Cuando los Ratones Paranoicos tocaron en Río Tercero

Artes y Espectaculos 09 de enero de 2021 Por Tribuna
La previa del show (Primera parte). Columna de Maxi Carranza.
Piojos
Foto de Eduardo Vázquez

El miércoles 6 de enero se estrenó “Rocanrol Cowboys”, el documental que repasa la historia de los Ratones Paranoicos. La película dirigida por la dupla Alejandro Ruax y Ramiro Martínez es una creación original de Netflix y sigue la estela -en cuanto a temática- dejada por “Rompan todo”, el polémico trabajo producido por Gustavo Santaolalla. 

Basado íntegramente en material de archivo, “Rocanrol Cowboys” cuenta con los testimonios de los cuatro músicos originales de la banda y la participación de Andrew Long Oldham, Fabián Von Quintiero (segundo bajista de los Ratones Paranoicos) y Gustavo Gaurvy. La aparición del “rockumental” sirve también para rescatar el único paso del grupo por nuestra ciudad, cuando tocaron en el boliche Atilob, que estaba ubicado en Liniers 55 de barrio Norte, frente al Polideportivo municipal. Ese concierto de los Ratones cumplió  tres décadas en agosto de 2020 y siempre quedan anécdotas para recordar de una formación que todavía no había logrado la consagración definitiva.

El boliche 
“Atilob. La Nueva Opción” tituló TRIBUNA en la sección Negocios & Empresas sobre la primera noche de la confitería bailable, el viernes 8 de mayo de 1990. La reseña del periódico -con fotografía incluida- decía lo siguiente en uno de sus párrafos: “La inauguración del amplio y cómodo local, con capacidad para unas 3.000 personas -lo más importante en ese sentido en esta ciudad desde que existen las discotheques- congregó a numerosos miembros de las fuerzas vivas locales, y fue una noche para la auténtica diversión en el marco de un clima de amistad y saludable integración de jóvenes y no tan jóvenes”. 

El emprendimiento del empresario Sergio M. Fontanella no solo comenzó bien en cuanto a la respuesta de público sino que anunció a Los Fabulosos Cadillacs en la discoteca, show que se concretó el 27 de mayo ante una nutrida asistencia. La banda liderada por Vicentico y Flavio Cianciarulo daría el puntapié musical a una seguidilla de recitales rockeros que dejaría una marca en la ciudad. Con respecto a la nota de TRIBUNA sobre la apertura de Atilob, terminaba con estas palabras: “El público asistente colmó todos los ambientes -los que incluyen un amplio patio descubierto, con sillones- divirtiéndose con una desinhibición pocas veces vista antes en ocasiones similares en nuestro medio” decía el texto sin ninguna firma.

Más shows de calidad
    Casi sin respiro, tras el concierto de Los Fabulosos Cadillacs llegó a los pocos días la visita de Los Pericos a Atilob, el domingo 3 de junio de 1990. En ese momento la agrupación venía con sus hits a cuestas y el perfil comercial dividía al público rockero y también generaba algún ninguneo en un sector de la prensa. Por esa época, el cantante Bocha Montalvo -quien estaba radicado en Río Tercero- colaboraba como periodista en este semanario, con una sección propia denominada “TRIBUNA JOVEN”. En esa columna, el cronista de rock comentó el show de Los Pericos en Río Tercero: “En síntesis, el arte parecería que no solo nutre el espíritu sino que también une. Muy bien entonces Los Pericos; muy acertada la elección de quienes los trajeron y muy bien el público que a través de las dos noches donde hubo música exhibió un comportamiento ejemplar que asombró a los mismos músicos que, una vez finalizada su actuación, decidieron sumarse a la fiesta bailando y divirtiéndose con la gente”, escribió el músico y crítico de espectáculos. Hay que recordar que Bocha Montalvo era cantautor y entre sus composiciones más recordadas se encuentra “El blues de La Falda”, inspirada en el mítico Festival de las sierras cordobesas. 

Para Río Tercero, sería una temporada prolífica en visitas de calidad lo que no se reflejó tanto en las actividades locales vinculadas al rock.

Río Tercero de entonces
En 1990, hace tres décadas, la ciudad todavía tenía los tres cines históricos funcionando en simultáneo: el Cine Teatro Casino, el Cine Real Cooperativa y el Cine Gran Río. Este último estaba ubicado en pleno centro -sobre calle Libertad- y promediando ese año exhibía en su cartelera las películas “La ladrona” y “La sociedad de los poetas muertos”. No pasaría mucho tiempo para que el Cine Gran Río cerrara sus puertas y se transformara en un boliche bailable llamado La Usina, que vio pasar también a grupos y solistas como La Portuaria, Patricia Sosa y los brasileños de Os Paralamas do Sucesso, entre otros. Por su parte, la actividad teatral en la Casa de la Cultura anunciaba la puesta de la obra “Rastros de la Media Luna” a cargo del grupo Hyronía. En cuanto al rock, por primera vez Río Tercero fue seleccionada como una de las cinco sedes del Pre-Chateau Rock en la provincia. El certamen regional elegiría, jurado mediante, a un representante para participar en el Festival de la capital mediterránea. El ganador de esa fecha, la cual se realizó en Hot Point, fue el grupo local Los Animales, conformado por Fonsy Denaro (bajo y voz), Renzo Vacotto (guitarra) y Franklin Molina (batería). Un par de años antes, Proceso a Ricutti había accedido a tocar en ese Festival tras ganar el Pre-Chateau 88 de la sede Córdoba. En este importante encuentro que se llevaba a cabo en el ex Estadio Chateau Carreras (hoy Mario Kempes) Proceso a Ricutti fue una de las revelaciones. El breve pero contundente show de los riotercerenses (con excepción del tecladista) en el Chateau Rock ´88 les significó el pasaporte para grabar su primer LP  con un sello multinacional de Buenos Aires.

Ratones en Córdoba...
Los Proceso a Ricutti repitieron presencia en el Chateau Rock de 1989 -en marzo de ese año- compartiendo cartel con unos nóveles Ratones Paranoicos, aunque no tocaron en la misma jornada. Para la banda porteña liderada por el guitarrista y cantante Juanse (Juan Sebastián Gutiérrez), el Festival significó su primer show en La Docta y no desaprovecharon la oportunidad para impresionar a los presentes. El grupo de Villa Devoto (Capital Federal), llegaba a Córdoba con dos discos editados y todavía no habían lanzado “Rock del gato”, que sería uno de los grandes hits de su carrera. El recital en el Festival cordobés puede encontrarse en Youtube con una buena calidad de sonido y algunas de sus imágines están incluidas en “Rocanrol Cowboys”, según se pudo apreciar en el tráiler del documental. 

En 1990, el Chateau Rock tuvo cambios, por primera vez se hizo en septiembre y no tuvo la organización del mítico productor salteño/cordobés Mario Luna. Su lugar fue tomado por el  empresario Gabriel Bursztyn y entre los números más importantes sobresalían  Virus y Rata Blanca. Los Ratones no tocaron en esa edición y tampoco lo hizo Proceso a Ricutti. Los tiempos habían cambiado en todo sentido tras la hiperinflación de 1989 y con suerte dispar para cada una de estas bandas. La situación social y económica fue lapidaria con los Ricutti hasta llevarlos a la (primera) disolución y los Ratones se asentaron como uno de los grupos más importantes del país en su estilo.

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