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“Massa es nuestro límite y Milei es agresivo, no nos representa”

El intendente Marcos Ferrer evaluó el resultado electoral del domingo y deslizó su prescindencia.

Locales 28/10/2023 Tribuna Tribuna
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“Algunos se sentían más cómodos con Milei que con nuestra propia candidata presidencial”

Marcos Ferrer analizó los resultados de la elección presidencial del domingo pasado y, en diálogo con TRIBUNA, opinó acerca de la posición a adoptar frente al balotaje del 19 de noviembre, que disputará la Presidencia entre el ministro de Economía Sergio Massa, ganador de la primera vuelta con el 36% de los votos, y Javier Milei quien resultó segundo con casi el 30%. El intendente dijo que Massa representa un modelo agotado, y señaló que el libertario, que debería representar un cambio, adoptó una postura muy agresiva. Habló de los errores de Juntos por el Cambio y del futuro del radicalismo que lo tienen a él como uno de los protagonistas centrales en Córdoba. La opinión del intendente se da en el marco de la posición “prescindente” o “neutral” de la UCR a nivel nacional, cuya cúpula decidió no apoyar ni a Massa ni a Milei para el balotaje, a diferencia de Patricia Bullrich que selló un acuerdo con el candidato de la Libertad Avanza a instancias del expresidente Macri, luego de salir tercera con el 23%.

-¿Cómo evalúas el resultado electoral del domingo?
   -Fue inesperado. Si bien las encuestas mostraban un posible escenario de balotaje entre Massa y Milei, nadie vio antes una diferencia de entre seis o siete puntos entre el primero y el segundo. Argentina tiene una realidad compleja que es la provincia de Buenos Aires, que tiene un impacto y un valor sobre la elección muy significativo. Y condiciona cualquier elección nacional. Es decir, 40 por ciento o más votan ahí, sumando las provincias del norte, obviamente traen un resultado como el que se vio. De todos modos no tengo porqué criticar a los electores. La gente tiene libremente la posibilidad de decidir y uno no puede cuestionar cuando pierde y felicitar cuando gana. La gente decidió y tendrá sus motivaciones. 

-¿Qué autocrítica puede hacer Juntos por el Cambio?
    -Creo que se cometieron muchos errores. Primero una interna innecesaria. Creo que nos podríamos haber puesto de acuerdo mucho antes, atravesar un proceso mucho más sano y dejar los egos de lado. Además de entender el contexto socio-político que vivía la Argentina, y que la salida era por el centro. Por eso, en su momento, apoyé a Horacio Rodríguez Larreta, porque entendía que la Argentina necesitaba moderación, que fue lo que terminó votando la gente. Y no una mirada extrema como ocurrió. Aun así hicimos el esfuerzo entre todos. Pero claramente se cometieron muchos errores y la gente lo percibió: nos vio desunidos, peleados, nos vio muy agresivos. De tener una elección ganada en 2021, a este escenario de hoy que ni siquiera estamos en el balotaje. 

“Tormenta perfecta”
-¿Y en este contexto?
   -Post PASO hubo dirigentes del PRO que se ocuparon de limar a la propia Patricia (Bullrich). Fue evidente. Algunos se sentían más cómodos con Milei que con nuestra propia candidata. Cuando pasan esas cosas la posición política se debilita y se pelea contra viento y marea. Generamos la tormenta perfecta y Milei supo interpretar el cambio que no supo interpretar Juntos por el Cambio. Lo hizo desde una postura mucho más extrema, cruzando algunos límites y aun así la gente lo ubicó como segunda opción, porque entiende que ahí está, precisamente, representado el cambio. No tuvimos una identidad clara. Es la crisis más grande que tiene Juntos por el Cambio, que hoy enfrenta un problema de representación. No sabe a quién representa. Hubo una sucesión de malas decisiones, incluso se bajó el Impuesto a las Ganancias y votamos el proyecto en contra. Una cuestión inexplicable cuando hemos sido siempre los defensores de bajar impuestos. Ahí está el resultado. (NdR: en referencia al proyecto del gobierno que impulsó cambios en el mínimo de Ganancias que fue atribuido a una iniciativa electoralista de Massa y que terminó siendo aprobado por el Congreso con el rechazo de la oposición).

-Ahora se discute la continuidad o no de Juntos por el Cambio, en función de la diferencia de criterios entre un sector del PRO y la UCR rumbo a la segunda vuelta.
   -Para que haya continuidad de Juntos por el Cambio, me parece que debe discutirse un núcleo de coincidencias básicas, para poder construir desde allí una propuesta política. Lo que no puede pasar más es que haya posturas tan antagónicas en un mismo espacio. Cuando se integra una coalición política hay que permitir el disenso, no todos deben pensar igual. Donde se juntan partidos diversos, de centro derecha, otros más vinculados a la centro izquierda, y de centro, hay que permitir la disidencia. Acá se había secuestrado el pensamiento de Juntos por el Cambio y se pretendía que todos pensáramos igual. Y la verdad es que hay dirigentes que son más dialoguistas, otros más duros. Hay que buscar un equilibrio, y para que lo haya tiene que haber un sustento ideológico. No puede ser un acuerdo solamente electoral.

