“El peaje es una estafa vial”

Desde que se conoció la decisión del Gobierno provincial, de levantar los tres peajes ubicados sobre ruta 6, salió a la luz una repercusión que sigue sumando voces.  

Naturalmente, los primeros en expresarse fueron los trabajadores de las cabinas que temen por su futuro laboral, más allá de la promesa tácita de ser reubicados que acompañaría a este levantamiento de barreras.

Del otro lado, sin ánimo de confrontar, como aclaran de antemano, sino fundamentando su postura, se encuentran no solo los automovilistas, sino también, una organización que viene desde hace varios años batallando contra la existencia misma de los peajes, en todo el país.

En este marco, desde el Comité Nacional de Defensa del Usuario Vial (CONADUV) siguen atentamente el  Desarrollo de esta situación que debería tener una resolución efectiva, pronto.

Su coordinador, Ricardo Lasca, quien además integra el Centro Argentino de Ingenieros Agrónomos (CADIA), fundamentó el rechazo a este sistema de cobro en las rutas que llegó al país durante el Gobierno nacional de Carlos Menem, en la década del ‘90.

Desde la base de apuntar que es inconstitucional, por afectar el libre tránsito sin ofrecer una vía alternativa como corresponde, en ese caso, le agrega aspectos técnicos. Según afirma, por el tráfico que tienen este tipo de rutas, lo recaudado no alcanza para realizar las reparaciones que se deberían efectuar, lo que constituye una “estafa vial”.

Su percepción va más allá de las cabinas ubicadas en Tancacha, Dalmacio Vélez y Cruz Alta; se trata de una lucha que ya dio como fruto el levantamiento de peajes en el Valle de Punilla, en Córdoba y algunas rutas de Santa Fe y Chaco, según enumera Lasca.

Al margen de asegurar que tanto la organización que integra como distintos legisladores y profesionales, cuentan con proyectos para mantener las rutas sin cobrarle a usuarios que ya pagan tributos, Lasca recuerda que por el impuesto al combustible, dispuesto con este fin, se recaudan 150.000 mil millones de pesos anuales.

Tampoco tiene pruritos en afirmar que en muchos casos, los peajes responden a una “caja política”, sugiriendo además que existe una gran estructura ligada al poder, que ampara su existencia.

Por otra parte, resalta el daño a las economías regionales que genera este “impuesto a la circulación”, desde el  momento en que el costo de los peajes integra el precio de los productos que se transportan.

En cuanto al costado más sensible de la situación ahora planteada sobre ruta 6, relacionado con el futuro de la mano de obra, tras una concesión que lleva casi 30 años, Lasca afirma que podrían ser reubicados y las  estructuras reutilizadas, en Vialidad Provincial, seguridad vial, áreas de descanso, espacios dedicados al turismo o el control de cargas, tan importante para el resguardo de la red vial y no siempre implementado como corresponde.

“No somos una entidad de beneficencia, nosotros también trabajamos en la ruta y no tenemos la culpa de que se queden sin trabajo. Ya pagamos un montón de impuestos”, concluyó.