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AGRO. De riesgos y cisnes negros...

Columna de opinión del ingeniero agrónomo Raúl Martina (M.P. 1442).

Locales 20/05/2023 Tribuna Tribuna
AGRO Martina

Muerdo el anzuelo y vuelvo a empezar de nuevo cada vez. Inicia así un himno del rock nacional, que nos marca hacia el interior productivo y deja sobre aclarado que es parte de las Costumbres Argentinas, tal lo subrayan los Abuelos de la Nada.Y en este caso la situación no es del corazón sino de la producción y la inversión.

Las lluvias han sido escasas, de bajo milimetraje, con períodos de alta insolación y elevada evapotranspiración, y el “cisne negro” que no registraba ocurrencia en más de 50 años a la fecha, y que algunos memoriosos citan el fenómeno similar remontándose al ciclo productivo 1970-1971: ¡Una tremenda helada, el 18 de febrero!

Los registros pluviométricos, chequeados en la Estación Meteorológica de la Red Provincial ubicada en el Colegio Agropecuario IPEA N° 210, arrojan la suma total de 574 mm. durante el período de aprovechamiento de los principales cultivos de la región, y es claramente reconocido por el hombre de campo que no toda la lluvia caída se transforma en kilos de soja y maíz. Asumimos por tanto que un 20% se evaporó, percoló, se perdió por las diferentes pendientes y canales y nos quedamos con unos 450 mm. efectivos para transformar en granos. Sin embargo, la helada del 18 de febrero cortó los ciclos de llenado de grano del cultivo de soja y varios lotes evidenciaron mermas del rendimiento de más de un 50% acreditado al evento meteorológico de baja temperatura. Lo cierto es que a partir de esa fecha todo fue marcando el cierre de un ciclo productivo sin precedentes.

Frente a semejante panorama, es necesariamente oportuno señalar el valor que tiene en todo momento, el correcto ajuste y la combinación oportuna que se consigue con trabajo profesionalizado, que sin lugar a dudas logra mejorar rentabilidades de la mano del uso de insumos cada vez más específicos y biotecnologías adaptadas al detalle para cada ambiente de producción. 

Qué diferente es todo cuando las cosechas son generosas, la actividad económica refleja esa posibilidad de inversiones en construcción, cambios de vehículos, nuevas herramientas y nos animamos a elaborar juntos estrategias sustentables de fertilización y aportes orientados a potenciar la rotación. Por tanto, frente al disparate confrontativo de una clase dirigente que solo busca culpables y no se hace cargo de la parálisis que sufren en el plano de las ideas de desarrollo, le podemos demostrar claramente que en años de números a raya o negativos, ese déficit se traslada a lo urbano y en nuestros pueblos del interior se evidencia de manera nítida y contundente. 

El sector demuestra que en años de buenas cosechas los ingresos no vuelan a cajas de seguridad o bancos suizos, se quedan para generar empleo, inversiones y nuevas oportunidades. El agro moderno se nutrió de calificados recursos humanos con la idea de cristalizar aquellos sueños de un puñado de inmigrantes de diversas nacionalidades que llegaron a América para quedarse, dejar huellas y pedirles a hijos y nietos que continúen ese sendero trazado lleno de oportunidades, esperanza y prosperidad.

El campo necesita que le saquen definitivamente los pies de encima, los resultados económicos de la actual campaña duramente golpeada por la sequía y la helada extemporánea, exacerban la presión impositiva que el Estado le impone al sector. A diferencia de lo que ocurre en otros sistemas tributarios correctamente diseñados, en los cuales ante una reducción de los márgenes del contribuyente se reduce razonablemente la presión impositiva. 

Por la naturaleza que tiene el impuesto regresivo de las retenciones, sabemos que no se adapta a la condición que vive quien las paga. Mientras los productores en esta campaña sufrirán pérdidas de las cuales si son arrendatarios deberán amortiguar en las sucesivas dos o tres campañas venideras con buenas lluvias y sin sobresaltos, el sector sabe que hay un socio de lentes oscuros que siempre cobra, sea cual sea el resultado: don Estado.

Bien lo deja descripto Miguel Ángel Peralta, músico, poeta, cantante y comediante argentino, nacido en Munro un 21 de marzo de 1946, más conocido como Miguel Abuelo: “Esta vida gira así, sin cabezas por la vida…. Pocos juegan lo que tienen y envidian lo que imaginan”.

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