Alberto Martino volvió a la política activa en Río Tercero, al asumir como presidente del Concejo Deliberante. En un extenso diálogo con TRIBUNA, el exintendente radical dejó varias definiciones sobre su rol político en la gestión que conduce Marcos Ferrer.

-¿Con qué desafíos y expectativa asumiste la presidencia del Concejo Deliberante?
   -Estoy contento de estar nuevamente en la política local. En cuanto a los desafíos son diferentes a los de 2007. En aquellos años yo quería ser intendente de mi ciudad. Y lo logré por ocho años. Hoy no tengo esa presión, ambición y proyecto. Solo quiero estar en Río Tercero con mi familia, con mis amigos y hacer política acá. Tuve experiencias en otro lado pero políticamente no era lo que yo esperaba ni pretendía. Quiero agradecerle a Marcos (Ferrer) que me hizo un lugar en su equipo. Y después bueno… esto también es una encuesta: si uno está medianamente en la consideración de la gente, puede tener un lugar. Es una serie de factores. Estoy en una etapa de mi vida en la que quiero disfrutar de otras cosas. Voy a ser abuelo próximamente, así que quiero estar con mi nieta.

-¿Afirmás que no está dentro de tus planes ser intendente nuevamente?
   -No es mi objetivo. 

-¿Pero podés estar dentro de la consideración política para una candidatura de ese tipo?
   -Hoy no tengo esa ambición ni esa meta. Si las circunstancias me llevan el día de mañana, no lo sé. Prefiero que asuma ese compromiso otra gente, con ganas. Y anhelo proyectarme hacia otro destino. Pero en la dinámica política de este país, no se sabe qué puede llegar a pasar mañana. 

-¿Crees que se viene una renovación fuerte dentro del radicalismo, en torno de nuevos referentes?
   -Cuando empecé como intendente, yo aposté a los jóvenes. De hecho Marcos fue secretario muy joven. Eso nos permitió darle una dinámica muy distinta a la gestión. Lo que a mí me faltaba lo ponían ellos. En la segunda gestión incorporamos más jóvenes, muchos que trabajan con Marcos, que sumó también actores de la vida de la ciudad, como Miguel Canuto, Rocío Comba.

-¿Cómo esperás que sea el trabajo en el Concejo, sobre todo con la mayoría especial de siete concejales que tiene el oficialismo?
   -Lo más lógico sería decirte que será un trámite, muy fácil. Ahora si yo como presidente del Concejo planteo esa teoría, estamos condenados al fracaso, porque no vamos a tener capacidad de escuchar y de diálogo. Cuando se hace lo que uno quiere, sin intentar el consenso, está comprobado que se termina mal. El desafío es mayor con una mayoría agravada. Nos permite, con ese alivio por llamarlo de alguna manera, hacer una apertura hacia afuera. Tenemos que ir en búsqueda del vecino y de las instituciones. 

-En su mensaje, el principal bloque opositor conducido por Nicolás Rodríguez planteó proyectos interesantes, ¿podrían tener el apoyo del oficialismo?
   -Sí son interesantes para (tratar) el año que viene. Ahora es prioritario aprobar el contrato de agua y cloacas con la Cooperativa que hace 15 años que da vueltas. Hay que cerrar ese tema para darle a la Cooperativa certezas económicas para las nuevas obras, en cuanto al recambio de cañerías, las nuevas inversiones en cloacas que se deben hacer. Y la otra prioridad es el presupuesto y las ordenanzas tarifaria e impositiva, que dependerán de lo que pase desde el 10 de diciembre cuando asuma el nuevo gobierno nacional, a ver con qué país nos vamos a encontrar, o cuán grave será la situación. El año que viene con más tiempo analizaremos los proyectos de la oposición. Además habrá que rediscutir temas como la ordenanza de las PASO, si habrá que eliminarlas, personalmente creo que sí. Este año hubo seis elecciones, entre las locales, provinciales y nacionales. Fue un año perdido. La gente se cansa y el nivel de participación es menor. En su momento las PASO sirvieron, pero hay un consenso generalizado (para eliminarlas).

"No vengo a ser un obstáculo"

-¿Cuál será tu aporte político a la segunda gestión de Ferrer? ¿Te sentís resistido por algún sector?
   -En política hay ciertos celos. En algunos provoca recelos el hecho que yo haya regresado. Pero yo vengo a sumar. No vengo a ser un obstáculo. El único que me interesa que lo tenga en claro es Marcos, con el resto no discuto. Vengo a hacer un aporte a Marcos. En cuatro años no me metí para nada y él necesitaba que yo no estuviera, y demostró que es un excelente intendente. Él se va, no puede ser reelegido, y eso me permite interactuar mucho más. Yo acompañaré en lo que decida. Creo que tiene una proyección política muy importante a nivel provincial y nacional. Me gustaría acompañarlo en su sueño. Pero de algo estoy seguro: no voy a ser obstáculo para nadie. Lo que logré lo hice con mucho esfuerzo y sacrificio, nadie me regaló nada.  Simplemente quiero ayudar.

-¿Cómo ves a la figura de Ferrer en la reconfiguración del radicalismo, tanto provincial como nacional?
-Muy importante. Creo que habrá un replanteo importante en Juntos por el Cambio y vendrán nuevas alianzas. Habrá una reconfiguración. Se vienen nuevos tiempos en la política. Y sin dudas Marcos estará en la primera plana de esa discusión. Lo que a mí no me gusta hacer, a él le encanta y encima le sale bárbaro. 

