En la entrevista, los abogados Carlos Ríos y Marcos Caballero del estudio jurídico Ríos & Asociados, se adelantan al nuevo escenario que se planteará tras el levantamiento de la cuarentena por el coronavirus y el regreso a la actividad, que estará signado por una serie de conflictos entre partes como consecuencia de la paralización de la actividad.

El aislamiento social obligatorio que fue impuesto por un decreto presidencial de necesidad y urgencia para intentar frenar la propagación del coronavirus Covid-19, apunta sin dudas a priorizar la salud pública, pero sus consecuencias colaterales sobre la economía y el orden social, son por ahora impredecibles. 

Desde hace dos semanas la paralización de la actividad en el país es prácticamente total y ya se avizoran problemas de toda índole en el escenario productivo, de servicios y sobre todo laboral.

La interrupción imprevista y drástica de la cadena de pagos como consecuencia del parate económico, con medidas de emergencia insuficientes y hasta contradictorias para las empresas, comercios y por ende trabajadores, hacen preveer un futuro por demás conflictivo en el que cada uno intentará hacer valer sus derechos, aumentando el conflicto y la litigiosidad.

¿Qué pasará en consecuencia con el sistema de Justicia hoy paralizado? ¿Estará preparado para semejante demanda? ¿Cuál será el nuevo paradigma que en materia de derecho deberán adoptar los jueces, fiscales y abogados para la resolución de los conflictos? 
 

El prestigioso estudio jurídico Carlos Ríos & Asociados ya trabaja en esa dirección, con el fin de adaptarse al nuevo escenario, utilizando herramientas modernas y novedosas.

TRIBUNA dialogó, sobre este tema, con dos de sus abogados: Carlos Ríos (MP 10-050) y Marcos Caballero (MP 10-503). 

Carlos Rios

-¿Cómo describiría la situación de crisis sanitaria que actualmente estaría transitando nuestro país?
 Ríos -Es una situación horrorosa. La humanidad no tiene precedentes en las generaciones vivas. Es un tema de connotaciones tan insólitas y desconocidas que nadie sabe realmente qué es lo que va a ocurrir. 

-¿Cuál es su proyección respecto del panorama económico y jurídico que se suscitará luego del aislamiento?
-Ni hablar del tema sanitario, puesto que es tremendo. Se habla que el pico de contagios recién será en el mes de mayo, lo cual implica otros problemas: cuándo se va a salir de la cuarentena, de qué manera, y qué pasará cuando llegue este nivel de contagios.  Es cierto que hay que preservar la vida de la gente, pero también es cierto que todo el sistema productivo, económico y financiero con el cual se mueve normalmente una sociedad hoy ya está colapsado. A la salida de esta cuarentena, tampoco sabemos qué es lo que va a quedar y cómo va a seguir esta situación. Pero entiendo que esto traerá una serie de conflictos de toda naturaleza. Al cortarse la cadena de pagos habrá acreedores que no cobrarán, deudores que no pagarán, empleadores que no podrán pagar los sueldos y que no podrán mantener a sus empleados. Empleadores que no podrán subsistir, lo cual va a provocar en el tejido social una serie de conflictos muy importantes que también tienen que cambiar el paradigma actual de la forma en la que resolvemos los conflictos. Vamos a tener que buscar, forzosamente, la vía de las negociaciones, para que acreedores, deudores y todas las personas inmersas en este problema, no por voluntad propia sino por una causa totalmente fortuita, puedan recomponer las relaciones jurídicas a partir de negociaciones que yo creo serán necesarias. 

-¿Cree que el actual esquema judicial no estará preparado y deberá modificar su sistema de trabajo?
-Si todo el mundo va a Tribunales a buscar una solución, el sistema judicial va a colapsar inexorablemente. Como por ejemplo va a colapsar si todas esas detenciones que se han producido por violación de la cuarentena, caen a la Justicia penal. No hay forma de mantener 50 mil o 60 mil procesos por ese tipo de delito. El sistema judicial no está preparado para soportar una situación como la que se viene. Tampoco se sabe de qué manera van a ser los procesos: si serán presenciales, si se va a permitir la asistencia masiva a las audiencias de personas y abogados.  

-¿Cuál cree que será el comportamiento que asuman las empresas y particulares ante el traspaso del aislamiento a la reactivación?
-Debe haber un consenso social importante y que todas las personas que entren en conflictos derivados de esta situación, tienen que buscar la vía de la negociación para poder salir satisfechas en sus intereses. Por su puesto que no serán satisfechos el 100 por ciento en ningún caso, porque hay una situación crítica generalizada que nos excede a todos. La única vía razonable para salir de los conflictos, desde mi punto de vista, es la negociación: el empleador con su empleado, el acreedor con su deudor. Y las empresas deberán negociar con sus proveedores. No veo otra solución.  Los abogados tenemos que cambiar la forma de pensar y de encarar el conflicto en este tipo de situaciones. Tenemos que asumir el rol de agentes de estabilización social y no lo contrario. Habrá que buscar el consenso y la negociación permanentemente para lograr que la situación pueda recomponerse en un clima de paz social y no atiborrar Tribunales con expedientes que no llevarán a ninguna solución.

