Nicolás Cabrera cuenta como quiere, con base etnográfica, la historia de la barra de Belgrano

Artes y Espectaculos 03 de diciembre de 2022 Por Tribuna
Columna de Maxi Carranza ([email protected])
ARTES cabrera

No todo es lo que parece en la popular de un estadio durante un partido de fútbol. Para un desprevenido, la fiesta en la tribuna pareciera improvisada pero sucede todo lo contrario en la mayoría de los casos. Salvo cuestiones imposibles de prever, el carnaval en la popular se planifica con meticulosa precisión y semanas de trabajo. Parte de ese folklore, puertas adentro, es lo que refleja Nicolás Cabrera (1987) en Que la cuenten como quieran: pelear, viajar y alentar en una barra del fútbol argentino. El material salió a través de Prometeo Editorial, sello con base en  Buenos Aires y se puede conseguir en El Espejo Libros (Deán Funes 164) de La Docta. 

Este trabajo primero fue una tesis doctoral de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y ahora llega, con algunas modificaciones, al público en general. El autor es licenciado en Sociología, doctor en Antropología y se especializa en temas vinculados a la violencia, la seguridad y el deporte. En contacto con TRIBUNA, Cabrera habló del  ejemplar que vinculó dos de sus grandes pasiones.

La obra  
¿Qué se supone ser un “barra brava” en el fútbol argentino? ¿Por qué se está en una barra? ¿Herencia, amor, honor o negocios? Apenas algunos de los interrogantes que propone este libro, a partir de un trabajo antropológico con “Los Piratas”, la barra del Club Atlético Belgrano de Córdoba. Allí existen mandatos barriales y linajes familiares, reconocimiento y ascenso social, hambre de adrenalina, sentimientos patrios, lealtad a los referentes o simplemente  haber encontrado un lugar en el mundo alentando a Belgrano. Estas palabras figuran en la contratapa del ejemplar y esbozan la punta del ovillo que propone Cabrera en su trabajo de campo. El investigador integró durante varios años la barra a través de la observación participante, técnica que consiste en involucrarse con el fenómeno estudiado. Aunque la cercanía tiene su precio, ya que un viaje con la barra a Santa Fe le dejó una fractura en la pierna tras un encuentro con la policía.

Autobombo
“No soy periodista, juez ni abogado. Soy sociólogo y antropólogo. Mi función es comprender, no juzgar ni denunciar verdades ocultas. Este trabajo es de largo aliento y me llevó más de diez años. Después de leer el libro que cada uno saque sus propias conclusiones”, señala Cabrera a este medio. El autor además recalca que “hay una posición clara de no subestimar al lector” y apunta sobre los estigmas de enunciación fácil cuando se habla de “barras” en la sociedad y los medios. En la mayoría de los casos, sin fundamentos ni conocimientos de los problemas de raíz que se originan entre hinchas. En síntesis, no romantiza la violencia de estos grupos sino que busca romper el maniqueísmo de los “buenos” y los “malos”, tan común en los debates que abordan la temática. Por otro lado, es cumplir un sueño para Cabrera, que desde los cuatro años va a la cancha a seguir al Celeste de Alberdi. Algún tiempo después y como parte de su tesis doctoral, terminó en la “barra de los bombos”, una facción de Los Piratas.

Presentación
Por cuestiones de agenda, el libro no se pudo presentar en la actual temporada, sumado a que su autor reside en Brasil desde hace varios años. Eso no impidió que viajara especialmente para ver a su querido Belgrano en San Nicolás, el 25 de septiembre, cuando el pirata logró el ansiado retorno a primera división. En el vecino país, Cabrera reside en Río de Janeiro, donde está haciendo una investigación comparativa entre las barras argentinas y las torcidas brasileras. El objeto de estudio es la hinchada del Vasco da Gama, uno de los grandes equipos de la ciudad carioca. Por otro lado, la idea del escritor es hacer el lanzamiento oficial de Que la cuenten como quieran en el club de sus amores o en el Museo de Antropología de Córdoba (Av. Yrigoyen 174). Dos lugares a priori en las antípodas –o no tanto- que Cabrera conoce de memoria y donde juega de local. Las autoridades de Belgrano ya se comunicaron con él  y tienen la mejor predisposición para apoyar la promoción del ejemplar. También tiene pensado recorrer el interior provincial para hablar de la obra, si los tiempos se lo permiten,  a principios de 2023.

Recepción   
En el ambiente universitario, suele hablarse de “devolución” cuando los evaluadores revisan y califican un texto de investigación. En este caso, el sociólogo y antropólogo habla de las repercusiones que recibió de la obra hasta el momento: “Tuvo una buena recepción de la gente de la barra, que son los protagonistas. Además, se lo tomó bien en toda la comunidad Belgrano, lo cual es muy gratificante. Al libro lo pulí mucho para que sea accesible aunque no se reduce solo a un club de fútbol. En antropología decimos que estudiamos aldeas para entender el mundo. Habla del ser humano, en este caso barras, que no tienen cosas muy diferentes de vos y yo”, señaló Nicolás Cabrera. Otro gran acierto es el título de la obra, tomado del vocabulario tribunero para referirse a la tergiversación de los hechos por parte de la “gilada”,  que no conoce el detrás de escena. Un libro que no es solo para entendidos aunque sin dudas los disfrutarán mucho más los simpatizantes celestes de Alberdi.

¿El Thompson cordobés?
Sería fácil trazar un paralelo entre Cabrera y Hunter S. Thompson (1937-2005), aquel norteamericano que fue un referente de la prensa gráfica alternativa (“The Nation”, “Rolling Stone”, “Playboy”) a partir de los sesenta. El método de Thompson fue denominado periodismo “gonzo” y  postula al reportero no como un observador inerte sino como un participante central. En primer lugar, el cordobés  no se define periodista sino investigador con una metodología científica que busca responder preguntas. En el caso de Thompson, busca impactar y es por demás conocido su informe –luego libro- sobre Los Ángeles del Infierno, los famosos motociclistas de Estados Unidos. El cronista pasó más de una temporada con uno de estos grupos y compartió su estilo de vida lleno de excesos en las carreteras. A priori, si bien tienen puntos en común no sería una comparación válida por las herramientas y objetivos de cada caso. Probablemente, Thompson no hubiera durado tanto tiempo en la popular pirata.

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