Juventudes: cómo impacta la economía en los proyectos de vida

Del 3 de julio al 31 de agosto, la Fundación COLSECOR llevó adelante un estudio cualitativo para conocer las impresiones de jóvenes de pueblos y ciudades intermedias de nuestro país.

El objetivo fue indagar en cómo piensan, sienten y opinan respecto de su realidad cotidiana, el lugar donde viven, el contexto general, así como sus aspiraciones, preocupaciones y objetivos en torno al futuro. Para ello, se efectuaron entrevistas a jóvenes entre 17 a 20 y entre 21 a 25 años. 

Esta es la primera vez que la Fundación COLSECOR realiza una investigación cualitativa en localidades pequeñas e intermedias del país. Como fundación cooperativa, tiene el compromiso social de relacionarse y conocer las necesidades de toda la comunidad, tanto de los niños, jóvenes, adultos y adultos mayores.

De esta forma, va generando un registro de lo que se entiende como necesario para mejorar las condiciones de la calidad de vida en las localidades de Argentina tierra adentro. Así, se van detectando causas sociales que necesitan una organización ciudadana, un vínculo con el espacio público, una atención definida en cuanto a potenciar la decisión del arraigo y no exclusión de los pueblos para todas las generaciones.

“Se busca que los resultados permitan conocer más a quienes serán protagonistas en un futuro y de esta manera ver las posibilidades de generar diferentes iniciativas. Así como tenemos que presentar proyectos intergeneracionales, también podemos pensar proyectos interinstitucionales y explorar condiciones de oportunidad a nivel regional o microrregional, intentando que las comunidades sean complementarias entre sí y buscando de alguna manera la transversalidad en todos los aspectos”, sostuvo Alberto Calvo, del área de Relaciones Institucionales de la Fundación COLSECOR. 

10 Hallazgos

Dentro de las conclusiones, hubo un aspecto que surgió transversalmente en los diferentes temas abordados (sobre todo los vinculados al futuro) y fue la variable económica. De esta forma, pudo observarse la mención de esta variable al referirse a aspectos vinculados a la elección de carrera, al ámbito laboral, a proyectos futuros como la casa propia o la decisión de tener hijos, entre otros. “En general, se vislumbró como una temática que inquieta a  todos (más aún a los mayores) y ha sido el hilo conductor de distintos aspectos abordados en el trabajo de campo”, sostuvo Luciana Castagnino, especialista en investigaciones cualitativas que participó del proyecto. 

Imaginario sobre sus localidades de origen
Una de las áreas sobre la que se trabajó fue el imaginario sobre sus localidades de origen. Así, los jóvenes entrevistados valoran la solidaridad, los afectos, la seguridad, tranquilidad y la cantidad de espacios verdes que ofrecen sus pueblos y localidades. 

Hay una perspectiva más idealizada entre los jóvenes de 17 a 19 años, que en general perciben que “no les falta nada” y menos en los más grandes (20 a 25 años) que observan por ejemplo, la falta de oferta educativa terciaria/universitaria, la dificultad para insertarse laboralmente y la escasez de ofertas recreativas y culturales para su edad, entre otras. 

Intereses y hábitos
En el estudio efectuado por la Fundación COLSECOR indago en las tareas cotidianas, la participación en actividades comunitarias, el interés por temas ambientales, los consumos virtuales y de televisión. También en la elección de carrera y el ámbito laboral en sus comunidades.

Al consultar sobre las actividades y hábitos de la vida cotidiana, se observa que en general son muy similares, independientemente de la localidad y la provincia. 

Con respecto a la participación en las actividades comunitarias, los jóvenes entrevistados mencionan muy baja participación en actividades u organizaciones religiosas, políticas y sin fines de lucro

En relación al tema ambiental, se destaca una conciencia generalizada. Ambos segmentos de edad manifiestan estar preocupados por el tema y prevalece la idea de que no se hace lo suficiente en el mundo para cambiar, admitiendo también la propia responsabilidad. En el segmento de 17 a 19 años se menciona una mayor participación. Algunos comentan el trabajo de separación de residuos efectuado en sus comunidades. Estos jóvenes se manifestaron más participativos en relación al tema.  