-¿Considera que puede suscitarse un masivo incumplimiento de las obligaciones? 
-La gente intenta cumplir en la medida de sus posibilidades reales y concretas. Obviamente si alguien me debe 100 pesos, por ejemplo, y viene a pagar 20 porque es lo que puede (abonar), y lo demando igual, no hay razonabilidad en esa actitud. Debe ser razonable y darse cuenta que quien no paga es porque no puede, no porque no quiere. Y aquel que no provee de una mercadería que se comprometió es porque no puede no porque no quiere. Todo debe pasar por el consenso, la negociación y buscar soluciones razonables. 

-¿Considera que el panorama que se viene es apocalíptico?
-No lo sé. Pero lo que sí puedo decir es que las naciones que han salido de la guerra lo han logrado airosas, con aprendizajes importantes de situaciones catastróficas y críticas, y estoy esperanzado que esto nos sirva para poder ver las cosas desde una perspectiva distinta. 

-Sangre, sudor y lágrimas planteó Winston Churchill (primer ministro británico durante y tras la Segunda Guerra Mundial).
-Exacto. Venía a ser realista. Decía que sobre el final iba a estar la victoria. No dijo sangre, sudor y lágrimas y acá nos quedamos. Dijo sangre, sudor y lágrimas y al final la victoria. Yo creo que acá también sobre el final está la victoria. Pero debemos ser razonables, actuar en conjunto como una comunidad civilizada. No puede ser que defina a alguien como mi enemigo porque posiblemente pueda tener coronavirus. Es una atrocidad.  

El estudio jurídico Ríos & Asociados está ubicado en la calle Roma 120 de Río Tercero. A raíz de la emergencia sanitaria se atienden normalmente consultas al número de WhatsApp 3571 520597. El estudio está integrado por los abogados Carlos Rios, Marcos Caballero y Manuel Prieto.

-¿Qué alternativas no litigiosas existen para aquellas empresas o particulares que pretendan refinanciar sus deudas? 
-Primero la mediación extrajudicial. Los abogados deben funcionar como un mecanismo promotor de acercamiento entre las partes a los fines de poder lograr consensos y obtener salidas beneficiosas y no litigiosas. Si no queda otra alternativa se va al litigio. ¿Pero tiene alguna herramienta el deudor para enfrentar la situación? Claro que sí. El Código Civil contempla la teoría de la imprevisión, que implica cuando un hecho fortuito e imprevisible  se produce y hace imposible que el deudor pueda cumplir. Este es un caso clarísimo donde se puede aplicar esa teoría. ¿Qué efectos puede tener? La prolongación de los plazos de pago, la reducción de los montos… Hay salidas en Tribunales pero es preferible no llegar a esas situaciones. 

-¿Su estudio como se prepara para brindar ese servicio a sus clientes?
-Estudiamos todas las posibles alternativas a salidas negociadas a todos los conflictos que se pueden llegar a generar , asesorando a nuestros clientes sobre cuáles son las alternativas que tienen. Y qué herramientas da el ordenamiento jurídico para que cada uno pueda encontrar soluciones. Estamos trabajando normalmente a través de videoconferencias, nuestro estudio está abierto de esa manera y estudiamos alternativas tanto en el derecho laboral, civil y comercial. Los hechos en sí mismos no pueden ser cambiados por la ley. La ley regula conductas humanas. Entonces la ley no puede decir que está prohibido despedir empleados. Son previsiones o normas que no tienen ningún tipo de virtualidad. Son meras declamaciones de principios.  

Marcos Caballero

-¿En materia laboral, cómo impacta el reciente decreto presidencial que prohíbe los despidos por 60 días?
 Caballero -El Decreto 329/20 establece la prohibición de disponer suspensiones o despedir a trabajadores sin causa o amparándose en causales económicas o fuerza mayor, por un lapso de 60 días. En caso que los empleadores dispongan medidas contrarias a lo ordenado, ello no producirá efecto alguno, lo cual significa que la relación laboral se mantendrá indemne en cuanto a las condiciones y modalidades contractuales actuales. 

-¿Qué sucede si un empleador decide despedir o suspender a un trabajador en contra de lo dispuesto por la norma?
-La decisión tomada por el Gobierno pretende asegurarle a los trabajadores la percepción de sus haberes y la conservación del empleo frente a esta emergencia.

-Frente a esta situación, ¿queda alguna opción para el empleador que no puede hacer frente al pago de los salarios?
-Esta situación va a obligar a los empleadores a buscar otras alternativas distintas a las suspensiones o despidos. En este contexto, será propicio y necesario el inicio de negociaciones entre particulares y entidades sindicales, a fin de encontrar otras salidas basadas en el diálogo social y solidaridad, en aras de preservar la paz social, la conservación de la fuente laboral y la viabilidad de las empresas. 

Manuel Prieto