Artículos robados: no hay una investigación oficial sobre el mercado negro pero sí datos del modus operandi



Los reducidores de objetos robados conforman una gran red que en Río Tercero está más que activa. Todas las semanas se reportan casos de delincuentes que ingresan a una vivienda y terminan llevándose electrodomésticos y aparatos de electrónica con la finalidad de reducirlos en el mercado negro.

La Policía conoce algunos de estos circuitos, pero no hay una investigación concreta. Sabido es que solo un 20 por ciento de lo que se roba es recuperado. Pero hay excepciones y en algunas oportunidades la Policía suele informar sobre el hallazgo de elementos robados. El proceso que se sigue para lograrlo se desconoce.
Las víctimas detallan en sus denuncias la sustracción de teléfonos celulares, computadoras, televisores, todos artículos que mientras más modernos son, más preciados resultan para el mercado de compra-venta.
“Obviamente que para llevarse aparatos de electrónica y electrodomésticos los delincuentes tienen que tener dónde reducirlos, porque no se pueden quedar con todo”, opinó un policía.
Los dejan “enfriar”
Si bien sobre el mercado negro no existe una investigación puntual, se coincide en que hay conocimiento de su existencia y de algunos circuitos de comercialización. De todas formas experimentan cambios casi continuos y pueden llegar a convertirse en una gran nebulosa frente a causas individuales que los suelen ir ayudando a tratar de configurar un panorama más completo.
La Policía y la Justicia conocen cómo funciona el mercado negro. Por lo general los elementos robados pasan entre tres y cinco días en manos de los ladrones o los revendedores, porque “no siempre el que roba es el que vende” se admite. “Lo más común es que los ladrones no salgan a ofrecer los productos apenas los obtienen, sino que esperen unos días para ver qué pasa alrededor. Especulan con los movimientos que pueda haber", aseguran.
Ataque al delito
El método usual para tratar este delito es buscar al ladrón y llevarlo a juicio. Pero para entonces el hecho ya está consumado y en muchos casos las consecuencias del delito han sido graves para los propietarios de los objetos.
Por esta razón atacar el delito de manera transversal parece ser la solución. Hay que concientizar a la población de que comprar robado es el negocio que sustenta a los ladrones, lo que los hace ganar dinero. Desde la Policía se insiste en esto y con frecuencia suelen realizarse campañas para desalentar esta práctica. Sin embargo, hasta ahora no se ha hecho una persecución para desbaratar este mercado negro que todos admiten que existe y muchos saben cómo funciona.
Consecuencias para el comprador
Dice el refrán que lo barato sale caro, y esta no es la excepción. Si se llega a dar con algún objeto robado en manos del que no es su propietario original, al producto se lo decomisa inmediatamente.
Es decir, no solo pierde el dinero que pagó sino también el artículo. Además, comienza una investigación judicial: si se determina que el comprador no actuó de buena fe sino a sabiendas de que el objeto era robado, se le puede iniciar una causa por encubrimiento, lo que acarrea una pena judicial.
