El debate está abierto. El futuro de dos concesiones de servicios, centrales para la ciudad, promete nuevos capítulos políticos. 

El Municipio negocia con la Cooperativa una nueva concesión del servicio de agua y cloacas vencido y prorrogado hace dos años; y en agosto deberá tener ya una posición respecto de la tercerización del servicio de recolección de residuos. En ese mes se vence el acuerdo con la empresa Cotreco y la idea del Ejecutivo es avanzar en un esquema menos costoso y eficaz de los 150 millones de pesos al año que le cuesta a la ciudad. Ambas prestaciones deberán ser debatidas en el Concejo Deliberante. 

En agua y cloacas los puntos centrales giran en torno al costo de la tarifa y su actualización (la Cooperativa pretende que sea automática en base a una fórmula con variables vinculadas a la inflación), y al esquema de inversiones. Básicamente en la próxima etapa, según la Cooperativa, se deben recambiar unos 70 kilómetros de cañerías y pensar en una nueva planta de tratamiento de líquidos cloacales para ampliar la capacidad. ¿De donde saldrían los fondos para esa inversión millonaria? De la tarifa. 

Sin embargo, en la Municipalidad apuntan a lograr un convenio lo más conveniente posible para los vecinos-socios de la Cooperativa, en precio y calidad. Sobre todo teniendo en cuenta que se trata de concesiones largas de no menos de 15 años que trascienden varias gestiones. 
   En ambos casos, el intendente Marcos Ferrer lanzó la idea de municipalizarlos o analizar otras alternativas a las actuales. 

¿Qué piensan los concejales?
TRIBUNA consultó a ediles de los tres bloques del cuerpo deliberativo local para conocer las primeras impresiones sobre los inminentes debates. 

"Estamos trabajando en consonancia con el Ejecutivo", señaló  Rafael Prado, presidente del bloque de concejales de la Unión Cívica Radical. "Queremos llegar a acuerdos que sean beneficiosos para la ciudad; que no sean leoninos para el Municipio (de imposible cumplimiento), como muchos contratos que terminan de ese modo", apuntó el concejal del oficialismo. 

En ese sentido, el edil dijo que la decisión política del intendente "es muy acertada. Es el mismo camino que el bloque sigue", indicó. "Estamos dispuestos a dar todas las discusiones necesarias para llegar a un contrato que sea realmente beneficioso y se amolde a los tiempos que corren. Hay ciertas realidades que tenemos que asumir, y si no lo hacemos podemos llegar a sacar un contrato que sería muy perjudicial para la ciudad", añadió. 

Respecto de la recolección de residuos Prado subrayó que las alternativas a aplicar son varias, mientras que en el caso de la concesión de agua y cloacas el asunto "es más complejo". La relación del Municipio con la Cooperativa es histórica, "pero también estamos convencidos que no podemos ir hacia un contrato que sea tan oneroso para la ciudad. Hay que recordar que no solo lo paga la Municipalidad sino cada uno de los vecinos, mes a mes", manifestó Prado. 

Discrepancias entre oficialistas y opositores sobre el futuro de prestaciones básicas

En definitiva "tenemos que ir a algo que sea viable y pagable". La concesión del servicio de basura cuesta alrededor de 12 millones de pesos al mes, mientras que el servicio de agua y cloacas también genera deudas para el Municipio en función del consumo propio de edificios y dependencias. 

"Debe ser viable", insistió Prado, "de lo contrario no vamos a acordar con la Cooperativa", remarcó.  "No se trata de una cuestión política solamente, sino que es económica y social", dijo el concejal. "Estamos convencidos que los acuerdos deben ser políticamente correctos, socialmente aceptables y económicamente viables".

Respecto de la recolección de residuos, Prado adelantó que el bloque realiza un "estudio pormenorizado, evaluando alternativas para presentar un proyecto de puntos verdes, para dar inicio a la separación diferenciada de residuos". Se trata de un avance en materia de tratamiento de la basura que se discutiría a la hora de analizar una eventual nueva prestación.

En sintonía 
Asimismo, desde el bloque de Hacemos por Córdoba, evalúan la municipalización de ambas prestaciones como alternativa viable. El concejal Nicolás Cappellini sostuvo que en agua y cloacas el Municipio puede hacerse cargo de la prestación del servicio con un canon hacia la Cooperativa por la utilización de la infraestructura: plantas, redes y pozos de extracción, que es propiedad de la entidad. O bien declararlos de utilidad pública.

Hacemos por Córdoba ya había planteado en la campaña electoral de 2019 que el servicio de recolección de basura volviera a la Municipalidad. Cappellini citó el ejemplo de la ciudad de Rafaela, en Santa Fe. Con 100 mil habitantes, la prestación es estatal y contaba, al año pasado, con un presupuesto de solo tres millones de pesos al mes, con cierta frecuencia de recorrido, no diaria. "Incluso realizan recolección diferenciada, con compactación y venta", indicó el edil. La tarea en Rafaela se realiza a través de cooperativas de trabajo. "Nuestra idea es proponer ese modelo", subrayó. 

La modalidad de trabajo de estas cooperativas es muy simple. Según Cappellini los sueldos provenían de la venta del reciclado, mientras que si no se llegaba a cubrir la carga salarial, el Municipio aportaba la diferencia de su presupuesto público. 

