Si la gestión del nuevo intendente Rubén Dagum buscará diferenciarse de sus antecesores, ya comenzó a hacerlo desde la asunción.
Por primera vez en la historia de Almafuerte, este acto protocolar no se hizo en el edificio municipal.
Los alrededores de la histórica Casa del Fundador, junto al lago Piedras Moras, le dieron un marco inmejorable al minuto 0 del próximo jefe comunal.
La iniciativa de trasladar el acto no parece antojadiza sino más bien, cargada de simbolismo, dado que allí vivió Pedro C. Molina, uno de los miembros fundacionales del radicalismo, fuerza que retoma el poder municipal tras ocho años.
El escenario natural, un clima que rozaba con lo ideal y un comportamiento distendido de la figura principal de la tarde, tomándose el tiempo de saludar a cada uno que se le acercara, marcaron una atmósfera que muchos esperan, sea un indicio de lo que se viene a pesar de horizontes turbulentos.
Pasadas las 19.30 del jueves 14 de noviembre, Martha Martoglio, la primera mujer que será presidenta de un Concejo Deliberante en la ciudad, le tomó juramento a Dagum.
Lo que siguió, en cuanto el intendente ya proclamado pudo manejar su emoción y agradecer el apoyo familiar, fue un breve discurso con referencias directas a trabajar en conjunto por la ciudad.
”Hemos dejado atrás nuestras banderas políticas para poner por delante la de Almafuerte, invito a que todos se hagan parte de este compromiso de transformar la ciudad”, expresó. 
En esa sintonía, instó a los concejales presentes a formar un grupo homogéneo aunque tengan diferentes ideas.
También advirtió que si bien valora el orden que pudo observar en el Municipio durante esta transición, le preocupa la situación económica en que se encuentra, de la cual prometió dar detalles más adelante.
”Vamos a trabajar con el gobernador (Juan) Schiaretti codo a codo y con el presidente (Alberto) Fernández, para demostrar que Almafuerte debe dejar esta posición que hoy tiene, algo dormida”, señaló el intendente.
Para cerrar su discurso, expresó: ”Lo ideal sería que nos aplaudan no solo hoy sino de acá a cuatro años, por haber cumplido todas las gestiones propuestas en la campaña”.
En el acto estuvieron presentes otros intendentes. Río Tercero estuvo representada por el actual y el próximo, Alberto Martino y Marcos Ferrer. También se dieron cita, Mauricio Jaimes (La Cruz), Diego Blengino (Los Cóndores) y Gustavo Botasso (Hernando), entre otras autoridades gremiales y de varias instituciones.
A su vez, no pasó desapercibida la ausencia de quienes recientemente ocuparon cargos municipales. En un contexto de transición armónica y ”sin precedentes” como se intentó instalar tras las elecciones, llamó la atención que no estuviera presente Adrián Scorza. Incluso, tampoco firmó de manera conjunta con Dagum, como estaba previsto horas antes, el acta de transferencia. ”Lo invité a Adrián, me hubiera gustado que estuviesen las autoridades salientes”, reconoció después su sucesor radical.
El Gobierno provincial tampoco tuvo representantes en el acto, ni fue emisor de saludos, como sí hicieron a la distancia, dirigentes del mismo ”palo político”, tal fue el caso de Ramón Mestre, Luis Juez, entre otros.
Si esto es una señal de las futuras relaciones políticas entre el Municipio y el legislador departamental o el gobernador, solo el tiempo lo ratificará.
”Salí de una zona de confort para estar en un lugar que quiero y ruego a Dios que me de la fortaleza para no cambiar nunca los valores”, expresó Dagum en su acotado contacto directo con la prensa.
Según él mismo detalló, los primeros pasos en su agenda serán completar el recorrido por todas las reparticiones y conocer mejor a los empleados municipales. 
Otra prioridad que marcó, será gestionar la visita a distintos ministerios provinciales ”para ver cómo seguimos enfrentando las situaciones que según nuestra visión están desordenadas”.