Radio T

Jofré Giraudo pidió llegar a consensos para superar la “pobreza escandalosa, la emergencia educativa y la creciente inseguridad”

El obispo de la Diócesis de Villa María reclamó humildad en la dirigencia, un diálogo franco y evitar el “insulto o la descalificación al que piensa distinto”. Fue durante la homilía en la acto provincial del Día de la Independencia.

Locales10/07/2024TribunaTribuna
Obispo

El obispo de Villa María, Samuel Jofré Giraudo, fue el encargado de pronunciar la homilía en el acto y desfile provincial del 9 de Julio, que se desarrolló este martes en Río Tercero, con la presencia del gobernador Martín Llaryora.

“No desconocemos los problemas que nos aquejan. Pero por encima de todo está el regalo de tener un país rico en recursos naturales y talentos humanos”, destacó el obispo. 

“El episodio del evangelio que acabamos de escuchar nos señala las líneas maestras que deben regir la religión y la política. ‘Da a César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios’: nos enseña que la religión y la política son distintas y no se deben confundir. Se deben mutuo respeto y ayuda”, siguió expresando. 

Y enunció que “la religión y su fuerza moral, son el fundamento sólido para la vida política”. 

Entonces subrayó que “la política es una consecuencia necesaria para la buena religión”. 

“No tenemos que esperar de la religión o de la Iglesia, que nos den soluciones técnicas a nuestros problemas. Sí pueden aportar inspiración y orientación”, indicó, para reafirmar que “el primer fruto de la fe en Dios es la humildad. Es necesario que reconozcamos las grandes frustraciones y fracasos colectivos que padecemos”, dijo.

“Nos basta recordar la pobreza escandalosa. La emergencia educativa. La creciente inseguridad, y la tristeza de innumerables jóvenes que no ven futuro entre nosotros y emprenden el camino de la inmigración al extranjero”, cuestionó ante un palco ocupado por políticos. 

“La fe también aporta un aire de libertad, muy oportuno al conmemorar nuestra Independencia. ‘La verdad nos hará libres’, nos advierte Jesús”, expresó luego.

Y advirtió que “buena parte de nuestras derrotas colectivas se deben al imperio de la mentira entre nosotros. Necesitamos decir basta y empezar a vivir en la verdad”. 

“La buena religión es realista. Cree en los milagros de Dios pero no en la magia de la superstición”. 

“Es urgente que aceptemos y reconozcamos nuestras limitaciones. No podemos gastar más de lo que ganamos. No debemos pretender más que nuestra vida social y económica, con gestos grandilocuentes y vacíos”, reflexionó a modo de sermón. 

Sostuvo que “la Nación es un proyecto común. Para concretarlo necesita de líderes honestos y capaces. Pero no son suficientes. Necesita consensos. No debemos esperarlo todo de nuestra dirigencia política. Son necesarios también muchos líderes educativos, sindicales, empresariales y religiosos. Necesitamos la honestidad del pueblo y el efecto benévolo que nos una como país”, amplió. 

“La buena vida religiosa puede hacer un buen aporte en este sentido, comenzando con la reconciliación y el perdón de nuestras mutuas ofensas”, dijo. 

En lo que pareció un mensaje hacia el nuevo contexto nacional, el obispo manifestó que “se habla hoy sobre una renovación o refundación de la Patria. Hay consenso de que necesitamos reorientar la vida social. Pero no hay pleno consenso de cómo debe hacerse prácticamente esta renovación. El diálogo franco y sincero es el instrumento apto para construirlo”. 

“Tampoco podemos unirnos en base al insulto o la descalificación al que piensa distinto”, cuestionó. 

“Es comprensible que el dolor y el cansancio, tiendan a expresarse con gestos fuertes, pero no nos podemos permitir pactar con la violencia, ni física ni verbal”.

“La búsqueda de la Justicia verdadera no es vengativa, sino generosa y mansa. Muchos desafíos tenemos por delante. La fiesta de la Independencia no es un lujo sino una necesidad”, concluyó.

 

Te puede interesar
Lo más visto