Daparte valoró la inversión en el plan de obras en un contexto muy difícil

Locales 24 de julio de 2021 Por Tribuna
ENTREVISTA. El exconcejal y presidente del Tribunal de Cuentas Gabriel Daparte realizó un balance de su gestión política y administrativa.
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Gabriel Daparte cultiva el bajo perfil desde que asumió el cargo de presidente del Tribunal de Cuentas municipal; un rol técnico diferente al que ejercía en sus años de concejal, pero manteniendo intactas sus convicciones políticas dentro de la gestión de gobierno. Así lo refleja en una extensa entrevista con TRIBUNA, en la que aborda aspectos de su función al frente de uno de los tres poderes del Estado municipal, opina sobre decisiones y proyectos vigentes, y se mete de llenó en la interna partidaria de la UCR, a pocas horas del cierre de listas para las legislativas de este año, donde sobresale una puja muy crispada entre sectores radicales y del PRO. 

-¿Está conforme con el desempeño del Tribunal de Cuentas en este contexto tan especial de pandemia?
-Muy conforme con lo trabajado desde el 20 de marzo de 2020 cuando tuvimos las primeras restricciones: la fase uno en el país. Nosotros no dejamos de trabajar nunca. Incluso trabajamos más que en épocas normales. Había dos cuestiones que solucionar urgentemente: la provisión de elementos que la gestión no tenía para enfrentar la pandemia, y acortar los plazos de pago a los proveedores porque la economía se estaba derrumbando. Tuvimos que trabajar de otra manera. Muchas veces tuvimos que realizar sesiones extraordinarias para sacar los pagos y que la gente de salud, seguridad y medio ambiente tuviese los medios necesarios para trabajar. 

-¿Cuando realiza un balance de la gestión qué surge en usted?
-Si algo sobresalió de esta gestión, de la mano del intendente, es cómo se manejó la pandemia en Río Tercero. Es algo que nos tiene que llenar de orgullo. Río Tercero fue motivo de consulta permanente por otros intendentes; desde el primer momento que se obligó al uso del barbijo; el test de olfato; los retenes en los ingresos a la ciudad que permitieron que por más de un año no tuviéramos casos. Estuvimos a la vanguardia. El manejo que hizo la Secretaría de Salud creo fue excelente. En la vacunación. La mejor gestión en salud pública: en la contención de los vecinos, cómo se organizó todo el operativo. 

-¿Se puede evaluar una gestión solo por la pandemia?
-Es muy difícil. Gracias a Dios la pudimos sortear de la mejor manera. No nos permitió trabajar sobre otras cuestiones que son muy necesarias para los vecinos. Tenemos un Tribunal conformado además por otros dos tribunos: Pedro Bossa de la oposición que siempre estuvo a disposición.

Gasto e inversión 
-¿Cómo observa, desde su lugar, la ejecución del gasto en la Municipalidad?
-Me siento orgulloso de estar acá y presidiendo el Tribunal de Cuentas, que es un cargo de mucha confianza por parte del intendente y eso me genera un compromiso extra. Los ingresos en el año de la pandemia cayeron abruptamente y la Municipalidad tuvo que articular medidas de fondo para sortear esta circunstancia. Nos favoreció el aumento de fondos que la Provincia nos devuelve como coparticipación. Con un gasto austero, la gestión está absolutamente equilibrada en su economía. Estamos emprendiendo varias obras con fondos propios. Ayer (por el martes) aprobamos la licitación del adoquinado de más de 30 cuadras de barrio Castagnino, con una inversión de 77 millones de pesos, que va a generar una mejor calidad de vida de los vecinos. En una situación de pandemia no es fácil equilibrar una gestión pública. En Río Tercero se logró y es muy valorable. En esta segunda etapa podemos comenzar a construir lo que el intendente prometió cuando asumió, que son obras. Es lo que la gente requiere. Hoy se está haciendo la Riobamba que es un acceso importante para barrio Monte Grande, que ha crecido muchísimo. La calle Juan Álvarez, una calle asfaltada que nunca tuvo Parque Monte Grande. Los trabajos planificados para que Bonayre o Aeronáutico tengan las cloacas y accesos pavimentados. La inversión que está comprometida para reposicionar nuestro balneario, y que la ciudad comience a ver hacia el río como lo hacía en las décadas de los ’60 y ’70. Es una obra muy importante que hará nuestra gestión con el apoyo de los gobiernos provincial y nacional. Además se van a generar puestos de trabajo. Una discusión sinsentido que se generó sobre la remodelación de la plaza de los cañones (la Libertad) sobre si eran cuatro y 14 millones la inversión. La verdad es que a la gente le importa poco de dónde llegan los fondos para construir un hospital modelo que pronto estará habilitado. Le importa que las cosas se hagan. La gente quiere obras: que le recojan la basura en tiempo y forma, que su calle se pavimente, con luces, con cámaras de seguridad, que las plazas estén limpias. La gente quiere mejor calidad de vida, nada más. 

“Sumar trae un aire de cambio al 
radicalismo frente a caudillos arcaicos”

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-¿Está de acuerdo que se llame a licitación para la recolección de residuos? 
-Sí, claro. No hay otro camino. Sobre municipalizar la basura hay infinidad de ejemplos en la provincia y en país que demuestran que es inviable, sobre todo por el manejo tan particular que tienen los sindicatos y el posicionamiento político que tienen los gremios en nuestro país. No ocurre en ningún país del mundo. Creo que es el cáncer principal que no nos ha dejado crecer. 

-El rol de los sindicatos.
-No cabe ninguna duda. Nosotros podemos municipalizar la recolección. Pero el tema de los empleados es muy difícil manejarlo con los sindicatos. No queremos tener paros cada 15 días y tirándonos la basura. Se puede hacer un ente mixto, lo cual es muy complicado. 
 