Para Cappellini, que comparte el bloque de Hacemos por Córdoba con Romina Carezzano, la transición de un sistema privado a uno público no sería traumática, ya que prevé absorber el actual plantel de personal y avanzar en un ahorro significativo para la compra de camiones recolectores.

Reparos y críticas 
Quien expuso reparos a estas alternativas y lanzó severas críticas al oficialismo fue el bloque del Frente Todos. 
"Hace 20 años que nos gobiernan los mismos y venimos viendo promesas en títulos y no vemos que se lleven a cabo", enfatizó el presidente de bloque Diego Dellacasa. Sobre los probables cambios en la concesión del agua, Dellacasa dijo que los avalarían si benefician al vecino. "Pero no creemos que poner en manos de la Municipalidad hoy un servicio, genere un beneficio. El sistema que tiene la Cooperativa es aceitado, y lo que paguemos, poco o mucho, el resultado es más que satisfactorio", indicó en referencia a la calidad de la prestación. 

"A lo largo de los 20 años de este gobierno radical, hemos visto que todos los contratos que el oficialismo acordó, no fueron beneficiosos para la ciudad. El contrato de Cotreco genera un ajuste de precios permanente que termina en un deterioro (presupuestario). Fue realizado por ellos mismos y han tenido la oportunidad de trabajarlo dentro de la emergencia económica, pero nunca se pusieron a reveerlo", subrayó. 

Dellacasa puntualizó que la erogación que genera ese convenio es "terrible" e "inviable, por un servicio que prácticamente no se cumple". 

En ese sentido, el concejal recordó que su bloque no cuenta con un estudio real de costos, a pesar de haberlo reclamado en varias oportunidades. Y cuestionó, por otra parte, la falta de presupuesto para que funcione la planta del basural. "Estamos enterrando la basura como en la prehistoria", enfatizó. Y reiteró que las iniciativas municipales no han contado con resultado claro en varios años. "¿Qué convendría? Que la Municipalidad se ponga en modo avión los próximos cuatro años y ojalá que el próximo intendente resuelva todos los problemas: basura, agua, cloacas, viviendas, programa Lo Tengo, con verdadera vocación como corresponde", concluyó.

EDITORIAL

En revisión, el 
modelo de concesión de tres décadas

La tercerización de la recolección de residuos fue "inaugurada" hace 30 años y se mantuvo.

SE cumplieron esta semana 31 años de la asunción de Carlos Menem en la Presidencia de la Nación, inaugurando de este modo un largo período de economía liberal en el país, que motorizó privatizaciones y un profundo achicamiento del estado. Con el rótulo peronista, Menem encaró un camino de alineamiento absoluto con el sistema capitalista, que hizo girar en 180 grados la política que, desde el regreso de la democracia, llevó adelante el radical Raúl Alfonsín. 

En Río Tercero ese nuevo escenario tuvo consecuencias inmediatas, económicas y políticas. En el primer aspecto el impacto no se alejó demasiado del resto del país. En el segundo, la novedad fue el alineamiento absoluto del Partido Justicialista de Río Tercero con el incipiente menemismo. Casi como un anticipo de lo que serían los ejes centrales de su gestión en la Municipalidad como intendente, el entonces presidente del PJ local Carlos Rojo, impulsó la instalación del 8 de julio de 1989 -día de asunción de Menem- como el "Día de la Esperanza Nacional". Reivindicaba así las privatizaciones de empresas estatales, la política liberal a ultranza, quizá a contramano o contradictoriamente con la "justicia social" de la doctrina peronista, y apoyando sin condicionamientos el nuevo gabinete de Menem, con perfil para esa tarea.

Tanto fue así, que dos años después cuando Rojo fue electo intendente en el apogeo de los '90, adaptó fielmente esa idea al manejo de la Municipalidad. La Reforma del Estado constituyó uno de los desafíos centrales de Rojo y su equipo, con cuya esencia avanzó en la tercerización de servicios esenciales, el endeudamiento para la obra pública -la más emblemática fue la del sistema cloacal con un crédito internacional millonario en dólares aún impago- y la intención de reducir la estructura municipal sobre todo, en una primera etapa, en la cantidad de personal que venía de la gestión anterior.

Dentro de las concesiones más resonantes hacia el sector privado, la del servicio de recolección de residuos fue la más emblemática y se mantiene hasta ahora, a casi 30 años de la primera licitación. Fue tomada, prácticamente, como una política de estado, ya que ninguno de los intendentes que sucedieron a Rojo se preocupó por modificarla. Todo lo contrario, fue defendida por su eficacia a diferencia de varios proyectos opositores aislados que proponían el regreso a la prestación estatal, mixta o apelando a capitales locales para achicar costos.

A lo largo de los años el peso presupuestario de la concesión transitó varias etapas, hasta que en el último período de crisis su mantenimiento se volvió casi inviable con un gasto anual de unos 150 millones de pesos y en aumento. El contrato que actualmente liga al Municipio con la empresa Cotreco, finaliza en agosto. Y la ciudad deberá afrontar, con soluciones creativas, el futuro de un servicio básico que debe actualizarse hacia las nuevas tecnologías, y métodos en la selección y tratamiento de la basura domiciliaria, cuya incidencia en el gasto público sea coherente con los niveles de recaudación tributaria.