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A los 86 años falleció este jueves Octavio Garello

El reconocido comerciante y dirigente institucional fue un referente de la moda y la indumentaria masculina de Río Tercero.

Locales 28/12/2023 Tribuna Tribuna
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A los 86 años murió durante la mañana de este jueves 28 de diciembre Octavio Garello, un referente de la moda y la indumentaria masculina de Río Tercero y un activo participante de la vida institucional de la ciudad.

La noticia se conoció hace algunas horas y las redes sociales se llenaron de condolencias para su familia.

Octavio Garello coronó un ciclo de varias décadas de trabajo en las instituciones intermedias de la ciudad, de la mejor manera. El año pasado el Centro Comercial, Industrial, de Servicios y Agropecuario, y la mutual AMCeCIS decidieron homenajearlo por su participación institucional de más de 50 años. En esa oportunidad la comisión del CeCISA lo declaró Presidente Honorario, y en la mutual figura como Socio Honorario. 

Cuando fue reconocido TRIBUNA realizó una extensa nota. ¿Cuál es el secreto de tantos años de vigencia?, le preguntó entonces este medio. “El trabajo”, respondió con simpleza. 

Desde hace un tiempo Octavio se encontraba alejado de la actividad comercial en su tradicional local de indumentaria que maneja su hijo Darío, aunque siempre siguió inquieto, ayudando y aportando consejos. 

Garello había nacido en Villa Ascasubi pero a los dos años se radicó en Río Tercero junto a su familia. Siempre recordaba el esfuerzo de su padre verdulero y los largos viajes en bicicleta para concurrir a la escuela Modesto Acuña de muy niño. 

“A mí me fue muy bien en la vida gracias al trabajo”, decía. Supo crear una marca propia en la indumentaria masculina clásica, en un camino que inició en la desaparecida tienda Ñaró que luego derivó en el tradicional Octavio Garello Aggiornamento. 

“Creo haber sido útil para mi querida ciudad, en todas las instituciones de las que participé”, destacaba; desde el Club Atlético Río Tercero, hasta la Cámara Junior, la Liga Regional de Fútbol, el Rotary Club y la Asociación de Básquetbol, entre otras. 

Tuvo su paso por la política. Fue concejal en 1973, cargo que repitió en democracia durante la gestión radical de Luis Brouwer de Koning, y ocupó cargos en el Ejecutivo municipal.

“Mi universidad fueron las instituciones. Siempre me apoyé en la gente que sabía”, decía tras destacar que el trabajo en equipo es fundamental en toda organización social. 

“Siempre busqué servir y atender a mis semejantes, y eso me ha dado muchas satisfacciones”, sintetizaba.

El homenaje y el reconocimiento de las dos entidades que lo integraron con cargos honorarios, fue un “volver a vivir” para Octavio. La pandemia y la cuarentena lo habían alejado demasiado, pero no se rindió: volvió a la actividad institucional como referente natural del trabajo social. 

“Estoy grande pero no retirado”, aclaraba entonces con una sonrisa. 

“Nunca hablé mal de nadie. Siempre las diferencias las charlé personalmente”, exclamaba, conservando firme los valores personales.

En ese sentido, recordaba que en una oportunidad compró un cartón de lotería que le había encargado un amigo y olvidó jugar el suyo. En el sorteo salió el premio mayor. Como corresponde, le entregó el boleto sin dudarlo ante la emoción de su amigo. “Estaba tapado en deudas”, recordó, pero ese dinero “no me correspondía. Era de él”. Así de claro. 

Garello recordaba siempre con cariño las enseñanzas del médico Julio Cuenya Quinteros y del cooperativista Egidio Pederzini, entre otros apellidos como Bollati, Branca y Salguero. 

“Yo no impongo mi pensamiento, hablo, debato y me gusta el trabajo en equipo”, concluía en aquella entrevista.

“Recordamos esos momentos donde con tu naturalidad y espontaneidad supiste marcar tu gran dedicación por el trabajo institucional. Te damos gracias Octavio y queremos que sigas siendo parte nuestra historia” le habían escrito en una carta las comisiones directivas del CeCISA y la AMCeCIS. Nada mejor para definirlo.

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