-¿Cómo ves el futuro de JxC? 
   -En cuanto a lo que viene, nosotros estamos fuera del juego, fuera de la competencia como Juntos por el Cambio. Los votos son de la gente. La postura soberbia de creer que el dirigente, ya sea del PRO o del radicalismo de la CC, puede salir a decir “hay que votar a tal” y tener un impacto electoral, es muy tonto. Por más que Marcos Ferrer, para ejemplificar, diga hoy que hay a votar a tal o cual, no voy a torcer la voluntad de ningún votante. Tiene más un aporte simbólico que operativo en términos electorales.

-¿Cuál es tu posición?
-Que Massa es un límite, claramente. Forma parte de un modelo que está agotado. Si la Argentina algo votó el domingo es un cambio profundo. La mayoría votó un cambio más allá que a mí no me represente. Y Milei, que debería representar el cambio, se ha vuelto una persona sumamente agresiva. Al radicalismo lo ha atacado sistemáticamente, incluso post elecciones. Escuché un discurso moderado el domingo y pensé que se iba a abrir a convocar a todos, pero al radicalismo lo excluyó. Convocó a los que le interesan a él y se encargó de insultar sistemáticamente al radicalismo. Insultó a Alfonsín, con lo cual ha puesto un límite. Uno de los grandes autores de que Milei pueda estar hablando libremente y decir las barbaridades que dice, es Alfonsín. Fue quien garantizó la democracia en Argentina. Frente a estas dos opciones es muy difícil tomar una decisión nítida y sobre todo bajar línea. El kirchnerismo es un límite para nosotros. Tenemos diferencias muy profundas. Y Massa es el ministro de Economía del kirchnerismo. Y el otro extremo, que podría ser la alternativa no ha hecho más que atacarnos y agredirnos. Estamos en una posición difícil.
Soy una persona que piensa que el voto, en una elección ejecutiva, debe ser positivo. Es decir no votar a uno porque no queda otra, por descarte. O mejor dicho votar a uno porque estoy en contra del otro. Como yo no tengo ninguna cuestión positiva que me identifique, probablemente, cuando entre al cuarto oscuro (lo haga) pensando más en la ciudad, en la gestión y en qué le conviene a Río Tercero para los próximos cuatro años. Pero hoy no lo tengo claro. Una posición no tan vinculada al pensamiento político personal, sino al futuro de Río Tercero y que estratégicamente le sirva a la ciudad.  Creo que a la hora de analizar el voto, los vecinos deben poner a Río Tercero en el análisis. Obviamente lo que no están comprometidos con estas dos fuerzas: los que quieren un cambio votarán a Milei, que creer es un cambio peligroso, pero no puedo juzgar a nadie. 

-¿Qué cosas están en juego desde Río Tercero hacia la futura gestión nacional?
-A futuro claramente la Universidad Nacional, que es un tema delicado porque las miradas sobre la educación son muy distintas. Si bien es un tema que me preocupa, hay anticuerpos para poner un límite si se quiere avanzar contra la universidad. En este tema el radicalismo va  ser una garantía. Ningún partido político que gane tendrá mayoría para imponer algún daño a la educación pública. Y desde el punto de vista de gestión habrá que ver qué puertas se abren. Indudablemente es muy complejo ver a uno de los candidatos insultando al radicalismo todo el tiempo. Yo soy radical y pretendo que quién administre el Estado me vea como uno más, representado una ciudad. Y en Río Tercero ganó Milei y él se debe a la ciudad en el caso que sea presidente. 

-¿Cómo influye en el futuro del radicalismo cordobés? ¿Es una oportunidad más para una nueva construcción en el partido?
-Después del proceso provincial, donde el radicalismo fue el actor que más le aportó a Juntos por el Cambio, la UCR debe liderar el proceso. Si sigue JxC debe liderarlo, y si JxC deja de existir como fuerza política el radicalismo tiene que armar su propia impronta política y está en condiciones de hacerlo. Hoy tiene 21 legisladores, con una gran mayoría electos desde el interior provincial, que han ganado sus departamentos e intendentes. Con 40 puntos en la elección de la Capital que obtuvo el radicalismo en la figura de Rodrigo (de Loredo). Si hoy quisiéramos armar un proyecto de corte provincial, no tengo ninguna duda que el radicalismo es el actor más importante y tiene que liderar el proceso. Y basta de dejar pasar a otros candidatos y otros partidos políticos con candidatos. Ahora llegó el turno de la UCR para encabezar los procesos. 

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