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El pueblo recibió a su "ciudadano ilustre"

Mostrando su sentido de pertenencia con la localidad que lo vio crecer, el reconocido cardiólogo compartió una charla debate con condorinos de todas las edades.

Regionales30/06/2018 TRIBUNA
REGIONALES - Peirone

Los Cóndores no es ciudad pero puede decirse que tiene un "ciudadano ilustre" y es el reconocido cardiólogo Alejandro Peirone, quien esta semana volvió a "su pago" para realizar una charla debate.


Con el Municipio como promotor de esta iniciativa, el intendente Diego Blengino abrió el encuentro, agradeciendo al profesional, no solo por estar presente sino también, por la predisposición demostrada, cada vez que ha sido requerido desde su pueblo.

"Si te involucrás emocionalmente con cada paciente sería irresisistible por el estrés que genera, pero como las cirugías se hacen casi todos los días, se torna algo automático"


"Es un orgullo para todos los condorinos, no solamente porque es reconocido a nivel mundial, sino por la humildad que tiene y la vocación con que hace un excelente trabajo", destacó el jefe comunal.
"No propusimos una charla técnica, sino de vecino a vecino, para mostrar cómo desde un pueblo tan chico, se puede llegar tan alto", agregó Blengino.


Desde sus primeras palabras, Peirone no ocultó su emoción y resaltó su sentido de pertenencia, a pesar de llevar ya varios años fuera de la localidad. "Yo siempre digo que soy de Los Cóndores, tengo domicilio acá", remarcó.


El cardiólogo infantil arrancó la charla recordando sus años de infancia, entre el colegio, -donde a pesar de vivir al frente a veces llegaba tarde-, el fútbol y las clases de dibujo o piano.


"Si alguien me llama de Los Cóndores siento que es un obligación ayudar al pueblo que me formó", sostuvo.
Tras cursar el secundario en el Liceo Militar General Paz, de Córdoba, Peirone estudió Medicina en la universidad, siguiendo la especialidad de Pediatría, emulando los pasos de su madre. Posteriormente, recuerda que analizó la posibilidad de volver a la clínica de sus padres en Los Cóndores, -que hoy ya está cerrada-, pero eligió seguir especializándose, lo hizo a través de la cardiología y consiguió una beca para ir a Canadá. De esa manera, su destino profesional quedaría forjado y sería el de curar el corazón de los más chicos.

"Creo que no salvamos ninguna vida porque eso está en manos de Dios, sólo somos un instrumento para ayudar a las personas"


Casado con una condorina, valora el sostén de su familia para llevar adelante "una profesión difícil, que demanda mucha atención y deja poco tiempo libre".


El Hospital de Niños y el Hospital Privado han sido los lugares donde ejerció su profesión de regreso en Córdoba, tras cuatro años en Norteamérica.


"Lo que me motiva es estar contento con lo que hago día a día y ser útil porque cuando un niño tiene problemas del corazón, está mal toda la familia. No hay cosa más linda que la cara de felicidad cuando se van de alta", destacó Peirone.


Esta etapa de su carrera lo encuentra enfocado en la nueva técnica de evitar los cortes en el tórax para las cirugías, optando por un catéter que se va subiendo por la pierna del paciente, sin la necesidad de hacer parar el corazón.


"Estos procedimientos no llevan más de dos horas y tienen un rápida recuperación de un día para volverse a la casa", comentó al respecto.


"Avanzó tanto esta técnica que hasta se pueden operar a los bebes dentro de la panza de la mamá si se detecta alguna cardiopatía en las ecografías, evitando el daño severo, si se tratara el problema recién cuando nace", explicó.

"Es muy fuerte pero los más agradecidos suelen ser los papás que no pudieron llevar sus hijos de vuelta a casa porque falló la cirugía, pero valoran el esfuerzo"


Tras su introducción, de manera muy distendida, se dispuso a responder todo tipo de preguntas, -varias hechas por niños-, que iban desde su proceder profesional hasta cuestiones personales.


La verdadera ubicación del corazón, qué se siente tener en sus manos la vida de una persona, cardiopatías más frecuentes, intervenciones fetales o corazones artificiales, fueron algunas de las inquietudes respondidas a los presentes. Para tratarlas, el doctor se despojó de tecnicismos con un lenguaje que todos pudieran entender, atrapando así la atención del auditorio, durante casi una hora y media.

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