Según el agro, el Estado se queda con el 60% de la renta

Locales 04 de enero de 2020 Por Tribuna
Un nuevo cálculo del índice FADA, reflejó que el impacto de los impuestos sobre la renta agraria es muy alto. La forma en que fueron aplicados reduce el nivel de coparticipación, concentrando la mayoría de los fondos en el Estado nacional.
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Mientras los productores agropecuarios de la provincia de Córdoba se disponían ayer, al cierre de esta edición, a realizar una nueva asamblea en la Sociedad Rural de Río Cuarto para seguir analizando la suba de retenciones a las exportaciones, la filial Río Tercero de la Federación Agraria Argentina dio a conocer las conclusiones de un informe en el que se refleja la enorme presión impositiva que afecta al sector. 

   Se trata del llamado índice FADA que elabora la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina. Este informe mide la participación del Estado en la renta agrícola, tomando el valor de la producción menos los costos. 

   El trabajo evidenció este año que la participación del Estado para el promedio de los cultivos de soja, maíz, trigo y girasol es del 60,4% (ver gráficos). En otras palabras, "de cada 100 pesos de renta que genera una hectárea agrícola, 60,40 se lo llevan los distintos niveles de gobierno", según explicó el economista jefe David Miazzo. Si se compara con la medición anterior de septiembre de 2019, el aumento es del 4%. 
   En este caso se aplican retenciones del 30% para la soja y de 12% para el resto de los cultivos.

Soja, la más afectada 

   De acuerdo con FADA, mientras que el promedio ponderado de cultivos a nivel nacional es de 60,4%, la participación del Estado en soja es del 64,5%, maíz 53,9%, trigo 53,5% y girasol 62%. Las diferencias entre cada cultivo radican en los impuestos, como el caso de soja que tiene 18% más de derechos de exportación que el resto, y en la renta que genera cada cultivo, a menor rentabilidad mayor participación relativa de los impuestos.

   Ese 60,4% de participación del Estado, está compuesto por impuestos nacionales, provinciales
y municipales. Los impuestos nacionales no coparticipables explican el 62,1% del total de impuestos que afronta una hectárea agrícola en Argentina. La composición central de estos impuestos son los derechos de exportación, a los que se le suma el impuesto a los créditos y débitos bancarios.
   Así las cosas, con respecto al mes de septiembre, los impuestos nacionales no coparticipables incrementaron su participación, pasando del 55,6% al 62,1%, mientras que todo el resto cayó en participación.
 

 Este cambio en la composición es resultado del incremento de los derechos de exportación, que son un impuesto no coparticipable, que al mismo tiempo reduce un impuesto coparticipable como es el impuesto a las ganancias. Si bien ganaron participación los impuestos nacionales, se incrementó la participación del estado en la renta agrícola, por lo que el resto cayó en términos de participación, pero no necesariamente en términos nominales.
   Estos cambios, significan una reducción del federalismo por tres vías. La primera, es que se incrementan los recursos no coparticipables en manos de la Nación; la segunda, es que se reducen los recursos coparticipables por reducción del impuesto a las ganancias; la tercera, es vía los recursos que salen de las regiones productivas en el marco de la suba de derechos de exportación, según el informe publicado ayer. 

   Otro capítulo se abre al analizar el precio del dólar. En los últimos 12 meses, el incremento del tipo de cambio nominal fue del 59%, pasando de 37,70 pesos por dólar a 59,80. En los últimos tres meses, se incrementó un 4,9%. 

   En términos de tipo de cambio real multilateral, en los últimos 12 meses subió un 3%. Medido a precios de diciembre de 2019, el tipo de cambio de diciembre de 2018 era de 58,33.
Mientras que en diciembre de 2017 fue de 42,71 pesos, medidos a precios de diciembre de 2019.
   Por su lado, los costos en dólares se han mantenido relativamente estables. Mientras que los
costos en pesos (fletes y labores agrícolas) todavía no se han actualizado completamente por la propia estacionalidad agrícola. Por este motivo, los costos en pesos, se depreciaron producto del incremento del tipo de cambio.

   Es de esperar -enfatiza el informe-, que los costos en pesos se actualicen en los próximos meses, y si el tipo de cambio se mantiene estable, como lo ha hecho los últimos tres meses, podrían crecer en términos de dólares y reducir la renta agrícola, con un impacto a la suba del índice que se mide en este informe. Esto sucede cuando el tipo de cambio comienza a atrasarse respecto a los costos.
 

 Por el lado de los costos en dólares, queda la posibilidad de que pase lo que sucedió con la vigencia anterior del cepo cambiario, que también restringía las importaciones, donde los costos de los insumos dolarizados comenzaron a subir, generando una inflación en dólares de la estructura de costos agrícolas.

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