El exembajador argentino en China, Diego Guelar, señaló que el país debe trabajar con “empatía” para recuperar la credibilidad perdida ante el mundo y sobre todo ante sus socios del Mercosur, especialmente con Brasil, luego del portazo que lo alejó el bloque regional en los últimos días. 

De este modo, Guelar expuso la importancia de seguir negociando y participando activamente en el Mercosur, avizorando las oportunidades de negocios, intercambio y crecimiento que podrían venir tras la pandemia del coronavirus. 

“Brasil es Brasil. Es la octava economía del mundo. Tiene un peso extraordinario en la economía del Mercosur”, profundizó el diplomático y abogado.

De este modo Guelar opinó acerca de la decisión de Argentina de no participar de los futuros acuerdos de apertura e integración del bloque regional, asumiendo una política aislacionista. 

Guelar fue el principal expositor en una conferencia vía Zoom organizada en la tarde de este miércoles por la Cámara de Comercio de Córdoba, de la que participó TRIBUNA como invitado especial, a través de su director periodístico Alejandro Tissera. 

Del encuentro virtual, encabezado por el presidente de la Bolsa Manuel Tagle, participaron además unos 60 empresarios, profesionales y dirigentes institucionales de la provincia.

“Los que más macanas hemos cometido somos nosotros. No hay que desgarrarse las vestiduras, pero lo que tenemos que hacer es entender, pedir disculpas y comprensión, y mejorar nuestra conducta para estar en condiciones de ser mejores socios. Ese es nuestro desafío. Si no lo entendemos así, o creemos que es un problema de ideologías entre nuestro presidente y el brasilero, nos vamos a seguir equivocando”, apuntó. 

-¿Qué opina sobre lo que expresó el Presidente, acerca de que las potencias mundiales son las que más van a salir golpeadas de esta crisis, equiparándolas con Argentina y favoreciendo a nuestro país?

-Hay un pensamiento urbano que dice que lo “malo es bueno”. Lo malo es malo. Es una tragedia. Lo que le pasa hoy al mundo ocurrió hace 100 años la última vez con la Fiebre Española. Son tragedias y hay que analizarlas como tales. Recuerdo cuando era embajador en la Unión Europea que surgió el tema de la Vaca Loca en Inglaterra y los productores locales celebraban porque nos iban a comprar a nosotros. No. La gente no quería comer carne. Las tragedias globales son malas para todos. Hay que mantener las mejores relaciones con nuestros vecinos, China, Estados Unidos y la Unión Europea. Hay que trabajar en políticas exportadoras. Con esa mirada clara, y no sobre el campo ideológico. 

-¿Cómo explicaría la conjunción en China del Partido Comunista y sistema capitalista?

-El régimen en China es más chino que comunista. Lo más cerca que tenemos es el comunismo porque el PC viene de Europa y Rusia. Las mayores diferencias están con el sistema chino, no con el comunista. China es, sin lugar a dudas, un país capitalista. El 65% de su economía es privada y con una pujanza extraordinaria, con una gran habilidad natural para los negocios que forma parte de su cultura. Son duros negociadores y por lo general poco transparentes. El principio de China es un orden vertical, que no tiene que ver con el comunismo o el capitalismo. No podemos seguir discutiendo el siglo 19, tenemos que entender la velocidad de los cambios e insertarnos en el mundo. 

-¿Qué perspectivas ve en el Congreso para que prospere el acuerdo con la Unión Europea?

-En todos los congresos, su vitalidad depende de la fuerza de sus oposiciones. Por lo general los bloques oficialistas se adormecen y se verticalizan a los intereses del Poder Ejecutivo. Pasa en el mundo democrático. Y acá estamos en un problema porque los diputados y senadores deberían estar hoy (sentados) en las bancas. Si un vendedor de pizzas y una cajera de supermercado, ni hablar de los médicos y las enfermeras, enfrentan el riesgo muy cercano de contaminarse, si yo fuera diputado entendería que es muy peligroso que no haya instituciones funcionando a pleno. Los legisladores no pueden estar en cuarentena. Deben estar cerca de su gente. 

En ese orden, la Bolsa de Comercio expresó “su preocupación por la decisión de la cancillería argentina de detener la marcha de las negociaciones con Corea del Sur, Singapur, Líbano, Canadá y la India y no apoyar la intención de iniciarlas con otras economías como la de Indonesia, Reino Unido y Vietnam”

“Esta decisión debilita el camino de la integración regional que Argentina y Brasil impulsaron desde el año 1985 a partir de la declaración de Foz de Iguazú, interrumpiendo un esfuerzo de décadas y afectando el espíritu de colaboración y unidad operativas con los socios del Mercosur. La decisión adoptada por el gobierno podría significar profundizar el aislamiento económico y comercial del país, debilitando la balanza comercial en el largo plazo y correr el riesgo de perder el privilegio de la condición de reserva de mercado. Si finalmente los tres socios restantes del Mercosur alcanzan con terceros países acuerdos de libre comercio, sin la participación de Argentina en la negociación, se restringirán las posibilidades de alcanzar un equilibrio de intercambio favorable dentro del bloque económico”, expresó la entidad.

"El flujo comercial de Argentina con el resto del mundo expresado en términos de su PIB se redujo casi a la mitad en el transcurso de las últimas dos décadas siendo hoy una de las economías más cerradas del planeta, una de las principales causas de nuestro atraso económico relativo. Es de esperar que la decisión adoptada se
revise prontamente y regresemos a la mesa común de negociación y acuerdo con nuestros vecinos fortaleciendo las perspectivas de la economía del Mercosur en momentos tan difíciles como los actuales", concluyó la Bolsa.