“Todos tienen oportunidades, el desafío es invertir y crecer”

José Luis Luconi, socio de la firma supermercadista Luconi Hermanos, destacó aspectos centrales de su empuje empresarial: la importancia de la empresa familiar, las oportunidades aprovechadas en las crisis, y una visión minuciosa del mercado, en este caso de los alimentos y las bebidas.

Luconi desarrolló estos conceptos en el marco del 3° Encuentro Nacional de Almaceneros, Autoservicios y Supermercados, organizado el pasado 17 de agosto por la Confederación General de Almaceneros de la República Argentina, que tuvo lugar en las instalaciones del Centro Comercial e Industrial de Tancacha. 

El Centro Comercial, Industrial, de Servicios y Agropecuario de Río Tercero (CeCISA) fue invitado a participar y Luconi disertó como presidente del sector Comercio, junto a Carlos Assessore, consultor del rubro.

Luconi detalló la historia de la empresa familiar, desde sus orígenes, cuando fue fundada por su padre, José Luconi, en 1967 y cómo, desde muy chico, se fue sumando al negocio. 

“Desde los seis años estuve al lado de mi padre en la distribución de bebidas y siempre tratando con almaceneros”, relató Luconi ante el auditorio. 

“Mi padre inició la actividad en el año 1967. Después de dos sociedades frustradas, decidió independizarse. Arrancó con un camión prestado, que se lo financiaron para que pueda salir a trabajar. Y un rastrojero. Distribuía bebidas, vinos sobre todo. Siempre tuvo relaciones con el negocio de cercanía, con el minorista”, contó el empresario.

En la actualidad Luconi ofrece servicio mayorista y minorista en supermercado, tanto en Río Tercero como en el Valle de Calamuchita.

Además la familia incursionó en el negocio agropecuario y en hotelería, inaugurando un hotel cinco estrellas años atrás, en Villa General Belgrano. 

A la empresa familiar ya se incorporó la tercera generación: los hijos de José y de su hermano Ricardo. Siguiendo con el relato histórico de la empresa, Luconi detalló los vaivenes de la economía desde la llegada de la democracia en 1983, y de qué manera sortearon las dificultades para encontrar oportunidades en las crisis casi crónicas de Argentina.

Así, la firma pasó de la distribución de bebidas al negocio supermercadista.  

La expansión incluyó el traslado a un local más grande, de 1500 metros cuadrados de superficie, “siempre haciendo distribución y proveyendo a locales de la zona”, según destacó Luconi.

En los años ‘90, con la apertura económica impulsada por el gobierno de Carlos Menem, llegaron al país las grandes superficies extranjeras, que montaron un nuevo esquema de comercialización, y obligó a otro cambio.

“Se empezó otro tipo de negociaciones. Las grandes cadenas negociaban en Europa. Y fijaban los precios. Era imposible competir. El comercio minorista comenzó a tener dificultades. Costó mucho competir y adaptarse a esa circunstancia”, recordó. 

Finalmente llegó el 2001, la gran crisis que para Luconi significó una oportunidad.
La familia adquirió un predio de 10 mil metros cuadrados (una manzana) y montó el autoservicio mayorista que funciona en la actualidad en barrio Cabero. 

“Nos empezamos a desarrollar. Salimos del tema bebidas y comenzamos a trabajar con el rubro almacén”, dijo.

“Empezamos a crecer en las zonas turísticas”, añadió y describió cómo se realizaba la distribución de la mercadería en las localidades serranas y las dificultades que la tarea traía aparejada. 

“Los camiones llegaban tarde, la mercadería dañada, había faltantes y los almaceneros se quejaban”, recordó.

Para mejorar el servicio, decidieron abrir una boca de expendio en el Valle de Calamuchita, puntualmente en la ciudad de Santa Rosa.

Se enfocaron en proveer al rubro gastronómico, cabañas y hotelería.

“Aprovechamos el crecimiento. Ahora el objetivo es llegar a 2000 puntos de venta hacia fin de año. Hoy estamos en 1600”, señaló.

“Todos tienen oportunidades. El desafío es crecer e invertir”, concluyó.

“Mi padre ahorraba en whisky”

Entre el relato empresario sobre el crecimiento de su negocio, José Luis Luconi contó varias anécdotas sobre su padre. Una de ellas fue la decisión de ahorrar en botellas de whisky.

“Mi padre ahorraba en whisky, no le gustaba el dólar ni el plazo fijo. Tenía una casa con dos habitaciones llenas de cajas. Él decía que eso iba a ser su jubilación, porque se la iban a robar a toda. Era un visionario”, recordó entre risas sobre el sistema jubilatorio en nuestro país.