Jorge Baron Biza, el escritor solapado

Artes y Espectaculos 10 de julio de 2021 Por Tribuna
Columna de Maxi Carranza
ARTES Baron
En 2001 Baron Biza brindó una conferencia en Río Tercero; se presentó en la Biblioteca Urquiza

El próximo 9 de septiembre se cumplirán las dos décadas del trágico fallecimiento de Jorge Baron Biza (1942-2001), ocurrido en la ciudad de Córdoba. El escritor, periodista cultural y crítico de arte perpetró una novela única, El desierto y su semilla (1998), cuya primera (auto) edición pagó de su bolsillo y salió a través de la Editorial Simurg de Buenos Aires. Con el transcurso del tiempo, la recepción fue creciendo y posibilitó sucesivas reimpresiones en el país, España y traducciones a varios idiomas: francés, italiano, holandés e inglés. También sumó distinciones póstumas, ya que a fines de 2016, la novela fue seleccionada por el suplemento Babelia del diario El País de España como una de las mejores en castellano en los últimos 25 años. El periódico realizó una encuesta en la que participaron escritores, críticos y editores de ambos lados del Atlántico y -en casi una ironía del destino- el libro figuró en el puesto N° 13. El listado final tenía muchos nombres de la península (Javier Marías, Enrique Vila-Matas, Juan Marsé) a la par de argentinos como Bioy Casares y Juan José Saer. Si bien, se ha hablado de la obra en muchos artículos y tesis universitarias, un aspecto poco analizado es la solapa, que está escrita en primera persona y funcionó como un epitafio en vida para el autor. Por otro lado, una realización audiovisual de Guillermo Vigliecca rescata la visita de Jorge Baron Biza a la Biblioteca Popular Urquiza el 18 de mayo de 2001,   meses antes de su final anunciado.

Texto solapado 
   Habitualmente, las solapas de los libros de ficción incluyen las biografías de los escritores pero muy pocas poseen este elemento paratextual en primera persona del singular. En la literatura argentina, uno de los pocos antecedentes es el de David Viñas en el libro de cuentos Las malas costumbres, publicado en 1963. El extenso texto de este ejemplar, en primera persona, ocupa las dos solapas del libro y más que una autobiografía también es un ensayo: “Las solapas como las dedicatorias son un género literario (…) O si se prefiere, la solapa es la prolongación de la obra y donde el autor indirectamente muestra como quiere ser visto” señala Viñas en un fragmento del escrito. En la novela de Jorge Baron Biza, la solapa no solo cumple la función de epitafio sino también la de anticipar los suicidios que ocurrirán en el corpus de la obra. Es decir,  sirve para orientar al lector sobre el contenido, además de ser una breve y contundente autobiografía del autor. 

El desierto y su semilla pertenece al género de la autoficción, porque no coinciden los nombres de los personajes con los de la vida real pero es una decisión estética del autor en una novela inclasificable. Otro aspecto poco común es que Baron Biza incluye las fuentes bibliográficas al final del libro, una característica de los escritos periodísticos pero no de los literarios.

Portada solapada
La edición original de El desierto y su semilla tenía en su portada una obra de Giuseppe Arcimboldo (1527-1593), decorador cortesano y pintor manierista oriundo de Milán (Italia). Jorge Baron Biza la eligió y guarda relación con un fragmento de la novela, en la cual el protagonista analiza esta pintura llamada El jurista (1566), que posee un grotesco rostro humano formado con partes de animales. Arcimboldo pintaba caras a partir de flores, frutas, plantas, animales y toda clase de objetos, siendo reivindicado a principios del siglo XX por el movimiento surrealista. Lo destacado es que las sucesivas reediciones del libro de Baron Biza en editoriales de Argentina, España y Francia, no poseen este cuadro en la tapa, que está vinculado a un capítulo del texto. Esto pudo haber ocurrido por cuestiones contractuales pero lo cierto es que el autor pensó su obra  como unidad y al cambiar la portada se pierde un aspecto importante del escrito. No es el primer caso de este tipo de desencuentros ni tampoco será el último y por citar un ejemplo, Cortázar había elegido una rayuela para su libro icónico pero no respetaron su decisión y colocaron otra en la tapa. Además, Jorge Baron Biza integra aquella reducida lista de escritores que se consagraron con una sola novela, al igual que Luis Martín Santos o J.D. Salinger.

Rescate retroactivo
El último libro post mortem de Jorge Baron Biza no fue literario sino dedicado a reseñas artísticas. El ejemplar se llamó Al rescate de lo bello (2018) y fue prologado por la riotercerense Fernanda Juárez, docente y licenciada en Comunicación Social. El libro salió a través del sello Caballo Negro Editora (Colección de la Buena Memoria) y se presentó  tanto en Córdoba como en Río Tercero. Fernanda Juárez trabajó con Baron Biza y lo acompañó cuando visitó nuestra ciudad en el 2001 para dar una conferencia en la Biblioteca Urquiza  y una charla en la Escuela de Artes Lino E. Spilimbergo. Hay que recordar que Jorge Baron Biza participó, como crítico de arte, en el libro Los colores de un siglo, Grandes obras de la pintura en Córdoba, de  1999. 

En  nuestra ciudad, el escrito que Baron Biza leyó en Alberdi 75 se llamó “La autobiografía como forma literaria” y tuvo un buen marco de público. Esa visita quedó registrada por Guillermo Vigliecca en el programa El Atajo, que se emitía en un canal local con la conducción de Andrea Díaz. Recientemente, esa filmación fue rescatada por Efecto X Vigliecca Producciones en la serie de videos titulados Retroactivo, que se pueden ver en la página oficial de la productora. Precisamente el capítulo  que muestra la disertación de Baron Biza en la Biblioteca Urquiza también incluye la visita de Adolfo Pérez Esquivel (Premio Nobel de la Paz) y del músico JAF a Río Tercero. Una emisión de antología gracias al archivo  y la voluntad del realizador local, en otro aporte a la memoria cultural riotercerense.

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