Inaugura hoy la muestra “El Banquete”, una celebración de los productores de arte local

En el marco de las actividades previstas para celebrar los 109 años de Río Tercero, este sábado, a las 20, en el Museo Enrique Gandolfo -Acuña 141- se inaugurará la muestra "El Banquete", con obras de artistas locales.
En las salas del MEG y con curadoría de José Luis Dastugue, se podrán ver obtras de Sergio Blatto, Felipe Pez, Martín Carrizo, José Luis Dastugue, Alberto Franchini, Luciano Gimenez, Franco Girardini, Osvaldo Gomariz, Miguel Angel Guerreiro, José Landoni, Walter Monasterolo, Omar Palacio, Rubén Ramonda, Elver Ressa, Erick Rodríguez Etchart, Dante Silva, Gustavo Tresca, Iván Vianello, Jorge Vianello y Pietro Sachetti.
El texto de sala que acompañará las obras es de Mario Trecek. A propósito del contenido de la muestra, el poeta y gestor cultural refiere: “En el mes fundante, sus artistas plásticos vienen a ofrendar sus mieses, su obra, para que los dioses, o el destino nos sean propicios. Lo ofrecen en diferentes soportes, modos simbólicos de interpretar el mundo que les rodea. El que ven y el sensorial”.
“El sol, es decir, la luz juega su papel preponderante, su curiosidad por los matices, el punto de vista, la perspectiva, modifican las oportunidades cromáticas. Ofrece este damero, una vereda en blanco y negro, blanco y rojo, que con otros materiales dispersos, logran un lenguaje pictórico, escultórico, artesanal, visual maravilloso, un sueño realizado, de alta humanidad que animan la vida de nosotros, los ciudadanos, con la calidad debida (de-vida) que todo arte muestra como emergente de una sociedad”, aporta Trecek.
La muestra será una excelente oportunidad para tomar cuenta del talento que Río Tercero tiene en lo referido a las artes plásticas.
La entrada es libre y gratuita.
A continuación, completo el texto de sala que acompaña la muestra:
“El Banquete” La Celebración
En el Banquete de Severo Arcángelo, Leopoldo Marechal, narra que un grupo de amigos se reúnen en una quinta de San Isidro. El anfitrión es Lisandro Farías, que debe descifrar el propósito de ésta. Otra comida relevante es la que Leonardo Da Vinci, pinta en un refectorio de Milán, la tríada platónica “La última cena”, donde Jesús es la figura aglutinante. Siempre vinculamos la palabra “banquete” con exceso pantagruélico, pero el menú puede ser de imágenes, de palabras, de diálogo, de reflexión, de estética, de espiritualidad, de conversación de sobremesa.
“El Banquete” de Platón, es donde se cuenta sobre el diálogo que Sócrates mantiene con sus amigos, un encuentro gastronómico regado de buen vino, ahondando sobre tópicos como la virtud, la belleza. Sobre Eros, el amor y su condición bifronte.
En este caso, yo oficiaré como el ateniense Apolodoro de aquel simposio, pero en el Museo Enrique Gandolfo, donde un grupo representativo de las artes visuales de la ciudad de Río Tercero, han sido invitados a una comida a la canasta, donde cada quién ofrecerá su arte culinario, su arte; porque a pesar de ser una zona semiárida, es pródiga en buenas cosechas.
En el mes fundante, sus artistas plásticos vienen a ofrendar sus mieses, su obra, para que los dioses, o el destino nos sean propicios. Lo ofrecen en diferentes soportes, modos simbólicos de interpretar el mundo que les rodea. El que ven y el sensorial.
Un árbol, otro y otro, constituyen el monte nativo que nos da sentido de pertenencia, de inminente primavera. Setiembre es el tiempo mítico de los riotercerenses. Su conformación fue aluvional, de extranjería, los padres vinieron de otros lares y poco a poco se fueron consubstanciado con el río caudaloso y el viento norte como paisaje propio, para cantar, poetizar y pintar con diversa paleta, donde todo es siembra, germinación, sueño cumplido.
El sol, es decir, la luz juega su papel preponderante, su curiosidad por los matices, el punto de vista, la perspectiva, modifican las oportunidades cromáticas. Ofrece este damero, una vereda en blanco y negro, blanco y rojo, que con otros materiales dispersos, logran un lenguaje pictórico, escultórico, artesanal, visual maravilloso, un sueño realizado, de alta humanidad que animan la vida de nosotros, los ciudadanos, con la calidad debida (de-vida) que todo arte muestra como emergente de una sociedad.
Uno no se sienta a una mesa sin ser invitado y como plantea John Berger, hay un sentido de fraternidad, de convivencia, de compartir espacios. Esto es ser un pintor de hoy.
“Solo podemos aprender de los logros de nuestros iguales. Esa maldita costumbre de estar midiendo y comparando el genio o el talento es lo que vicia el arte, pues alienta la duda y separa la habilidad de su aplicación”
El “chef” curador de esta celebración es José Luis Dastugue, quien monitoreó este banquete y nosotros comensales con gula de sibaritas, esperamos que nos digan: La mesa está servida. Celebremos con provecho.
Mario Trecek