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El Panal, un galpón con movida cultural para todos los gustos

El espacio destinado al arte circense y la cultura abrió sus puertas con una propuesta innovadora.

Artes y Espectaculos12/05/2018 TRIBUNA
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En los últimos años, las escuelas de circo comenzaron a ganar popularidad en todo el país. En muchos casos impulsadas por la moda de acrobacia en telas o por el reconocimiento que ganó, entre otros, el Cirque Du Soleil, chicos y chicas y hombres y mujeres de todas las edades empezaron a incursionar en un mundo que, sin embargo, para muchos sigue siendo desconocido. Esas acrobacias que durante años fueron exclusivas para familias del mundo circense, hoy están al alcance de todos en decenas de galpones y espacios culturales. Río Tercero no es la excepción. En la esquina de España e Independencia comenzó a funcionar un nuevo espacio cultural que se orienta a la cultura circense y su magia.
Griselda Flotron, coordinadora del espacio le contó a TRIBUNA cómo fue dejar su modo de vida esquematizado y rutinario para dedicarse a lo que le gusta.
"Llegué a Río Tercero desde Buenos Aires, trabajaba de administrativa en una empresa importante y al poco tiempo de que me había trasladado con mi familia acá, sentía que eso no era lo que quería hacer con mi vida", relata. Es a partir de esa inquietud de que comenzó a buscar una alternativa a su "aburrido" trabajo.
-¿Cómo fue que decidiste dejar tu trabajo para dedicarte a esto?
-Ya estaba convencida de que quería salir de las oficinas y hacer algo más. Por eso empecé en 2013 a dar clases de acrobacia en telas en el polideportivo municipal. Yo conocí la actividad en Buenos Aires y como acá nadie lo hacía, me animé y me tiré a la pileta (se ríe). Al principio tenía un grupo chico de alumnas, y solo daba clases los sábados por la tarde.
-Fue casi un trabajo de hormiga...
-Sí, la verdad que con el tiempo la gente se fue enterando y sumando a esta nueva disciplina. El primer año estuve sola dando las clases y en un solo turno, pero a partir del segundo año se sumó otra profesora y agregamos más turnos, y teníamos grupos para niños, jóvenes y adultos.
Durante cinco años se dieron clases de telas en el polideportivo, un espacio al que Griselda define como su "casa", porque fue allí donde sentó las bases para armar lo que hoy es El Panal.
-¿Cómo surgió la iniciativa de trasladarse a este nuevo espacio?
-El lugar era un galpón que mi papá y un socio usaban como taller mecánico, yo empecé de a poco a refaccionarlo y arreglarlo hasta transformarlo en lo que es hoy. Siempre tuve como objetivo o meta abrir la escuela y dar a conocer esta parte del arte que, en la ciudad, no se conoce tanto aún.
En El Panal son cinco los profesores que trabajan de manera comprometida dictando clases de diferentes disciplinas, todas orientadas al circo: acrobacia en telas, flexibilidad, integral aérea y stand up, además se sumaron clases de danza. "Hay que destacar que las clases son abiertas y mixtas, queremos romper con el prejuicio que el circo es solo para mujeres".

Próximo evento
El sábado 19 de mayo, a las 21 los alumnos del taller de stand up harán la muestra final en el anfiteatro municipal Luis Amaya.

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