Radio T

La obsesión de la vida amorosa

Opinión. Marco Balzarini, psicólogo M.P. 9044.

Locales19/06/2021 Tribuna
descarga
Los amantes, de René Magritte

A pesar de que las clasificaciones diagnósticas, por la generalización que conllevan, no puedan capturar lo que hay de singular de cada quien, ciertas tipologías clínicas todavía siguen vigentes. Hoy me voy a ocupar, brevemente, de la neurosis obsesiva en la vida amorosa.

Cuando en el consultorio se escucha a un obsesivo su clínica revela la diferencia radical entre lo que dice que quiere y lo que realmente reclama. Por ejemplo, dice que quiere a su mujer, pero hace todo para perderla; intenta acercarse a su objeto de deseo, pero lo termina “cagando”.

Freud, en "Sobre la más generalizada degradación de la vida amorosa", uno de los tres textos que constituyen sus contribuciones a la psicología del amor, explica que algunos hombres cuando aman no desean y cuando desean no aman. Una cosa es el deseo y otra es la demanda. Lo que un obsesivo dice no es exactamente lo que demanda. Puede ser lo que dice que desea, pero no lo que fundamentalmente reclama. 

Algunos hombres dicen que no desean ya a su mujer, pero que no la pueden dejar. Tienen razón, porque tienen un compromiso en ese amor. Lo que se va perdiendo es el erotismo. Se trata, como dice Freud, de hombres que si desean no aman, y si aman no desean. Es difícil para un obsesivo reunir en una mujer ambas corrientes de la vida anímica: la tierna y la sensual. Es difícil para el sujeto obsesivo juntar a la persona amada y a la persona deseada, a la persona hallada y a la buscada. No pocas veces la "solución" masculina ante esta disyunción es tener una mujer idealizada, generalmente la madre de sus hijos, y otra mujer degradada, la amante.

La degradación puede tomar formas diversas, como disfrutar de una parte del cuerpo femenino, el interés del hombre por los pedazos de una mujer, por la ropa interior y no tanto por lo que haya debajo. Se trata de un goce perversamente orientado, de quedar fijado en lo que tapa lo femenino, y que ratifica que la forma de disfrutar del hombre es por la vía del goce del órgano.  

Si este hombre es un sujeto obsesivo sufrirá de la disyunción entre pensamiento y acción por el efecto de la represión. Por esto Freud pudo demostrar, en el caso patognomónico de la neurosis obsesiva conocido como “El hombre de las ratas”, que el sujeto obsesivo sufre de la duda. Lo escuchamos en la clínica de hoy, no sabe si quedarse con esta mujer o con esta otra, no sabe si va o si viene. Espera, y en esa espera cree que tendrá, algún mágico día, a la mujer ideal.

Pero, con lo que se encuentran es con una mujer, cada vez. Entonces no va a jugársela, no puede decidir, no sabe si ponerse seriamente en una relación, ninguna le termina de cerrar, porque, precisamente, cree en la mujer ideal, que por supuesto no existe. Existen mujeres, cada una es un mundo, hay que tomarse el trabajo de escucharlas, una por una.

De la duda se desplaza hacia la postergación. En la neurosis obsesiva hay un goce de postergar. Se trata de no querer ceder el objeto, de retener lo que tiene, y así siente una satisfacción extra. Cuando dice “no quiero compromisos por ahora”, “lo voy a pensar”, “mañana resolvemos”. Prefiere quedarse en el pensamiento. Retiene el objeto y goza de hacer esperar al Otro. A algunas mujeres esta postergación del goce, esta espera, las pone bastante nerviosas.

Se queda esperando a la mujer ideal. Pero, la mujer idealizada se acerca a la madre, decía Freud. Esto trae un problema sexual, pues no se puede desear al objeto idealizado, sino que se desea al objeto degradado. Por eso, muchos hombres obsesivos necesitan la degradación de la mujer como objeto de deseo para entusiasmarse. De modo que un sujeto que sufre de neurosis obsesiva y que su posición sexuada es masculina hará todo para degradar a su mujer, para traerla hacia su lado, degradando al objeto de amor. Indudablemente, esto genera terribles discusiones en la vida de las parejas. La mala noticia, que también es la buena, es que no hay recetas para esto. 

Te puede interesar
Lo más visto
Ambulancia 2

Llaryora entregó 66 nuevas ambulancias de alta complejidad para los hospitales, entre ellos el de Oliva y Río Tercero

Tribuna
Provinciales02/06/2025

Se trata de 60 unidades para adultos y seis para la atención pediátrica y neonatal, dotadas para brindar asistencia y traslados de alta complejidad. El Gobierno de Córdoba invirtió más de 6 mil millones de pesos para la adquisición y equipamiento de las mismas. “Todos los hospitales provinciales reciben hoy nuevas ambulancias para fortalecer la atención en salud de los cordobeses", sostuvo Llaryora.