“La educación pública no puede estar atravesada por una mirada coyuntural”

El tratamiento y posterior aprobación del proyecto de ley para crear la Universidad Nacional de Río Tercero en la Cámara de Diputados esta semana, no estuvo exenta de varios episodios y momentos políticos.

Como el Frente de Todos incluyó el proyecto de las universidades (se crearon cinco en total) junto con los cambios en el Impuesto a las Ganancias impulsado por Sergio Massa, la conformación del quórum para la sesión se transformó en un aspecto clave de la negociación política.

La oposición había condicionado reunir el número necesario de legisladores para sesionar, pero como estaba en juego nada menos que la universidad local, como reclamo de décadas de Río Tercero, tanto Gabriela Brouwer de Koning como algunos de sus compañeros de bancada en Evolución, estaban dispuestos a sentarse en sus bancas y pagar el costo político. Y así fue. Pero el PRO, a excepción de los diputados por Córdoba, votó en contra, como así también radicales de otras provincias. 

En este tema hubo un virtual quiebre de Juntos por el Cambio, que el intendente Marcos Ferrer colocó en segundo plano, priorizando el proyecto local en sus negociaciones políticas. Ferrer estuvo ese día en el Congreso ayudando a conseguir los votos.

“Nosotros no pusimos en la balanza la cuestión política partidaria al momento de definir la prioridad de los intereses que, este caso, a uno le toca administrar. Y entiendo que a Gabriela le pasó lo mismo. Para nosotros la reparación histórica, y no solo la universidad como tal, es una causa de vida que venimos abrazando, en mi caso en particular desde la adolescencia. Quienes me conocen saben que desde los 13, 14 años cuando me tocó vivir las explosiones, fui una persona muy activa en la lucha por la verdad, la justicia y la reparación histórica. La justicia nunca llegó, la verdad se supo gracias a Ana Gritti y la reparación histórica faltaba”, dijo luego en conferencia de prensa.

“No me interesa si Juntos por el Cambio explota en mil pedazos porque se votó la universidad de Río Tercero. Mi prioridad estaba clara. Hay que tener en claro qué valores uno defiende cuando hace política y Evolución los tiene absolutamente claros y la educación pública es uno de ellos. Que algunos actores de la política por el pragmatismo de oponerse al Gobierno pongan en jaque hasta los propios valores que nos atraviesan como personas es un problema de esos dirigentes, no es un problema nuestro”, añadió con contundencia. 

En los momentos más caldeados de la negociación, se supo que Ferrer advirtió que rompería con Juntos por el Cambio, si no apoyaban la universidad. Algo de eso ocurrió al menos con el grueso del PRO que responde a Macri.

“Somos personas con ideas, por eso hacemos política; no se puede hacer política sin ideas, entonces no se puede votar al calor del enojo que tengas en el momento, abandonando las ideas que toda tu vida te acompañaron. Y no todo es transacción en la política. El PRO votaba hasta último momento la ley y a las 12 de la noche recibieron una orden de no votar. Dos diputados de Córdoba, a los cuales reconozco, Carolina Carreño y Héctor Baldassi votaron a favor y las otras dos diputadas como no se animaban a votar en contra a pesar de tener la orden, se fueron de la sesión”, subrayó.

"Para nosotros la educación pública no puede estar atravesada por una mirada coyuntural o porque se votaba Ganancias y estábamos enojados. No me parece bien lo de Massa: hacer esto en un momento netamente electoral pero a mí me preocupaba poco y nada esa discusión, porque yo tengo una responsabilidad histórica que es administrar los destinos de Río Tercero. Yo fui a defender a mi ciudad, entonces no me pueden pedir una mirada global de la situación cuando lo que nos estamos jugando es la aprobación. Si algo teníamos claro con Gabriela es que si no salía ahora, no lo hacía nunca más. No podíamos resignar nada. Libero de la responsabilidad al bloque de Evolución porque tienen que atravesar y pagar un costo político desmesurado. Fue absoluta responsabilidad mía poner todo mi empeño, mi fuerza y mi amenaza de ruptura para poder lograr que se garantizara el quórum y muchos de ellos tuvieron que estar ahí probablemente por la presión que yo había ejercido. Entonces si Juntos por el Cambio se tiene que enojar con alguien que sea conmigo; no me arrepiento absolutamente de nada”, concluyó Ferrer.