Al ser consultados sobre el consumo de Internet, ambos segmentos mencionan un gran uso tanto para sus actividades, estudio, trabajo como para comunicarse e informarse sobre actualidad, futuras carreras o temas de interés. Se identifica con una búsqueda personalizada y no invasiva.

 
Elección de carrera, inicio de la experiencia laboral 
 

Entre los jóvenes de 17 a 19 años, la mayoría revela su intención de estudiar fuera de su localidad. Manifiestan que la variable económica puede llegar a impedir que sigan las carreras que más les gustan. Algunos optan por carreras virtuales o por viajar diariamente (si la universidad está cerca, o con modalidad híbrida). Muchos manifestaron que piensan trabajar mientras estudian.

Se observó un alto predominio de elección de carreras relacionadas con la informática. A pesar de encontrarse en zonas agroindustriales, esto no parece seducirlos como proyecto académico y laboral a futuro. Al consultar sobre sus amigos, muchos estudiarán otras carreras, otros trabajarán en el pueblo, harán un profesorado o esperan a ver que harán más adelante. 

En el caso de los jóvenes de 20 a 25 años, hay más variedad de carreras. Mencionan la pandemia en este trayecto educativo. Hay varios testimonios de cursada híbrida y de cambio de carreras tradicionales a otras más cortas. 

Con respecto a la consulta sobre volver al pueblo al finalizar el estudio, no hay un consenso, sino diferentes ideas a futuro como volver, instalarse donde están estudiando, instalarse en otro lugar del país o en otro país. En el segmento de 20 a 25 años, se percibe ansiedad/malestar por la incertidumbre económica. 

Al ser consultados sobre el trabajo en sus localidades, hay una mirada heterogénea. Se tiende a pensar que hay trabajo pero con salarios bajos y limitado a algunas actividades. Quienes estudian carreras que no se ajustan a estas actividades no imaginan poder volver y desarrollarse en el lugar donde crecieron. 

Aquellos jóvenes que trabajan en sus pueblos, y más en el segmento entre 20 y 25 años, tienden a mostrarse satisfechos, pero reconocen tener otros planes en el futuro: cambio de empleo o de actividad, deseo de emprendimiento propio y la necesidad de más de un trabajo. 

El futuro: ilusión y preocupación

Teniendo en cuenta sobre su visión del futuro, los jóvenes entre 17 y 19 años son más optimistas y se ilusionan con la etapa post secundario.

Aquellos cuyas edades van entre 20 y 25 años, se muestran desanimados por la inestabilidad económica del país. 

En ambos grupos, pero más acentuado en los más grandes, surge la aspiración por la vivienda propia y la preocupación por las dificultades para lograrlo. También desean tener un emprendimiento propio. Algunos jóvenes, sobre todo varones, admitieron que eligieron lo que estudian pensando en que les sea redituable. 

En todos los casos se manifiesta un fuerte vínculo con su localidad, dicen que quieren seguir volviendo de visita porque predomina la unión afectiva con el pueblo.  

Tener hijos ¿Sí o no? 

Con respecto a las mujeres entrevistadas, el deseo de tener hijos no es mencionado como prioritario. No hay un deseo a corto plazo, otras no lo saben y otras no desean maternar. La mayoría se imagina en 10 años avanzando en sus carreras y probablemente con pareja. Se mencionan situaciones como la realidad económica, priorizar el desarrollo de una carrera profesional y temor por el mundo violento y complejo. 

En el caso de los varones, si bien no lo ven como algo cercano, están seguros de querer formar una familia y tener hijos. Imaginan y desean que este proyecto forme parte esencial de sus vidas personales en el futuro.