-Hay sindicatos que trabajan y se aferran a convenios colectivos de la década de los ’70, en pleno siglo XXI, lo que ocasiona costos y condiciones insoportables para el empleador.
-Hay una falta de compromiso social. El país está en la miseria porque la sociedad no tiene el compromiso que requiere. Cargamos las tintas sobre los sindicatos que no hacen las cosas bien, sobre los políticos que en su mayoría no hacen las cosas bien. Y no miramos hacia adentro qué es lo que hacemos nosotros. Pedimos tener la calidad de vida de un país del primer mundo y hoy ni siquiera somos un país contemplado como emergente. Ni siquiera eso. Desde el ’30 que fuimos el granero del mundo, hoy somos un país con uno de los índices inflacionarios más grandes del mundo. Después de Venezuela y algún país chico de Sudáfrica. Con las posibilidades inmensas que tiene nuestro país: de climas, de turismo, de recursos.

-En superficie somos el octavo territorio del mundo.
-Haciendo las cosas mal no lo han podido fundir. Yo critico mucho a los políticos porque por lo general culpan a la oposición o al que se fue. Sin embargo, desde 1930 a esta parte, en el gobierno estuvieron radicales, peronistas y alternadamente los militares. Y sin embargo ninguno de ellos pudo sacar al país del ostracismo. Más allá de algunas excepciones. Como por ejemplo no puedo comparar a De la Rúa con Illia, que hizo un gobierno excelente. ¿Y por qué no pudo seguir? Porque precisamente lo sacaron los sindicatos y los laboratorios. Así es un país inviable.  

Cambios 
-¿Cuál sería el camino para cambiar? ¿Que los sindicatos se modernicen y acepten el cambio?
-Seguro, no podemos seguir teniendo sindicalistas ricos con afiliados pobres. Los sindicatos se tienen que alinear con el gobierno de turno y salir todos para adelante. Es la forma en la cual se van a generar más recursos, habrá más empleados y más asociados a los sindicatos. Como ocurre en todo el mundo. 

"Municipalizar la recolección de basura es inviable, sobre todo por el manejo tan particular que tienen los sindicatos y el posicionamiento político que tienen los gremios en nuestro país. No ocurre en ningún país del mundo. Creo que es el cáncer principal que no nos ha dejado crecer". 

-La función del Tribunal de Cuentas es controlar la legalidad del gasto, ¿ha tenido diferencias respecto de la decisión de algún gasto? ¿Lo ha charlado previamente con el Ejecutivo?
-He visto actas de gestiones anteriores (del Tribunal de Cuentas) donde no se aprobaba determinado gasto, porque ellos no estaban de acuerdo y no se fijaban en cuál era el rol del Tribunal: que es legalizar los actos de gobierno, gusten o no. Si es legal uno lo tiene que aprobar, más allá que guste o no que se haga un trabajo en una plaza, en una calle o en un barrio determinado. Es facultad del Ejecutivo. Sí hemos tenido diferencias en un montón de cosas pero muy puntuales que no generan rispideces sino la consulta respectiva. Ni siquiera un pedido de informes. Afortunadamente tenemos un Tribunal que es bastante objetivo. En la pandemia comprábamos alcohol en gel y lo pagábamos muy caro. Pero me pasaba a mí en la farmacia, porque así estaba el mercado. Nosotros no podíamos permitir quedarnos sin alcohol en gel en plena fase uno. 

-¿Dentro de la UCR en qué posición se ubica?
-Estamos trabajando en el mismo espacio de Marcos (Ferrer). Somos un equipo de trabajo que viene administrando el Municipio desde el 2011, con Alberto (Martino) primero y ahora con Marcos. Yo trabajo desde el 2010 y me siento muy cómodo. Este espacio Sumar trae un aire de cambio en el radicalismo. Desgraciadamente tenemos una clase política arcaica. Los viejos caudillos de siempre, que no han dejado progresar a gente como el intendente, que es un tipo que tiene una capacidad que va más allá de una gestión municipal. Es un referente a nivel político en la provincia y en el país. Marca una diferencia con esta clase política, porque estamos parados en un radicalismo, un partido de 130 años que ha sido vagón de cola de un Cambiemos en 2015 que no nos llevó a nada. Ni siquiera pudimos formar parte de la gestión. Nos tiraron dos ministerios y Macri se encargó de trabajar con tres jóvenes inexpertos. Hay que hacer un equilibrio entre los jóvenes y la experiencia (de los dirigentes más antiguos). Nosotros tenemos una Juventud Radical fantástica que viene apoyando al espacio Sumar junto con De Loredo, Marcos y tantos otros, pero por el otro lado tenemos a los Negri, a los Mestre, a los de siempre que vienen pechando para atrás y velan por sus intereses personales. Esta es la realidad. Hoy le estamos dando al kirchnerismo la oportunidad que siga en el poder por cuatro años más, si seguimos así. Hoy (por el miércoles) seguimos esperando a ver qué va a decir el caudillo del radicalismo que es Negri. No es así. Tenemos gente muy valiosa en el radicalismo, que no podemos desaprovechar. Estamos entre tres listas o una mixturada, que la comparto, pero que por fin le den la oportunidad de ser cabeza de lista a un radical. Y que dentro de esos espacios esté la gente joven y con capacidad de gestión. A Sumar no le ha ido nada mal en las internas del partido. Me molesta profundamente que estos jóvenes políticos no tengan la oportunidad, para que tengamos un mejor país. Para no seguir dándole la oportunidad al peronismo de seguir gobernando de la manera que lo está haciendo, no tanto en la provincia pero sí en el país, que es absolutamente inviable manejado de esta manera.      

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