El campo de la región se suma a los reclamos de la asamblea de protesta en Santa Fe

El campo vuelve a las rutas y el sector agropecuario de la zona ya manifestó que adhiere a la medida. La convocatoria fue lanzada en primer término por la Federación Agraria Argentina (FAA) y con el transcurso de los días se sumaron la Sociedad Rural, CRA y algunas filiales de Coninagro, además de los denominados "productores autoconvocados". Concretamente, el campo marchará una vez más en contra del Gobierno el próximo martes 28 de febrero y en este caso en protesta de “las pobres medidas” anunciadas por la sequía. Será además la primera que ejecutará el sector bajo la gestión de Sergio Massa como ministro de Economía.

La protesta no incluirá ningún tipo de cese de comercialización pero sí una movilización o, como se llama en el campo, un “tractorazo”, que tendrá su centro neurálgico en la autopista Rosario-Buenos Aires y ruta 90, altura Villa Constitución. Allí se esperan los discursos de los líderes de la Mesa de Enlace que esta vez tendrían como foco la sequía y el pedido de medidas de alivio para todo el sector.

Entre los reclamos puntuales del campo hacia el Gobierno se destacan: suspender el impuesto a las Ganancias, ejecuciones fiscales y bloqueo de cuentas, apremios en bancos y embargos; realizar una reforma impositiva integral y progresiva; eliminar el diferencial cambiario, establecer un plan de eliminación de derechos de exportación (retenciones); crear un seguro multirriesgo y cambiar la Ley de Emergencia por considerarla obsoleta.

Si bien algunas de estas medidas fueron anunciadas por el Gobierno, sobre todo aquellas relacionadas a la suspensión de ejecuciones, moras bancarias y el impuesto a las Ganancias, lo cierto es que en el sector consideran que lo estipulado para ayudar a los productores agropecuarios es bastante pobre o de muy poco alcance teniendo en cuenta que la actual sequía es la más profunda en 60 años y se esperan recortes productivos que costarán millones de dólares no solo al sector sino a la economía en general.

El campo reclama desde hace larga data la eliminación de las retenciones y más aún en un contexto de sequía. Mientras tanto desde el Gobierno descartan de plano la eliminación del tributo para los cultivos extensivos como la soja, el maíz y el trigo, pero remarcan que para las economías regionales puede haber novedades en el corto plazo.

Aunque las inclemencias climáticas son generalizadas en el país, algunas zonas se encuentran mejor posicionadas en cuanto a los daños. Respecto a la situación que atraviesa el campo de la región, TRIBUNA dialogó con Matías Pistelli, presidente de la filial local de la FAA.

-¿Cuál es el panorama en la zona frente a las inclemencias climáticas?
    -Como lo vengo diciendo desde hace algún tiempo, si bien la sequía a nivel país es significativa, nosotros en la zona estábamos relativamente bien. Necesitábamos que lloviera esta semana y de hecho lo ha hecho, pero el panorama se ha complicado con la helada ocurrida el sábado pasado que hizo un desastre y hay otra pronosticada para el 14 o 15 de marzo.

-Será un año muy complicado para los productores.
    -En los lotes de soja que estaban marcando granos y llenándolos, la helada lo complicó todo. Algunos lotes a esta altura del año serán irrecuperables. Va a haber algunos que directamente no se van a trillar. Con respecto al maíz habrá que ver cuan marcado estaba el grano; puede que se termine de llenar pero va a perder peso porque el marlo queda como si fuera un telgopor y cuando se va trillar sede y no se desprende el grano. No será un año fácil y además tiene que seguir lloviendo porque la soja se terminará de definir en marzo y mediados de abril.

-Para estos cultivos afectados por la falta de lluvias y la helada, ¿hay alguna posibilidad de recuperación?
    -En esta época del año ya no. En el mejor de los casos estamos hablando de lotes de soja que con suerte pueden llegar a dar de 12 a 15 quintales como mucho, cuando lo normal de la zona es entre 27 y 30 quintales.

-¿Frente a este complejo panorama cuál cree que son las medidas más urgentes que debe definir el Gobierno?
    -Más allá de una emergencia agropecuaria, no creo que el Gobierno vaya a jugarse por otra cosa. La realidad es que debieran dejar de cobrarse los derechos de exportación y revisar algunas cuestiones de índole impositiva, pero todo indica que hoy la única posibilidad es decretar una emergencia agropecuaria. Esto lo único que hace es diferir el pago de algunas obligaciones impositivas y en el peor de los casos el no pago. No es la solución. Las retenciones se cobran pero el Gobierno no tiene la capacidad de crear fondos anticíclicos para una ayuda directa. El productor no necesita que lo refinancien, necesita que le inyecten flujo de efectivo para poder cumplir con las obligaciones. Hay productores que la están pasando muy mal y por eso se realiza la asamblea el próximo martes en Santa Fe a la cual adherimos.

-¿Cree que hay alternativas frente a este complejo panorama?
    -No veo muchas. Además el país está en una crisis económica, política y social que viene arrastrando desde hace años, con una preocupante inflación, y el Gobierno no tiene herramientas para poder hacer un ajuste fiscal y rescindir los ingresos que tiene -recensiones-, más allá que sabemos que son inconstitucionales y que afectan al sector. Es la realidad y nadie la puede negar, es una situación compleja de la que no sé cómo vamos a salir.

-La salida no se avizora en un corto ni en un mediano plazo.
    -No, claro que no. La salida será sentarse a comenzar a discutir e ir trazando políticas que necesitarán correcciones. Pero esto tiene que ser no solo con el campo, sino con todos los sectores porque la economía es un juego de variables que cuando se toca a una afecta a dos o tres más. Estamos en un entramado complejo y llevará tiempo encontrar una solución.