La reconversión del sector hotelero luego de la severa parálisis por la cuarentena

Locales 10 de mayo de 2021 Por Tribuna
Algunos cerraron para siempre, otros por varios meses, pero todos los sobrevivientes debieron adaptarse a una nueva normalidad.
LOCALES - Hotel1

A su paso, la pandemia reconfiguró gran parte de lo conocido hasta entonces y en ese marco, el sector hotelero fue uno de los más castigados por la situación sanitaria.

Las restricciones sobre eventos sociales y deportivos, alejaron a los huéspedes de fin de semana, mientras que las nuevas modalidades de trabajo y la caída del consumo, hicieron lo propio con aquellos clientes corporativos.

Durante la cuarentena, la ciudad padeció un importante recorte de plazas con el cierre de su hotel más grande, el Argentino, además del histórico residencial Richard y por varios meses, el Vélez Sarsfield y el Mayoral.

Aunque la tormenta no pasó, el escenario fue cambiando y un repaso por la realidad de los que quedaron en pie, permite evaluar hasta dónde llega la recuperación del rubro.

Cada uno con sus particularidades, buscaron reinventarse para sobrevivir. Una temporada de verano con buenos niveles de ocupación resultó un alivio que se esfumó con la vuelta de las restricciones nocturnas a partir de abril.

Entre las novedades más resonantes del sector puede citarse la reapertura del Mayoral que tras más de tres décadas de historia había cerrado sus puertas a pocos días de decretarse la cuarentena.

El hotel fue alquilado por su dueña Claudiana Gabaglio a otro empresario del sector, Fabián Zunino, quien ya tiene a su cargo el Apart 3, en la salida de la ciudad, rumbo a Almafuerte.

Según relató su nuevo administrador, las refacciones de un inmueble que “se deteriora más estando cerrado que abierto”, demandaron unos 20 días y se volvió a tomar seis empleados.

“La idea era reconstruir pero no cambiar demasiado”, afirmó, por lo que nunca dudó en mantener el nombre de este alojamiento que cuenta con 70 plazas.

Aunque está convencido de que “esto en algún momento va a pasar” y Río Tercero tiene potencial para recuperarse, a partir de algunas ayudas que puedan llegar desde Nación o Provincia, Zunino se muestra preocupado por los niveles actuales de ocupación que como máximo llegan al 50 por ciento en algunos días pero pueden bajar al 10 por ciento en los restantes.

A su vez, fue concesionado a un reconocido gastronómico de Almafuerte, el restaurant colindante, con una propuesta similar a la que ofrece en aquella ciudad y también seguirá sirviendo los desayunos del hotel.

Con respecto al Apart 3, Zunino afirma de manera similar a sus colegas, que luego de un buen verano, con días de ocupación plena en las 68 plazas disponibles, también bajó a la mitad, como consecuencia de una menor circulación, tanto de turistas como clientes corporativos.

Nuevo comienzo
En cuanto recibieron la autorización para volver a trabajar, tras decretarse el aislamiento social y obligatorio, el hotel Vélez Sarsfield solo estuvo abierto una semana, porque la escasa llegada de huéspedes no lo justificaba, había argumentado su dueño Ariel Levrino.

Con un novedoso sistema “low-cost”, como impusieron las aerolíneas, volvió a operar a fines de noviembre. Este metodología permitía pagar solo por pernoctar y aparte por el desayuno o el aire acondicionado. “Esta diversificación de tarifas dio buenos resultados durante la temporada estival”, afirmaron desde ese espacio fundado en 1980.

“Sin dos grandes jugadores como el Argentino y el Mayoral, volvimos a los niveles pre-pandemia pero eso mermó a partir de abril con las nuevas medidas del gobierno”, apuntó Levrino.         El hotel cuenta con 50 plazas y una ocupación promedio que actualmente oscila entre el 50 y 60 por ciento, precisó.

Por otra parte, cree que en este contexto, “sobran” hoteles en la ciudad pero llevará más tiempo hacer un análisis concreto del mercado actual, a medida que se estabilice la nueva normalidad.         Mientras tanto, aguarda algunas exenciones impositivas comprometidas tanto por parte del Municipio como el Gobierno provincial.

El hotel Claro de Luna también disfrutó de un buen verano que incluso permitió realizar algunas inversiones como la incorporación de nuevos televisores, repasa Walter Delacheca.

Pero asegura que con la llegada de abril y las ya comentadas restricciones, se produjo una drástica baja del 60 por ciento en la ocupación de las 60 plazas disponibles, con respecto al mes anterior. Con esas cifras, “solo se pueden salvar los costos”, advierte.

El administrador de este hotel ubicado en pleno centro, también observa una caída del movimiento en los comercios cercanos y allí encuentra una explicación de porqué vienen menos proveedores y viajantes a hospedarse.

La principal novedad para este alojamiento pasa por el restaurant montado en un espacio que forma parte de la estructura y ya estaba previsto cuando fue constituido, hace unos 50 años.
    El sector gastronómico también se ha visto afectado por la imposibilidad de transitar después de la 1 de la mañana, porque “la gente no se acostumbra a cenar temprano, afirma Delacheca, solicitando al menos una hora más.

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