En  el marco de una situación sanitaria y económica donde el hambre es una de sus peores caras, en Almafuerte, algunos sienten que se pierde una oportunidad de mitigar el flagelo. Muchos han escuchado hablar del “cinturón verde”, pero no todos parecen entender su potencial para abastecer no solo a la ciudad, sino una vasta región.

Desde hace alrededor de dos meses, la producción se ve amenazada por el déficit hídrico. Y no se trata de la ausencia de lluvias, previsible para esta época, sino la falta de mantenimiento del histórico canal de riego. A pesar de que esta gran obra de ingeniería fue construida a finales del siglo 19 por el propio fundador de Almafuerte, Pedro C. Molina, estaría en condiciones de seguir cumpliendo su cometido original.

Ocurre que en varios sectores de su recorrido que supera los 20 kilómetros, ha sufrido derrumbes,  sobre todo en el tramo subterráneo, cortando el curso del agua. Durante el año pasado, la anterior gestión municipal con apoyo del Gobierno provincial inició lo que se catalogó como la mayor remediación en un siglo. Las tareas comenzaron pero a los pocos meses, el plan quedó paralizado y ahora se están sufriendo las consecuencias.

La problemática tomó mayor estado público esta semana, a partir de un comunicado emitido por la representación local del Frente de Todos, la fuerza política que gobierna a nivel nacional. El abogado Sebastián Fernández, uno de los firmantes del escrito junto a la licenciada en Ciencias Políticas, Paulina Mercado, señaló que el primer objetivo fue visibilizar el problema. “Queremos ofrecer toda la colaboración que esté a nuestro alcance, pero también es un llamado a todos los actores que puedan aportar una solución”, exclamó el letrado.
“Hay que actuar de manera urgente porque ya se perdió un 75 por ciento de la cosecha y pone en riesgo el comienzo del próximo ciclo”, agregó. En esa dirección, afirmó que ya pusieron en conocimiento de la situación, a la diputada nacional Gabriela Estévez.

En su encabezado, el comunicado del Frente de Todos advierte sobre la amenaza que esto representa para la llamada “soberanía alimentaria”. Este concepto se refiere al “derecho de los pueblos de definir su propia política y estrategias de producción de alimentos, conforme a sus características particulares”.

En este marco, Fernández insta a no dejar que se pierda la gran producción, principalmente de hojas verdes, y apunta que esto ha provocado la necesidad de abastecerse de otros lugares, con precios más altos.
Naturalmente, también hace hincapié en el riesgo laboral que afecta a unas 25 familias que allí trabajan y otro importante números de empleos indirectos.

Mientras tanto, el déficit hídrico obliga a que los productores deban apelar a camiones regadores, pero sostener esto es algo “inviable económicamente”, advierte Fernández. Por otra parte, destacó el valor que tiene lo producido en una “zona blanca” como Almafuerte imposibilitando que los alimentos se transformen en potenciales vectores del Covid-19.

“Se trata de una realidad conocida en Almafuerte pero los productores no visualizan una respuesta de las autoridades”, resume el principal referente local de este espacio kirchenrista. El Frente de Todos no tuvo representación en las elecciones municipales del año pasado y decidieron concentrar todas sus energías en los comicios nacionales, explicó Fernández. “Se trata de un espacio amplio y horizontal en el que participan desde técnicos hasta docentes y ninguno vive de la política”, describió. Entre las principales acciones que se promueven a nivel local destacó la participación en el Comité de Emergencia Social, la colaboración en merenderos barriales, además de otras asistencias que resultan urgentes para algunas familias