participar), quienes realizaron un dibujo para una canción determinada, sumando un estímulo visual al abordaje de la obra.

Con respecto a los alumnos de Lezcano, gran parte son hijos de personas vinculadas a la producción agropecuaria y por eso la idea fue crear conciencia desde los propios niños a través del arte. Sin ir más lejos, algunos de estos establecimientos rurales sufren inundaciones a consecuencia del desmonte y en otros casos ni siquiera tienen patio por la cercanía de los sembrados.

El músico y docente reconoce que se “han generado tensiones y ahí está la llave porque las canciones invitan a la reflexión. Hablan de una problemática mundial, que es el deterioro de nuestro hábitat”, señaló el sanmarquense. 

Invitados

 El proyecto tuvo a Pablo Milanés como primer invitado estelar y ahora van por otro nombre internacional de una de las bandas de rock más grandes de la historia. Lo que era una utopía fue germinando como una semilla que crece en tierra fértil. Otra gran anécdota del proyecto fue cuando estaban hablando en una clase de los discos conceptuales y comenzó a sonar en el random de la computadora el tema “El gran baile en el cielo” de Pink Floyd. Los alumnos quedaron fascinados por la interpretación de la cantante en ese tema y uno de ellos propuso invitarla al disco de “Canciones urgentes para mi tierra”.

La primera reacción de Lezcano fue decir que era ‘imposible’ pero el proyecto estaba encaminado y todo lo logrado hasta ese momento demostraba que esa palabra no figuraba en su diccionario. Le escribieron a Durga McBroom, la corista de Pink Floyd, a su cuenta de Facebook y la respuesta fue afirmativa. No solo se sumó al disco sino que contactó a su amiga Sean McLane, vocalista que supo acompañar a Mick Jagger y Bob Dylan. Apenas una de las tantas historias de esta obra que parece un guion cinematográfico, escrito desde el interior de Córdoba. Un proyecto sin antecedentes en el ámbito nacional fruto del esfuerzo colectivo y la ganas de cambiar el entorno, nada menos.