Radio T

La sensualidad femenina en una muestra de Elva Norma Bossi de Gariglio

La artista inaugurará una exposición de pinturas el viernes 8 de setiembre, en Bártano.

Artes y Espectaculos 04/09/2023 Tribuna Tribuna
e

“Pinceladas en el tiempo” es el nombre de la muestra de Elva Norma Bossi de Gariglio, que será inaugurada desde el viernes 8 de setiembre, en Bártano -Uruguay 169-. A partir de las 19, en la confitería céntrica se podrán apreciar las obras en las que la artista reproduce figuras humanas femeninas, especialmente “bocas y ojos que expresan”, asegura.

Elva Gariglio nació el 26 de enero de 1937 en Justiniano Posse. Realizó su primaria en la escuela Fray Justo Santa María de Oro en su pueblo. A los 10 años comenzó a copiar las caricaturas y dibujos  de Divito (Guillermo Divito, dibujante y creador de la revista Rico Tipo) mujeres con colas y pechos  prominentes, como así también labios y pestañas muy voluminosas. A los 13 años, asistió como interna  a un colegio religioso. Allí aprendió bordado,  moldería textil, pintura  de lo natural y mecanografía. A los 15 años, viajaba, un día a la semana a la ciudad de Bell Ville a tomar un curso de dibujo que culminó a los 18. 

“Lo disfrutaba muchísimo. Me enseñaron a utilizar óleo, carbonilla y acuarela. El método con el que aprendí es copiar a partir de modelos. Paso a paso, vas logrando el resultado final. Un juego de luces y sombras”, cuenta la artista.

Para su aprobación, envió a Buenos Aires, a la Universidad de la Mujer, el retrato en carbonilla de la anciana cubriendo su rostro  con las manos enredadas en el rosario, entre otros. Recibió como devolución, una carta felicitándola e instándola a seguir desarrollando su destacada habilidad. 
 
A sus 19 comenzó a dar clases de dibujo en el garage de la casa de sus padres. Cuando se casó, construyeron un espacio para los encuentros con sus alumnos/as en el patio de su casa. 

A los 39 años, se mudó con su marido y sus cuatro hijas a la ciudad de Río Tercero. Siempre disfrutó y amó esta ciudad. En un lapso de 25 años abandonó sus clases de pintura para realizar costuras y así incrementar ingresos familiares.

A los 79, al fallecer su marido, Juan Gariglio, retomó lentamente su hobby. Desde entonces ha realizado un cuadro para cada una de sus cuatro hijas, 13 nietos y 13 bisnietos. Y algunos más para  amigos o hermanos. Las paredes de su casa rebalsan de cuadros, casi como una galería de arte propia. Con 86 años su proyecto es compartir sus pinturas. 

Lo más visto