Coronavirus: cómo hacer para no alimentar la pandemia de la soledad
Los ancianos representan la gran mayoría de las muertes por coronavirus, en particular los mayores de 85 años o aquellos con afecciones subyacentes. Si bien el aislamiento físico puede proteger a nuestros adultos mayores del virus altamente contagioso, los expone a otro desafío menos comprendido: la soledad.
“Aislamiento social no es lo mismo que aislamiento físico. En la cuarentena se nos propuso como primera medida distanciamiento físico, y a los adultos mayores estar en su casa porque son la población más afectada por el virus. El distanciamiento social implica cierta desconexión con los vínculos y eso contribuye a la soledad, lo que va a afectar a la salud mental de los abuelos provocando miedo, incertidumbre, que se sientan abrumados, es decir, que esto afecta también de manera directa en sus emociones”, señaló la psicóloga Rebeca Mayer (MP 11307), especialista en neuroestimulación.
El aislamiento social, y más particularmente en los grupos de riesgo por edad tiene graves consecuencias en relación con la salud psíquica. ¿Qué hacer entonces para cuidar a los adultos mayores?
“Tienen que mantenerse conectados de manera virtual. Entendemos que es un desafío porque muchos no manejan redes sociales, plataformas, celulares o computadoras. Pero por eso es importante instar a sus grupos familiares, a sus personas más queridas, a que trabajen juntos en este desafío y les permitan estar conectados a través de estas herramientas virtuales”, recomendó Mayer.
La profesional indicó que para el bienestar de las personas de la tercera edad “tiene mucha importancia” el estar en contacto con los otros. “Se trata de un factor muy protector de la salud mental el compartir con otros, estar conectados con los demás”, aclaró.
Entre generaciones
Si bien muchos ciudadanos mayores carecen de las habilidades necesarias para mantenerse conectados a través de la tecnología, con “el trabajo entre generaciones se puede resolver este problema”, opinó Mayer.
La profesional dijo que la clave está en que los adolescentes y jóvenes enseñen a los adultos mayores a mantenerse comunicados a través de la tecnología. “Es necesario que sean ellos quienes eduquen en la tecnología”, dijo.
Más allá de los nuevos medios para estar conectados, la psicóloga consideró como “muy importante” el hecho de que los adultos mayores “reciban a diario notas o mensajes en los que se los interrogue acerca de cómo están, qué hicieron durante el día, para ofrecerles ayuda. Esto implica salud emocional”, puntualizó.
Mantener rutinas
Los adultos deben ocuparse de mantener un nivel de actividad que les permita sostener una rutina. “Si bien algunos hábitos se van a ver modificados, es importante respectar lo que más o menos hacían antes de esta situación, la hora de dormir, de comer”, indicó Mayer.
La psicóloga también consideró fundamental promover el bienestar del adulto mayor a través de la estimulación cognitiva: “Esto implica hacer algunas actividades como crucigramas, sopa de letras, jugar al ajedrez, realizar artesanías, hacer música, para generarle desafíos al cerebro y que las funciones cognitivas sigan trabajando a través de estas herramientas”, señaló.
Cuidado
Como para cualquier persona, mantenerse informado sobre lo que está aconteciendo siempre es útil. Sin embargo, Mayer consideró que la sobreinformación puede resultar dañino. “Esto también tiene un efecto nocivo. Por eso hay que estipular cierta cuota de información y ver otras cosas que impacten de manera positiva”, añadió. Y recomendó a los adultos mayores trabajar en la espiritualidad “más allá de los credos que tenga cada uno”.