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Cascos fríos, para ganar la batalla contra el cáncer

Evitan la caída del pelo durante la quimioterapia. La iniciativa es impulsada en Río Tercero.

Locales17/02/2020 Tribuna
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Marina Gimera, una de las impulsoras de la idea, junto a Adriana Vietti, paciente oncológica

Es habitual que al hablar de cáncer y de la quimioterapia como tratamiento para afrontar esa enfermedad se nos venga de manera inmediata a nuestros pensamientos la caída y pérdida de cabello. Estos son conceptos e ideas instaladas desde tiempos remotos en el imaginario colectivo y que perduran por la falta de información en muchos casos. 

Es por eso que dos mujeres riotercerenses, madre e hija,  decidieron comenzar a difundir su experiencia con la utilización de cascos fríos durante el tratamiento de quimioterapia.

"Todo empezó a partir de una sugerencia que nos hizo el oncólogo días previos al comienzo de la quimioterapia (de mi mamá)", comenta Marina Gimera a TRIBUNA.

"Para quienes tenemos que afrontar la quimioterapia lo primero que se nos viene a la cabeza es que vamos a perder nuestro pelo y el tratamiento en sí en ese momento queda en un segundo plano porque nuestra preocupación pasa por como nos van a ver. Siempre que vemos a hombres y mujeres en calle usando un turbante o pelados lo asociamos a que están enfermos", relató Liliana.

Y fue a partir de la recomendación que madre e hija comenzaron a buscar en información y asesoramiento sobre la utilización de cascos fríos para así poder evitar la caída del cabello durante el tratamiento. "En pocos días nos pusimos en contacto con mujeres de distintos puntos de la provincia que nos explicaron como funcionaban, cómo teníamos que armarlos, dónde comprar los geles y lo que fue más valioso para nosotras fue  escuchar los relatos de cómo estos cascos habían evitado que perdieran todo su pelo", contó Liliana.

La utilización de los cascos fríos durante el tratamiento de quimioterapia consiste en enfriar geles, armarlos como si fueran un casco que cubra toda la cabeza del paciente y se usan, antes, durante y después de cada sesión de quimioterapia. "Lo que hacen los cascos es congelar los folículos pilosos y de esa manera se evita que la medicación llegue  al folículo y se disminuye así de manera considerable la caída del pelo", explicó Marina.

Esta técnica se usa desde hace ya varios años en otros países donde se le colocan a los pacientes cascos refrigerantes que se conectan a una máquina que los mantiene frío durante el tratamiento. En Argentina estos cascos tan sofisticados no se utilizan pero sí esta alternativa que posibilita los mismos resultados. "Cuando  tuvimos todo listo, habíamos conseguidos los geles, armamos los cascos y pasamos por la primera sesión de ´quimio´, decidimos compartir esta información con otras personas que están en la misma situación que mi mamá y así fue que creamos un perfil en Instagram -Quimio con pelo Córdoba- para poder llegar a más personas", detalló Marina.

Ganar una batalla
"Los médicos destacan que el estado de ánimo de las personas en el momento que se encuentran atravesando el proceso de la quimioterapia es vital para su recuperación, aunque no esté demostrado científicamente y el hecho de perder el pelo y en algunos casos quedarse sin cabello es un golpe emocional muy fuerte. El hecho de usar el casco no garantiza que no se nos va a caer el pelo ni que nos vamos a curar pero sí representa una esperanza de sentir que le ganamos al menos una batalla al cáncer no perdiendo nuestro pelo", dijo Liliana.

El proceso de armado de los cascos fríos para uso oncológico es sencillo. "Se necesitan entre cinco y seis geles, se congelan y luego se los acomoda alrededor de la cabeza de la persona que los va a utilizar y se los encinta con una cinta ancha común. Se deben utilizar antes, durante y después de la sesión. Cada casco dura con la temperatura ideal entre media hora y cuarenta minutos por lo que es necesario contar con varios al momento de la sesión", explicó Marina y agregó: "Los geles que se utilizan son de una marca especifica que se consigue en la ciudad de Córdoba a un precio accesible - no supera los seiscientos pesos por casco- por lo que son accesibles, pero sabemos que puede haber personas que no puedan comprarlos por lo que impulsamos desde Río Tercero conformar un banco de geles y cascos solidario". 

Una opción solidaria en la ciudad

A partir de la viralización en las redes sociales de Quimio con pelo Córdoba estas mujeres avanzan en la creación de un banco de geles y cascos fríos. "Cuando empezamos a interiorizarnos en el tema nos contaron que hay una red de contactos entre mujeres de distintas ciudades que comparten los cascos. Entonces pensamos en hacerlo acá en la ciudad, ya nos pusimos en contacto con profesionales e instituciones que trabajan sobre el tema para empezar a darle forma a este proyecto", dijo Marina. 

"El objetivo es que se pueda armar una red de personas que necesitan los cascos y compartir los que ya tenemos, no queremos armar con esto una cuestión comercial, al contrario apostamos a la solidaridad de la gente", agregó Liliana.

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