Un reconocimiento a 65 años detrás del mostrador

Locales 19 de septiembre de 2020 Por Tribuna
El Centro Comercial homenajeó a Pedro Rodríguez en el Día del Almacenero
LOCALES Almacenero
Octavio Garello y Gabriel Prieto del Centro Comercial rodean a Pedro Rodríguez, almacenero de Río Tercero

En la era de las grandes cadenas de supermercados, los almacenes siguen de pie, ofreciendo su servicio de la misma forma que hace años, por su calidez en la atención y por la comodidad y confianza que han establecido con cada uno de sus clientes.

Cambiaron los consumidores y los hábitos de consumo. Cambiaron los proveedores y los modos de pago. Todo cambió, pero muchos almaceneros dieron batalla y siguen de pie. Algunos llevan décadas detrás de sus negocios familiares y tienen historias para contar sobre cómo sobrevivieron, casi sin cambiar, a tanto cambio.

El pasado miércoles, como cada 16 de septiembre se celebró el Día del Almacenero y desde el Centro Comercial de Río Tercero se realizó un reconocimiento a uno de los más tradicionales exponentes del rubro que tiene la ciudad: Pedro Rodríguez.

Representando a la institución visitaron el local donde don Pedro tiene su almacén, Gabriel Prieto y Octavio Garello.

“Con este pequeño gesto quisimos revalorizar a los negocios de barrio que tanto han ayudado en este tiempo de pandemia”, señaló Prieto. El presidente del Centro Comercial consideró que los llamados negocios de cercanía cumplieron un rol importante en los últimos meses y desde la institución se buscó otorgarles el valor que tienen para los vecinos.

“Los almacenes como los de Pedro o los negocios de barrio no son solo eso, son espacios en donde la gente podía pedir un consejo, un favor o charlar un rato. Se ha perdido mucho de esto lamentablemente, pero por la pandemia para algunos vecinos retomaron ese valor que supieron tener”, indicó. 

Una vida como almacenero
Como cada mañana desde hace 65 años allí estaba Pedro el miércoles para dar comienzo a la jornada y recrear ese ritual que desde siempre tiene con los clientes. A los 88 años aun conserva muchos recuerdos de su vida como comerciante y sentado detrás del mostrador es quien lleva adelante su negocio. En su figura están representados cientos de comerciantes de esta ciudad a los que el Centro Comercial llevó su reconocimiento.

Los inicios del Almacén Rodríguez se remontan a noviembre de 1955. “Trabajaba en un negocio de ramos generales en la calle General Paz como cadete y repartidor en bicicleta. Me tenían muy buen concepto. Varias veces me había querido ir a buscar otro trabajo, pero me decían que me quede. Ahí había conocido a un señor más grande que yo, de apellido Sánchez, que era camionero y transportista. Y cuando cerraron el negocio donde estábamos, él a través de su señora me propuso poner una despensa juntos. Y así fue. Ellos vivían en la esquina, en Mitre y Deán Funes. Tenían una pieza grande y ahí armamos el negocio”, recuerda don Pedro.

Años más tarde la sociedad se disolvió y Pedro quedó al frente del comercio. También logró comprar un local ubicado al lado de donde se instaló inicialmente el negocio y es allí donde aún sigue: en Deán Funes 192.

Pedro ha sido testigo de transformaciones: “Ha cambiado todo en estos años. Antes se vendía todo suelto, la sal, el azúcar, la yerba, la harina. Todavía tengo los cajones donde poníamos la mercadería. Recuerdo que al frente teníamos las argollas en el cordón para enganchar los caballos o los sulkys en los que venían los clientes. También antes se fiaba en la libretita, y ahora es mucho menos. Y Ahora hay más inseguridad, uno tiene que estar más atento. Me asaltaron una vez”.

Este comerciante no concibe su vida sin el almacén del que es propietario: “Esto es parte de mi vida. Dejar el negocio es casi como esperar la muerte. Uno extrañaría el contacto con la gente, los que vienen a comprar, los que vienen a charlar, los que pasan a saludar”.

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