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Qué se acordó en el plan estratégico de 2010

En junio de 2010 se publicaron las conclusiones del plan estratégico que se elaboró con el trabajo de 280 personas y 40 instituciones. Se trabajó sobre ocho ejes temáticos proponiendo acciones hacia el futuro en cada uno de ellos, a fin de consolidar el perfil pensado de ciudad. En este informe se detallan algunos de esos aspectos aún vigentes.

Locales 10/12/2022 Tribuna
LOCALES-PLAN ESTRATEGICO

Fueron varios meses de trabajo en talleres y encuentros para definir cada eje temático, hasta que al fin el plan estratégico vio la luz. Se trató de un acuerdo mutisectorial en el que coincidieron las instituciones intermedias más importantes de Río Tercero, partidos políticos y el gobierno municipal. El perfil de desarrollo de la ciudad estaba definido, al menos en teoría, y lo que debería venir luego sería una política de Estado necesaria para cumplir con todos los objetivos propuestos.

En junio de 2010 el plan estratégico de Río Tercero para las próximas décadas fue presentado, pero ese trabajo no logró sostenerse y cayó en el olvido. Tampoco se replanteó, como probablemente hubiera sido necesario, para cumplir con ciertos avances tecnológicos y sociales.

A 12 años del dictado de las consideraciones y objetivos finales, vale la penar recordar a qué se comprometía ese documento que partía de un gran consenso sectorial.

El plan incluía trabajar sobre ocho ejes temáticos, aspectos generales y particulares: economía y empleo, infraestructura y urbanismo, medio ambiente, participación ciudadana y modernización del estado, cultura, salud, educación, y problemáticas sociales.

Si bien no fue tomado como un trabajo integral, algunos de los rubros se tuvieron más en cuenta que otros en los sucesivos gobiernos municipales.

En economía y empleo, se acordaba “fomentar el asociativismo y la conformación de cadenas productivas orientadas a la mejora de competitividad”.

Además, se propuso como objetivo “aumentar la tasa de empleo” y “posicionar y promocionar a la ciudad”. En ese marco, el plan sugería “estimular que la rentabilidad generada localmente sea reinvertida en la cuidad”, además de “explorar y gestionar nuevas fuentes de financiamiento viables”.

En infraestructura y urbanismo, el planteo fue abarcativo para lograr “una ciudad integrada”.

En los objetivos particulares se pensó en “promover la zonificación y asignación de uso del suelo”, como así también trabajar sobre la red de desagües pluviales (un plan en el que se avanzó en los últimos años) y sobre nuevas conexiones cloacales.

En este punto se habla también de una “adecuada” articulación entre el sector público y el privado” y “promover un freno de la urbanización hacia polos industriales”, entre otros, como proyectar sobre las áreas verdes naturales.

Sobre el medio ambiente, el plan estratégico establece la generación de pautas para terminar con los “riesgos de escapes y accidentes químicos de magnitud”, incluyendo la gestión de los residuos sólidos urbanos. Todo ello impulsando medidas preventivas. Este punto es muy amplio y contempla desde aspectos técnicos específicos sobre la producción industrial, hasta un enfoque  más específico en la preservación de la biodiversidad.

La participación ciudadana y la modernización el Estado, prevé potenciar los mecanismos de democracia semidirecta, fomentar el diálogo entre los partidos políticos y la sociedad civil, avanzar hacia el “gobierno digital”, y fijar presupuestos participativos.

Contempla asimismo el fomento a la cultura “construyendo un Estado respetuoso de sus identidades locales”.

En la salud, el enunciado se detiene en la sanción de una norma (actualmente en vigencia) que reglamente la instalación geográfica de nuevas farmacias, potenciar la estrategia del APS, propiciar la inserción de personas con discapacidad, realizar estudios de investigación, y articular la oferta sanitaria pública con la privada. 

En educación se plantea realiza un diagnóstico a fin de “conocer en profundidad las problemáti-cas que llevan a los jóvenes a dejar los estudios de nivel medio y la repitencia”, mitigar las condiciones de vulnerabilidad, incluir en las curriculas temas tales como el emprendedurismo y el asociativismo, trabajar sobre la infraestructura escolar, e implementar una red de espacios barriales para la realización de tareas culturales y deportivas, teniendo en cuenta que -al momento del estudio- el 80% de los niños y jóvenes no practicaban deportes.

Dentro de las problemáticas sociales, el plan apunta a resolver el flagelo de la droga y el consumo de alcohol en jóvenes, como así también el fortalecimiento de las instituciones que actúan en prevención, “para garantizar la continuidad de su trabajo dentro del territorio”.

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