Un chofer de ómnibus de una línea de transporte interurbano de pasajeros, fue condenado hoy a la pena de cinco años y seis meses de prisión, acusado de los delitos de grooming, abuso sexual simple y tenencia de imágenes pornográficas protagonizadas por menores de edad.

Se trata del riotercerense Renzo Roberto Marchese, de 57 años, quien estaba detenido desde el 22 de agosto de 2019, cuando la Policía logró su aprehensión en plena calle.

El juicio se llevó a cabo en los Tribunales locales, presidido por el juez José Argüello, con la presencia en la sala del imputado, sus abogados defensores -los letrados Carlos Ríos y Manuel Prieto-, la querellante particular y su apoderado Alfredo Brouwer de Koning y el Fiscal de Cámara Gustavo Martín.

Marchese fue encontrado culpable de los delitos antes mencionados cometidos en contra de tres varones que al momento del hecho tenían 15 años de edad.

El caso en cuestión cobró amplia difusión en 2019, ya que la detención del ahora condenado se produjo en plena vía pública, en barrio Cabero, en proximidades de un conocido supermercado.

Fueron los familiares de las tres víctimas quienes dejaron en evidencia al chofer. Uno de los adolescentes usaba el teléfono celular de su abuelo y así fue como se descubrieron los mensajes de supuesta índole sexual. 

Las familias se pusieron en contacto y la madre de uno de los chicos se hizo pasar por su hijo acordando un encuentro con el detenido. Al lugar arribó no sólo el chico, sino su madre y su tía. Al advertir la situación el sospechoso trató de huir y abandonó su teléfono celular en un comercio cercano. En ese aparato había pruebas de su delito. En plena calle se inició un verdadero escándalo y el operativo montado por la familia terminó con la detención policial del sospechoso.

Iniciada la investigación se constató que en el celular del hombre había mensajes “subidos de tono” que enviaba a los menores. Además, entre las pruebas de la causa que lo incriminaron aparecieron prendas de lencería femenina que se habrían intentado usar en algunos de los encuentros. El hombre no solo mantenía contacto virtual con los menores, sino que de acuerdo a las pruebas aportadas en la causa también promovió encuentros con los jóvenes, que se concretaron, en los que habrían tenido contacto sexual por lo cual pagó a las víctimas. 

De acuerdo con la investigación que llevó a cabo el fiscal Alejandro Carballo, el sospechoso invitó a las víctimas al interior del ómnibus una vez completado el recorrido habitual que realizaba para poder avanzar en sus propósitos supuestamente sexuales.