“Rompan todo” y “Rocanrol Cowboys”, dos excelentes documentales con críticas dispares

Artes y Espectaculos 30 de enero de 2021 Por Tribuna
Columna de Maxi Carranza.
ARTES Rompan

A mediados de diciembre se lanzó en Netflix el documental “Rompan todo. La Historia del Rock en América Latina”, una creación original de esta plataforma. La película dirigida por Picky Tallarico y producida por el argentino Gustavo Santaolalla, intenta ser una síntesis desde los comienzos del rock en Hispanoamérica hasta la primera década del 2000. 

Desde el momento de su estreno, la miniserie de seis capítulos de 45´ cada uno cosechó una avalancha de críticas que no cesan de aparecer a diario en las redes, tanto de  músicos, como de fans y crítica especializada. La cuestión pasa por las ausencias de nombres importantes en los países incluidos y también por la falta de representantes de Venezuela, Bolivia, Paraguay, etc. En el debe quedan marginados grupos y movimientos que hicieron la historia del rock y que dejan la puerta abierta para otras producciones. Sin ir más lejos, no pasó mucho tiempo hasta la aparición “Rocanrol cowboys”, otra creación de Netflix sobre la carrera de los Ratones Paranoicos. Este documental se dio a conocer el 6 de enero y muy pocos dejaron oír sus opiniones sobre la película, eclipsada por la repercusiones de “Rompan todo”. 

Bond, Billy Bond y Arrepentidos

El primer acierto de “Rompan todo…” es sin dudas su título, tomado de la canción homónima de Los Shakers uruguayos y de la célebre frase arrojada por Billy Bond en un recital en el Luna Park en 1972. No solo se entrevista a Bond en Brasil -donde reside hace décadas- sino que hay un contrapunto entre el productor y Emilio del Guercio (Almendra y Aquelarre entre otros grupos). El Bondo (apodo con el cual era conocido Bond en Buenos Aires) también era músico y en el documental confirma haber hecho lo correcto cuando lanzó esa arenga que generó disturbios en ese Festival realizado en el templo del box argentino. 

Por su parte, Emilio del Guercio considera que fue un error porque luego de ese comentado suceso, la prensa sensacionalista se hizo un festín y se demonizó aun más al género. Además, el rock comenzó a tener serias dificultades para encontrar canales de expresión y no se conseguían lugares para tocar. 

Otra confesión a la distancia, que toda buena investigación tiene que poseer, es la de León Gieco, quien reconoce como un “error” haber tocado en el Festival de la Solidaridad Americana en 1982. Ese encuentro se dio en el marco de la Guerra de Malvinas y fueron de la partida: Charly García, Luis Alberto Spinetta, Juan Carlos Baglietto, Gieco y tantos otros. Se negaron a tocar Los Violadores y Virus en disidencia con la última Dictadura Cívico-Militar que organizaba el concierto para recaudar fondos y apoyar a los soldados argentinos. Esa participación de rockeros es uno de los temas que “casi no se hablan” en el ambiente. El Festival todavía es una herida abierta y poco abordada por los investigadores del género en el país.

Cuando todo era nada

La tarea titánica de concretar un documental de este tipo solo podía haber sido hecha por la capacidad de Netflix y la participación de Gustavo Santaolalla, una suerte de gurú del rock latino por haber sido el productor de bandas señeras de gran parte del continente. Una crítica reiterada es precisamente su carácter de conductor principal de la serie y la inclusión de su comunidad de músicos/amigos. Claro que el recorte y temáticas llevan su sello pero no por eso deja de ser un obra maestra por sus imágenes de archivo, las entrevistas exclusivas y el contenido general con fuerte contenido político. Tal vez, una de las claves para entender el producto capitaneado por Santaolalla sea ese aspecto: gran parte de los documentales rockeros abordan solapadamente el contexto sociopolítico. En cambio, Rompan todo se estructura a partir de este eje y lo potencia a un nivel latinoamericano. 

Por otro lado, hay que reconocer la ausencia muy presente de figuras de todos los países que recorren los episodios: desde La Renga y Riff en Argentina hasta Jaime López y Cecilia Toussaint en México, por citar solo algunos nombres. También se da la lógica de estos casos revisionistas: el que sale habla muy bien del trabajo y el que no fue convocado comienza a criticar por todos los medios posibles. 

Cabe recordar los títulos de cada capítulo de “Rompan todo”,  en orden cronológico: La Rebeldía, La Represión, Música a colores, Rock en tu idioma, Un solo continente y Una nueva era. Como suele suceder, las despiadadas críticas no hicieron más que promocionar la serie, la cual fue una de las más vistas en el país.

Ratones documentados

Casi sin respiro, Netflix presentó el 6 de enero “Rocanrol cowboys”, la obra dedicada a repasar la trayectoria de los Ratones Paranoicos. Curiosamente, casi no tuvo críticas y las pocas que hubo fueron favorables a la película dirigida por la productora Plástico. Sin embargo, el rockumental deja una sensación amarga con un final que se diluye y pierde impacto. El documental empieza bien arriba con la otrora clásica actitud de Juanse (cantante y guitarrista de la banda) de bajarse los pantalones sobre un escenario y termina con su conversión como católico practicante. 

El trabajo está bien estructurado en su hilo argumental, considerando las idas y vueltas en casi tres décadas de carrera pero varias imágenes pueden verse en otros documentales de los Ratones. Se trata de una biografía autorizada por lo que tuvo el visto (bueno) de los protagonistas y no hay grandes revelaciones o lo que dicen ya es conocido por sus seguidores. Se podría haber incluido alguna declaración de Pappo, que si bien sale bastante en el filme nunca dice nada de la banda o la imagen de Juanse cuando se fracturó una pierna tocando como soporte de Guns N´ Roses. Apenas algunas ausencias que no empañan un largometraje que es tan bueno como “Rompan todo”, más allá de las opiniones destructivas que no suman nada a estos documentales. Dos excelentes películas que merecen verse sin prejuicios de ningún tipo y mucho menos musicales.

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