“Teté” Nicola, el productor de espectáculos que trajo el cuarteto a Río Tercero

Artes y Espectaculos 13 de mayo de 2023 Por Tribuna
De Francisco Emilio “Teté” Nicola (71) se puede decir que fue un productor local en todo el sentido de la palabra: publicitario, artístico y radial (fue uno de los socios propietarios de LV26 durante 11 años). Aunque él posee otras denominaciones para esta labor.
ARTES-CHEBERE
Chébere, La Barra y Jean Carlos, entre otros, fue uno de los grandes batacazos de “Teté” Nicola en la ciudad

Por Maxi Carranza

De Francisco Emilio “Teté” Nicola (71) se puede decir que fue un productor local en todo el sentido de la palabra: publicitario, artístico y radial (fue uno de los socios propietarios de LV26 durante 11 años). Aunque él posee otras denominaciones para esta labor, ya que decide llamarlas “vendedor”, “programador”, “organizador” y “oportunista”. El último es el que elige un artista de moda y consigue el contacto, pero no posee ninguna experiencia en el rubro. El primero es el que solo le vende un número de moda a un club o institución en una suma fija. Después está el “programador” de un baile, donde los clubes no participan de la boletería, es para la orquesta, pero se queda con el bufet. El organizador es cuando una persona particular alquila el club y explota la cantina o quiosco, las mesas y la boletería. Esta clasificación, salvo excepciones, se sigue manteniendo en el ambiente de los bailes cuarteteros y de la música en general. Por supuesto que esto siempre depende del momento del artista, porque los más exitosos por lo general cobran un caché fijo. Teté Nicola admite que pasó por todas las categorías, en una larga carrera que comenzó con el folklore en 1973 y terminó con el cuarteto en 2002.

Inicios
Nicola comenzó a principios de los setenta, trayendo números de folklore como Los Cantores del Alba, el Trío San Javier, Los de Siempre, Daniel Altamirano, Los 4 de Córdoba y tantos otros. Eso fue hasta 1978 cuando hizo foco en las orquestas de cuarteto, actividad que realizó hasta 2002. Ese año traía los coletazos de la crisis de fines de 2001 y, además, varios músicos que él contrataba estaban de gira en el cielo como Heraldo Bosio y el cantante Gary. Por otro lado, Pelusa decidió radicarse en Estados Unidos y Santa Marina se había desarmado. Nicola trajo orquestas, solistas y conjuntos a Río Tercero y toda la zona, salvo Despeñaderos. Esta localidad, por su cercanía con Córdoba, estaba manejada por los productores capitalinos. 

Otro sitio que fue una excepción en su carrera fue Pampayasta, donde por esas cosas de la vida nunca pudo colocar a ningún artista. Si bien hace años que dio un paso al costado en el rubro, todavía muchos artistas lo recuerdan con cariño y le dejan saludos cuando visitan Río Tercero: “Es una satisfacción que se acuerden bien de uno, sobre todo los de otros lados porque nadie es profeta en su tierra”, señala Nicola en la actualidad. Por otro lado, un género que nunca le interesó fue el rock: “No es mi rubro, no me gusta y tampoco me lo ofrecieron”, comentó el riotercerense a este medio.

Bailes gigantes
En su trayectoria, el productor local tuvo dos grandes “batacazos”, que marcaron récords de convocatoria. El primero fue con Chébere, que logró cortar más de 5000 entradas en octubre de 1994. El conjunto venía de grabar un disco en Los Ángeles (Estados Unidos), titulado Chébere en Hollywood, obteniendo un premio ACE que otorgaba anualmente la Asociación de Cronistas del Espectáculo. El otro baile multitudinario ocurrió cuatro años después, más precisamente en septiembre de 1998 con La Barra y Jean Carlos en el club 9 de Julio. En esa ocasión, al espectáculo asistieron cerca de 6000 personas, con tribuna incluida y mesas alquiladas. La Barra venía con un arsenal de hits irresistibles como “La Carta” y “Romperé”, en uno de los grandes momentos de su carrera. Sobre el tema, el productor comenta que “solo te cuentan las buenas” y reconoce que, aunque no fueron muchos, tuvo que suspender algunos shows.  En otros, quedó con saldo rojo, pérdidas que se tenían que recuperar con otros bailes.

La Mona
“Con Carlos Jiménez nos convencimos los dos, después de varios años y de mucho hablar, que Río Tercero no es un lugar para La Mona”, señala Nicola. El “mandamás” del cuarteto nunca llegó a seducir la plaza local ni a congregar un número importante de seguidores, acorde a su figura.  Hasta el día de hoy, el programador no encuentra respuestas a esta característica con el “cordobés más famoso”. Hipótesis sobran, algunas tienen que ver con el temor que generaban los “jimeneros” que venían desde Córdoba y otras con el público riotercerense, muy difícil de interpretar con sus gustos. “Si querías poner un afiche de Jiménez en un local del centro, te sacaban volando, pero después los veías bailar con La Mona en otra localidad vecina”, recuerda el organizador.  

También trajo al cantante Rodrigo a Río Tercero, quien terminó actuando para una veintena de personas en el Club Atlético de Av. Savio.  El Potro se quedó con la sangre en el ojo y había hablado con Nicola para tener una revancha en la ciudad. El accidente que terminó con su vida truncó esa fecha, entre otros proyectos y lo convirtió en una joven leyenda. Otro nombre importante que nunca terminó de identificarse a nivel local fue Tru-la-lá, uno de los tanques del género. La orquesta de Manolito Cánovas, salvo una excepción, no logró llenos totales en su paso local, al menos con Teté Nicola.

Sugerencias exitosas
Entre las anécdotas más recordadas de Nicola figura la insistencia para que Gary (1962-2001) grabara el tema “Me basta”. El productor riotercerense había recibido un demo -en casete- del cantante con esa canción y causó furor en la audiencia de LV 26 AM. Sin embargo, Gary era reticente a grabarla porque no le veía potencial como hit. Hasta que lo incluyó en el disco Energía positiva (1998) y las dudas que tenía con “Me basta” se desvanecieron. Por su parte, Nicola tenía el termómetro de su programa radial y la audiencia no suele equivocarse cuando da su veredicto. La composición fue un éxito en la voz de Gary y hasta tenía que interpretarla dos veces en un mismo baile. El cantante había pasado por la orquesta Tru-la-lá antes de lanzarse como solista y falleció de un paro cardíaco, consecuencia de una diabetes, antes de cumplir 40 años. Con buenas y malas, el productor hizo bailar a varias generaciones en la zona y marcó una época con grupos y solistas. Esta nota, aunque de manera mínima, intenta dedicarle un reconocimiento a su labor incansable como organizador de espectáculos.

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