Desde México, Sonido Gallo Negro presenta “Paganismo”, un disco de sincretismo tropical y psicodelia

Artes y Espectaculos - Cine 18 de junio de 2022 Por Tribuna
Desde el Distrito Federal, Sonido Gallo Negro acaba de estrenar en todas las plataformas Paganismo, su nuevo álbum con once temas.
Gallo Negro
Jorge Alderete (de anteojos oscuros) es el único argentino que integra la banda Sonido Gallo Negro

Por Maxi Carranza

Desde el Distrito Federal,  Sonido Gallo Negro acaba de estrenar en todas las plataformas Paganismo, su nuevo álbum con once temas. La formación lleva 12 años de trayectoria en los cuales han realizado múltiples giras europeas y americanas, visitando más de 50 ciudades en 20 países. Cuatro discos de estudio, uno en vivo y colaboraciones especiales han hecho de la banda una de las más representativas de la Ciudad de México. 

Según el boletín de prensa: “SNG es un grupo que retoma las raíces de la música tropical psicodélica. Guitarras, órganos excéntricos, sintetizadores análogos, son algunos de los elementos de la música lisérgica de esta agrupación. Propuesta de rareza exótica que gusta vestir su música con aires esotéricos que alteran la percepción y obligan a bailar, acompañados de hipnóticos visuales realizados en vivo por el Dr. Alderete”, señala el texto promocional. Precisamente Jorge Alderete (50), único argentino de Sonido Gallo Negro, habló con TRIBUNA sobre el reciente trabajo. Más conocido como Dr. Alderete, el patagónico es músico e ilustrador, con una larga trayectoria en el diseño y la animación.

-¿Cómo surgió el título del álbum, habitualmente los músicos te dicen que sale rápido o bien se toman bastante tiempo para decidirlo?
-Lo que pasó con este disco a diferencia de los anteriores es que se hizo en pandemia. Entonces las circunstancias fueron muy distintas y se grabó de otra forma, porque no estábamos todos juntos en el estudio. Como no podíamos tocar en vivo una manera de estar en contacto con nuestro público era grabar canciones. No había un hilo conductor muy claro y pensábamos llamarlo Cumbiademic, que hacía referencia a la pandemia. Cuando lo terminamos decidimos a último momento no hacer referencia al Covid en el disco. Buscamos alternativas y rápidamente llegamos a Paganismo.

-¿Qué vínculos tenés con la provincia de Córdoba?    
 -Mi relación con Córdoba es vacaciones de la infancia con mis padres a las sierras y el viaje de egresados estando en el sur fue ir a Carlos Paz porque nací en Santa Cruz y viví mucho tiempo en Neuquén. Tengo muchos amigos cordobeses con los que me vinculé en México, como Andrés Oddone, que estuvo en esa generación más electrónica. Además, fuimos vecinos acá y muy amigos. También tuve la suerte de colaborar con Sol Pereyra, justo en el arte de su último disco doble. Hemos quedado en contacto y Córdoba siempre ha estado presente a través de determinados embajadores.

-El álbum tiene varias versiones de grupos como “Planet Claire” (The B-52´s) y “The Model” (Kraftwerk) ft. Ernesto Mendoza, ¿de qué manera se decidieron por esos temas?
-Como te decía antes, fue un álbum muy particular en varios aspectos. En general, nuestros discos tienen un eje conceptual o línea discursiva muy clara en el cual nos vamos moviendo. Por ejemplo, el trabajo El mambo cósmico fue, dentro de nuestras posibilidades y limitaciones, acercarnos a la música del mambo, que está muy presente en la Ciudad de México. En este caso no existía, lo que sí había era mucha incertidumbre, entonces cualquier excusa era buena para ir por ahí. Así pasó con “The Model” que la idea era homenajear al líder de Kraftwerk que había fallecido. No tuvimos limitaciones para hacer adaptaciones y pasó lo mismo con The B-52´s. Hicimos lo que quisimos con la premisa de divertirnos y de seguir produciendo cosas.

-¿Quizás el caso menos conocido en cuanto a las versiones sea justamente la del mexicano Juan García Esquivel con “Mini Skirt” con el ft. de Zianya González?
-Es uno de los grandes  músicos mexicanos de otra era, que lamentablemente no es reconocido como debiera. Se fue a Estados Unidos a trabajar y fue uno de los primeros que empezó a grabar en estéreo para la RCA cuando eso era una novedad. Antes los discos se grababan en mono y de repente sale el sonido estéreo y lo tenés al tipo dirigiendo una orquesta con secciones en distintas locaciones. Era de avanzada y un adelantado a su época. Había un Festival acá que lo iba a homenajear donde íbamos a tocar y después no pasó nada. Con esa excusa hicimos una versión  de uno de sus clásicos, que tiene muchísimos porque hizo una gran carrera. 

-¿Estudiaste en la Universidad de Bellas Artes de la ciudad de La Plata, llegaste a compartir con Ricardo “Mono” Cohen o Rocambole, el histórico ilustrador de Los Redonditos de Ricota?
-Sí, era titular de la materia de Dibujo y fui parte de su cátedra desde 2º año, donde convivimos mucho. Fue una gran influencia, quizás no plásticamente pero sí conceptualmente. Aprendí de Rocambole como  trabajar con los grupos de rock. Gran parte de mi carrera gráfica tiene que ver con el rock y con las tapas de discos y carteles. Aprendí a involucrarme de la misma forma que él lo hacía con Los Redondos. No era el diseñador, era un miembro más de Los Redondos. Desde ahí fue como empecé a trabajar con bandas desde otro lugar. No como clientes sino a relacionarme a partir de lo artístico. 

-¿Tenés hechas más de 150 tapas de discos con artistas de varias partes del mundo (Andrés Calamaro, Fabulosos Cadillacs, Café Tacvba, Los Straitjackets, etc.), preferís alguna en especial?
-No podría elegir una. Como lo que aprendí del Mono Cohen, me involucro desde la parte artística con los músicos. Prácticamente no he ido a ofrecer mi trabajo de hacedor de tapas a ninguna disquera. Siempre trabajo directamente con los artistas. Con ellos hablamos un lenguaje muy parecido. Mi forma de involucrarme es sin intermediarios y tuve la suerte de trabajar con gente con la que comulgo. Algunos me gustan más que otros pero en general tengo que creer en ellos para traducir en imágenes su obra. Porque si no la entiendo no creo que pueda hacer un buen trabajo. Es mi forma y no digo que sea la única. Hice un par de tapas para los Cadillacs y esa forma de encarar las cosas hizo que me fuera de gira con ellos, para hacer ilustraciones en vivo mientras tocaban.

-¿En México existía también ese prejuicio con la cumbia que era muy fuerte hace algunos años?
-Nos pasó a todos. En Gallo Negro la mayoría venimos del rock y otros lugares que tienen poco que ver con la música tropical. Al momento de acercarnos nos dimos cuenta que nos había atravesado esa música. Es un prejuicio con el que acá tuvimos que luchar cuando comenzamos. Ahora hay más aceptación. Nos costaba porque los primeros shows eran en lugares de rock. Siempre tuvimos mucho cuidado con eso, principalmente no acercarnos al género de manera graciosa, que era una tendencia en otra época. Nuestra forma de hacerlo era no burlarnos de nada, porque otros tenían letras misóginas y el chiste fácil. Por eso cuando empezamos nuestros recitales éramos muy serios, instrumentales –no hay  cantante- y sin arengar a la gente. Mal que renieguen todos, en Latinoamérica la música tropical nos ha atravesado porque lo escuchás toda la vida y está en nuestro ADN.

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