La Justicia de Río Tercero condenó el jueves a un policía de 61 años a la pena de 17 años y seis meses de prisión, como autor de los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante calificado por el vínculo y promoción a la corrupción de menores, en perjuicio de tres nietas y su hijastra.

El condenado es M.V.V. (se reserva su identidad para proteger a las víctimas), un riotercerense que se desempeñó como policía y también remisero, para quien la Fiscalía había solicitado 20 años de prisión y su defensa 12 años, en el marco del juicio que se desarrolló en la Cámara del Crimen local y en el cual el condenado participó de manera virtual desde la cárcel de Bouwer.
El juez Marcelo Ramognino fue quien dictó la sentencia cuyos fundamentos se conocerán el 16 de octubre próximo. 

Las figuras legales por las que se condenó a M.V.V., teniendo como víctimas a sus nietas e hijastra fueron: abuso sexual gravemente ultrajante calificado por el vínculo reiterado, abuso sexual con acceso carnal calificado por el vínculo, abuso sexual simple calificado por el vínculo y promoción a la corrupción agravada por el vínculo reiterada.

Los hechos fueron cometidos por el condenado entre 2004 y 2006, 2011, 2012, 2014 y 2017. Al momento de cometer los abusos todas las víctimas eran menores de edad.

En silencio

Debieron pasar varios años para que las cuatro chicas, hoy alguna de ellas mayores de edad, pudieran contar el padecimiento al que las sometió su abuelo. Fue la mayor de las nietas la que con el peso de semejante situación se animó a contar primero a una amiga y luego a su madre lo que había vivido. A partir de su testimonio las demás se animaron a contar también lo que el hombre, abusando de su figura, les había hecho.

Cuando ocurrieron los abusos las cuatro chicas tenían 12, 9 y 8 años. En sus relatos frente a los peritos todas coincidieron en el accionar que llevaba adelante el condenado. En ausencia de otras personas mayores aprovechaba para tocarlas, abusar de ellas e incluso llegó a obligar a una de las chicas a que le practicara sexo oral. Los hechos ocurrieron en la casa del hombre y en la vivienda de las menores.

La madre de las nietas de M.V.V. y su hijo -quien se encuentra separado de la mujer- fueron quienes presentaron la denuncia en 2019. El testimonio de una de ellas animó a las demás a contar la traumática experiencia que les había tocado vivir.
La investigación la llevó adelante el fiscal de Instrucción Alejandro Carballo, quien en aquel momento ordenó la detención del condenado. Desde entonces se encuentra en la cárcel de Bouwer, donde una vez que la sentencia quede firme, deberá terminar de cumplir su pena.