Una muestra retrospectiva de Raquel Piedrabuena muestra la rica producción de la artista

Artes y Espectaculos 24 de noviembre de 2022 Por Tribuna
Este jueves se inaugura "Antología de una pasión", en el Museo Enrique Gandolfo. La muestra incluye 30 obras de la plástica.
ARTES Intimidación 1
"Intimidación", (Serie Efectos) 1994. Tinta china con plumín- 72 x 46,5 cm.

Las salas del Museo Enrique Gandolfo abrien las puertas a una muestra que permite realizar un recorrido por la basta producción de una de las artistas plásticas más destacadas de Río Tercero. Este jueves, a las 20, se inaugurará “Antología de una pasión”, una exposición de Raquel Piedrabuena.

En las salas del museo se podrán apreciar 30 obras de la artista. Se trata de una muestra retrospectiva que incluye trabajos realizados por la plástica en 30 años de actividad. En el recorrido se podrán apreciar las diferentes etapas de la producción, que tan acertadamente describe la licenciada Fernanda Juárez en el texto de sala: “El recorrido por la obra de Raquel Piedrabuena, a través de 30 años de actividad artística, revela el perfil de una artista incansable que ha combinado -de manera extraordinaria- la técnica, la disciplina y el impulso vital por reflejar el mundo que la rodea.Vistos en conjunto, cada uno de los períodos que abarcan su obra, permiten reconocer un continuum de obsesiones:las formas caprichosas de la vida, la conexión con la naturaleza y una sensibilidad manifiesta ante la injusticia y el drama social”.

Juárez prosigue: “Piedrabuena es una artista de las paradojas: control y desmesura conviven en su obra en una tensión imposible de explicar. La abeja reina de las artes visuales –lo sabemos- habla el lenguaje de las flores, de las mariposas y las aves. Y así como ella conoce el secreto de las puntillas, los espejos y los fractales, también es capaz de registrar–con oído absoluto- el pulso de las luchas históricas que movilizan a la ciudad”.

El texto de sala que acompaña la muestra, avanza en una detallada descripción no solo de la pintura de Piedrabuena, sino además en su vida como artista plástica:

"La creación incesante
La trayectoria de Raquel Piedrabuena se inscribe en un linaje familiar que, al combinarse con su propia vocación, produjo la fórmula combustible que mantiene -hasta el presente- las brasas ardientes en la Escuela de Bellas Artes Lino Spilimbergo, su segundo hogar. Como creadora de un universo imaginario y de las reglas que lo gobiernan, Piedrabuena reconoce que la vida de una artista –al igual que la luna- se divide en dos caras. Una gratificante –el pintor en su mundo puede experimentar las mieles de la libertad absoluta- y otra de sacrificio, que representa la lucha interminable por el dominio de la técnica, o sea, por adquirir las destrezas necesarias para alcanzar las formas imposibles que acechan la mente atribulada de quien se asuma como un creador incesante.

"Huellas visuales del desastre
Quizás por entender que el sentido de la vida y el de la obra del artista no pueden escindirse, Raquel Piedrabuena decidió cruzar el vallado que prohibía la entrada a la “zona roja” -tras las explosiones de la Fábrica Militar de Río Tercero, en 1995- y recorrer, con traje de cronista, el lugar devastado, apenas ocurrida la tragedia. Eligió una casa que había recibido el impacto de los proyectiles y con ojo de halcón reparó en las sugestivas formas de una grieta en la pared. Piedrabuena retuvo la imagen con actitud fotográfica y, a partir de ese primer relámpago, transcribió en el papel las huellas visuales de aquel desastre. 

"La serie de las explosiones se completa con una obra concebida en cada aniversario de la tragedia–con formato afiche de denuncia y la iconografía del poder como recurso estético- quetraduce en imágenes los avatares de esa causa judicial extraviada en un siniestro laberinto de engaños, falsedades y sombras.

"La línea generadora
Además del interés por la pintura social, las búsquedas de Raquel Piedrabuena alumbran otra clave interpretativa: el cruce entre lo numérico y la naturaleza. La repetición -o mejor, la generación de imágenes a partir de fórmulas matemáticas- es otro aspecto fundamental del método que la artista reprodujo para concebir sus obras.

"Su interés por la pintura generativa surge de un encuentro casual con Eduardo Moisset de Espanés, uno de los primeros artistas en Argentina en investigar la geometría de base numérica aplicada al arte. Cuando Raquel vio sus trabajos en Córdoba capital, al instante supo que eso era lo que quería para su vida. Después llegaría el tiempo de la reunión con el maestro, el intercambio y la elección de la línea cerrada generadora, que es la matriz principal de su producción. Al igual que ella, Moisset de Espanés es un precursor que –de haberse radicado en algunos de los grandes centros urbanos que concentran la actividad artística y detentan el monopolio del prestigio- quizás hubiera alcanzado un reconocimiento acorde al carácter innovador y la calidad notable de su trabajo.

"Monte adentro
De ese manantial de base algorítmica brotarán curiosas formas geométricas que evocan, predominantemente, las estructuras del mundo vegetal y animal. Organizada en series con nombres conformados por una única palabra: “pájaros”, “efectos”, “plumas”, “espirales” o “alas”, esta etapa de la artista nos lleva hasta el lugar donde está ubicada su casa que es, al mismo tiempo, su espacio de trabajo. Tal vez por ello, el lenguaje visual y verbal que propone Piedrabuena, incluye todo tipo de referencias al ambiente natural: florcitas cosmos, calas, manzanillas, caracoles, calandrias, ramas, hojas, atardeceres.

"Artista montaraz, capaz de combinar de manera prodigiosa los sueños y las figuras de la naturaleza, la pintora riotercerense registra –con rigurosidad formal y poética- momentos epifánicos de la vida salvaje. Como el beso de la libélula en un espejo de agua y la perfecta formación de círculos concéntricos. O los ojos curiosos de los loros escondidos en una maraña geométrica que hace las veces de nido. O esa pluma de perdiz que –fundida por el virtuosismo de las pinceladas- se vuelve copo de nieve e invita al espectador a explorar los misterios de una cueva iluminada. Una metáfora poderosa para evocar aquello que bien resume esta muestra antológica: el corazón encendidoy palpitante –la llama eterna- en el interior de una verdadera artista", cierra Juárez. 

La muestra, que cuenta con la impecable curadoría de José Luis Dastugue -que la propia artista destaca como esmerada-, permanecerá por varias semanas y podrá visitarse de lunes a sábados.

Boletín de noticias