-¿Qué valorás de la gestión de Ferrer?
-Todo. Es uno de los pocos intendentes que manejó muy bien lo referido a la pandemia. Fue un adelantado a varias cuestiones que se imponían. El proceso de apertura, por ejemplo. Siempre estuvo un paso adelante. El proceso de vacunación cuya organización fue un éxito. La pandemia permitió hacer un gran ahorro para concretar luego muchas obras juntas. Eso permitió un impacto importante a la gestión en los últimos dos años, más la habilidad que tuvo para gestionar a nivel provincial y nacional, que se tradujo en la elección.

-En obras y en la aprobación de la universidad.
-Se dio el contexto político justo. Y la universidad es la frutilla del postre de la gestión. Ahora hay que pelear el presupuesto. Es un paso histórico.

-¿Qué esperás para el año que viene ante este panorama nacional tan incierto y preocupante?
-Más allá de lo que económico, si no entendemos que tenemos que cerrar la grieta, estamos condenados al fracaso. Estamos en un extremo tal que hay amigos y familias que se han peleado por la política. Es hora que se termine. Lo hayan votado o no a Milei, la mayoría se inclinó por un cambio. Yo lo voté a Larreta porque interpreté que ese el cambio. No se dio y terminó en Milei. Y hoy hay que bancarlo. Sí o sí hay que apoyar a Milei, por el bien de todos. Estoy cansado de vivir en incertidumbre económica, que tus hijos se vayan a vivir afuera porque no ven futuro en este país. En lo personal me pasan muchas cosas. Uno de mis hijos está afuera, otro que volvió pero se fue de nuevo, porque no ven que tengan futuro de crecer, de tener un buen laburo, de un buen porvenir y de vivir seguros. No quiero eso ni para mis hijos ni para mis nietos. Nos vamos a tener que arremangar todos, y aguantar lo que se vengan un par de meses, para vivir como un país normal. Que no tengamos diez tipos de cambio, todos los días con remarcaciones de precios, ni que todos los días te roben o maten gente cada cinco minutos. Aspiro a que Milei le vaya fenomenal.

Ajuste y Fábrica Militar

-En ese contexto rescato un concepto tuyo en tu discurso de asunción en el Concejo, sobre el futuro por ejemplo de la Fábrica Militar en el ajuste que se viene. Planteaste que no es tan fácil disponer el despido de 200 trabajadores para justificarlo.
-Me pasó que hablaba con gente en la ciudad, que decía “y bueno si tienen que echar a 200 empleados de la Fábrica Militar, que lo hagan”. Pero no es tan fácil (aceptar esa decisión) de gente que se queda sin laburo. No hablo de los ñoquis, de los enfermos crónicos. La Fábrica Militar hace a la idiosincrasia de Río Tercero, como lo es la universidad ahora. Lo que creo es que no vendrá algo impulsivo, para cerrar y privatizar, sino que van a tratar de poner en valor. Si es así, todos tenemos que jugarnos en eso, para que pueda competir con el privado. Pero por el solo hecho de ajustar a dedo no es justo. Se debe dar una discusión sana, tranquila y pacífica. Y en Río Tercero buscar una alternativa distinta para que si la Fábrica diera pérdidas, tratar de ayudar para que ocurra lo contrario. La salud y la educación pública, por otro lado, son valores que respeto. Hay que dar esa discusión sin peleas y sin romper nada. A la educación y a la salud hay que mejorarlas. 

"Me pasó que hablaba con gente en la ciudad, que decía 'y bueno si tienen que echar a 200 empleados de la Fábrica Militar, que lo hagan'. Pero no es tan fácil (aceptar esa decisión) de gente que se queda sin laburo. No hablo de los ñoquis, de los enfermos crónicos".

-Sobre el futuro de la Fábrica Militar, entiendo, se debe dejar de lado la nostalgia de creer que se puede volver a esa estructura de gestión de los años ’40, cuando se fundó. No se puede pretender eso el siglo XXI. Puede y debe haber participación privada y otra visión empresaria.
-Coincido. (En la Fábrica) hay 60 hectáreas de monte. Hace años que se habla de crear un parque industrial. Hay que abrir un poco más la cabeza, para que vengan a invertir. Se pueden generar muchas cosas. No podemos vivir en la nostalgia porque armamentos no se fabrican más. Entonces hay que reconvertirla para que sea redituable. Tampoco es justo que si da pérdidas, todos debamos estar pagando (con los impuestos). Las empresas del Estado pueden funcionar bien si están bien manejadas. Ahora bien si se necesitan 300 empleados y se toman 700, nunca van a dar los números. 

¿Tasas ajustables?

-Sobre el proyecto de presupuesto municipal, ¿piensan desde el Concejo realizar aportes, o esperarán aquellos que realice el Ejecutivo?
-Lo tiene que proponer el Ejecutivo. El único que sabe fehacientemente cuáles son los números parea funcionar es el (Departamento) Ejecutivo, más concretamente el secretario de Hacienda. Lo he vivido. 

-Se habla de un aumento del importe de las tasas del 150%.
-Sabemos que va a rondar en eso. 

-¿Estás de acuerdo con que se aplique un ajuste periódico y automático de las tasas?
-Absolutamente. Leí como lo aplicó Martín Llaryora en San Francisco y lo va a aplicar en la Municipalidad de Córdoba y en la Provincia. Me parece bueno. No sé si estará en la idea del intendente. Se ajusta con un índice en base al aumento salarial. Me parece correcto. Cuando fui intendente siempre hubo inflación: se aprobada un aumento de tasas del 50%, y al mes de setiembre llegábamos sin fondos. Todo aumenta y a fin de año se termina con balance negativo. Hay que equiparar las cargas. A todos nos gusta tener buenos servicios, que la Municipalidad esté espléndida, pero para eso se necesita que el esfuerzo sea compartido.