- ¿Qué resumen haces de lo realizado por el equipo durante la temporada? ¿En dónde crees vos que estuvieron los puntos fuertes de este equipo?

“Fue una temporada muy positiva, el equipo desde el día uno que comenzó la pretemporada trabajó de la forma que debía hacerlo. Fuimos un plantel bien diagramado, con mucho talento tanto deportivo como humano y la llegada de Sebastián Figueredo potenció toda la estructura para que se armara un conjunto muy fuerte. Hoy siento que además de tener una gran temporada, cada uno de los jugadores dieron un paso hacia adelante sobre todo los más jóvenes. Nuestro grupo humano fue muy bueno y eso fue uno de los puntos más altos que tuvimos, después está todo lo relacionado a lo técnico-táctico pero el factor humano fue que él siempre nos elevó el nivel”.

- A tus 38 años te tocó ser el líder en ofensiva del equipo, jugando 32 minutos de promedio. ¿Cómo te sentiste a lo largo de la temporada, y cómo te ves para el próximo torneo?

“A los 38 años estoy contento por cómo me acompañó el físico a lo largo de toda la temporada, la verdad que trabajo y me cuido para que mi cuerpo aguante todos los partidos. A medida que van pasando los años, uno entiende más a su cuerpo y en ese sentido me sentí bárbaro. Ser el líder ofensivo no es para mi una mochila, todo lo contrario, disfruto ese rol y creo que es en donde encajan mejor mis características de juego. Veremos lo que se viene para la próxima temporada”. 

- No fue de público conocimiento pero en Buenos Aires como Rosario no te encontrabas en plenitud física. Sin embargo, siempre estuviste para el equipo en todos los partidos.

“Es un tema que ahora puedo hablarlo con tranquilidad, la verdad que no quise manifestar nada en su momento. En el primer partido en Buenos Aires comencé a sentir una pequeña molestia en el gemelo y bueno el deseo de estar con el equipo fue el que me mantuvo en pie para los otros dos encuentros. Ya estando en Río Tercero, los estudios determinaron que tuve un desgarro asique junto con el cuerpo técnico diagramamos los tiempos para que pueda estar en el cuadrangular de Rosario. No llegué de la mejor forma, esa es la verdad, entrené solamente dos días y el viernes ya jugamos. Nuevamente fue el deseo de estar con el equipo lo que me motivó, sentía que tenía que hacer un esfuerzo extra por ellos y la verdad que valió la pena. Estoy tranquilo porque sé que pude competir al 100%”.

- Tuviste la oportunidad de estar en el último partido de Gastón Luchino, ¿Qué significó él para este equipo y con qué te quedas de tu relación tanto dentro como fuera de la cancha?

“Tuve la posibilidad de estar en el último partido de Gastón, me pone muy contento porque sé que se pudo despedir en cancha y bien desde el punto de vista físico. Creo que el grupo ayudó a que él pueda disfrutar toda esta temporada. Lo felicito por la carrera deportiva que tuvo, es una de las mejores personas que tuve la suerte de conocer en el ambiente de básquet, lo considero mi amigo y me quedo con la amistad que se formó. Como jugador fue un animal, se cansó de meter triples y de estar en situaciones importantes, la verdad que podemos hablar un montón de todo lo que hizo pero me quedo con la persona, con su elección de quedarse en Río Tercero y seguramente seguiremos viéndonos en el club como en la vida diaria. Por su familia, el club y sus amistades el post básquet seguramente lo llenará de felicidad”. 

- ¿Vuelve el hobbie del pádel en el receso?

“Ahora en postemporada no soy de los que se quedan quietos, necesito mantenerme en actividad y el padel es una actividad que disfruto de hacer. Me ayudó mucho durante la pandemia y este año el entrenador no me permitió jugar (con razón), así que hace desde el 29 de diciembre que no entro en una cancha. Tenemos un duelo pendiente con Facu Casco de jugar contra “Tato” Torre y “Mole” Gerlero así que esperando a que llegue el momento”. 

FUENTE: Prensa Nueve Básquet