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Condenaron a los integrantes de una banda liderada desde la cárcel, dedicada a cometer estafas en Calamuchita

En 2020 la Justicia de Río Tercero determinó que la banda era liderada por internos de la cárcel de Río Cuarto. Habían estafado a vecinos de Villa del Dique y Villa General Belgrano.

Policiales 05/12/2022 Tribuna
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En 2020 la Policía realizó allanamientos, entre otros sitios, en Las Higueras

Los integrantes de una banda que era dirigida desde la cárcel de Río Cuarto y que cometió una serie de estafas en el Valle de Calamuchita fueron condenados hoy en la Cámara del Crimen de Río Tercero. 

Luego de varios meses de investigación, tras la denuncia de damnificados de Villa del Dique y Villa General Belgrano,en 2020 la Justicia pudo dar con los por entonces sospechosos.

La organización era liderada por un joven de 27 años que está condenado por homicidio en el penal de Río Cuarto junto con otro interno de 55 años, mientras que el trabajo en la parte externa estaba a cargo de dos mujeres y otro hombre según la investigación policial.

En la mañana de este lunes, en un juicio bajo la modalidad de abreviado, es decir que los imputados reconocieron el hecho, la jueza Guarania Barbero condenó a Eduardo Alberto Oviedo, Alejandro Ever Agüero, Cristian Alberto Oviedo y Carlos Humberto Prette a la pena de cuatro años y tres meses de prisión como autores estafas reiteradas. En el caso de Eduardo Oviedo, debió unificarse su condena con una anterior de 10 años y 6 meses en la pena única de 14 años  de prisión.  

También fue condenada una de las mujeres involucradas en la causa, Claudia Cuello, a dos años y tres meses de prisión como partícipe cecesaria de dos hechos de estafas reiteradas.

Todos los involucrados en la causa fueron absueltos por el delito de asociación ilícita, tal como había sido calificado el hecho.

La otra mujer involucrada en los hechos, Nadia Estefani Lucero, manifestó su voluntad de enfrentar un juicio abierto, por lo cual será juzgada en otro proceso.

Los condenados captaban a sus víctimas a través de un perfil falso de Facebook y luego las contactaban vía telefónica, con el propósito de adquirir automotores que los damnificados tenían a la venta.

Los delincuentes lograban que los vendedores se llegaran a los cajeros de los bancos y les entregaran los datos de las cuentas, con sus respectivas claves.

De esta manera, transferían plata y gestionaban préstamos que derivaban a las personas que estaban en el exterior, quienes completaban el accionar delictivo con el retiro de efectivo y el traspaso de dinero a otras cuentas bancarias.

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