Por Nicolás Cravero

Ante todo, cabe preguntarse cuáles son las condiciones para determinar porqué alguien se transforma en un “personaje del pueblo”.

Más allá de las distintas connotaciones que pueda tener dicha apreciación, ser conocido por buena parte de sus habitantes, es un rasgo indispensable.

En esa línea, la aleatoria elección de este espacio se inclina por Nolberto Rivero, una de las voces más escuchadas en Tancacha.

Su rol como comunicador lo expone públicamente, pero más allá de eso, es el cúmulo de anécdotas y vivencias, lo que invita a conocer algo más de él.
 Desde 1989 cuando comenzó a desempeñarse como corresponsal de TRIBUNA en Tancacha, abrazó una vocación por el periodismo, que ya mostraba animando veladas del colegio y lo llevó a recorrer el mundo para retornar a este presente de radio en las mañanas de su pueblo.

Soy un “todo terreno”, es lo primero que describe cuando se le pide una presentación que marque el rumbo de la charla.

Pero inmediatamente después pasa de la autoreferencia para referirse a Tancacha como “el lugar más bonito del mundo”.

Más allá del arraigo que cualquiera pueda sentir por su tierra, tamaña afirmación después de conocer tantos países, no deja de tener un valor agregado. “Lo valioso de viajar es que te permite comparar”, destaca.

“Tiene de todo y a no más de cinco cuadras, acá nos conocemos, se duerme con la ventana abierta”, describe en relación a su pueblo, o más precisamente, el barrio 60 Granaderos que lo tiene entre sus vecinos.

Allí vive junto a Dolly, su esposa de hace 40 años, con quien tuvo siete hijos y producto de ello, ya cuenta con 11 nietos.

Nació en Alta Gracia, comenzó el colegio en General Fotheringham y se radicó por primera vez en Tancacha a los 14 años.

Con 60 años, asegura ser “insaciable”, pero no solo con las metas que pueda ponerse frente a un micrófono, sino también desafiando el paso del tiempo arriba de una bicicleta.

Esta pasión que heredó de su padre, lo acompaña aún en tiempos de cuarentena, ya que en su propio patio logró armar un circuito de casi 100 metros para mantenerse activo. En condiciones normales, cada mediodía lo encuentra sobre dos ruedas en la ruta, compite tanto a nivel provincial como nacional y durante los últimos cinco años, destaca el orgullo que le significa ser sparring del campeón mundial Ricardo “El Cairo” Pereyra. 

También jugó hasta hace pocos años al fútbol, en la categoría senior del club Huracán.
 Pero más allá de este extenso apego al deporte, en el recorrido de su profesión se encuentra el mayor capital a compartir, eso que lo hace sentir “millonario” sin referirse al dinero precisamente.

Aunque su primera experiencia radiofónica transcurrió en LV26, sin dudas, los siete años, durante la década del 90´, en los que perteneció al equipo del recordado periodista Víctor Brizuela en LV3, lo marcaron, reconoce.

Naturalmente, su tarea era hablar, pero cuando no estaba al aire prefería escuchar, señala, como una forma de aprovechar aquellos encuentros con Osvaldo Wehbe, Rony Bargas, Rebeca Bortoletto o Miguel Clariá, por nombrar algunos referentes del medio.

En la cobertura de numerosos eventos deportivos, varios de ellos siguiendo al triatleta Oscar Galíndez, acumuló millas aéreas para dar una vuelta a todo el planeta, asegura.

Entre tanto viaje, protagonizó inolvidables vivencias, también desafíos y momentos complejos, “pero siempre la calma me ayudó a resolver situaciones”, asegura.

En esa sintonía, recuerda que en el aeropuerto J.F. Kennedy de Nueva York, pudo haber perdido el vuelo hacia Japón, si no descifraba que el llamado mal pronunciado en inglés por alto parlante para “Rafael García”, se dirigía hacia él. Ese es el nombre que figura en su documento, pero se refiere al pequeño pueblo donde fue anotado su padre, explica. 

Hacerse entender en Moscú para llegar al aeropuerto correcto entre los 12 que tiene la ciudad,   apelar a la palabra “Maradona”  para explicar su país de procedencia a estudiantes japoneses o encontrarse en una playa de Viña del Mar, Chile, con el exgeneral Augusto Pinochet, son algunos de los recuerdos que llegan rápidamente a su memoria.

Más acá en el tiempo, nuevamente en Tancacha, eligió bautizar a su productora de radio y televisión con el nombre “De Frente”, porque es una expresión que lo identifica, asegura. 

“No nací para ser político porque para eso hay que ir subiendo una escalera donde los peldaños son otras personas que hay que ir pisando”.

“Tuve grandes agarradas, sobre todo con políticos pero siempre hubo respeto. A veces tuve que explicarles que mis críticas pueden ser a la gestión pero nunca a la persona y lo entienden”.

También afirma que nunca faltaron quienes lo rotularon de filipista, ramondellista, cagnotista o verista, “pero siempre actué de la misma manera y me siento querido por la gente”.

Si bien tuvo alguna breve incursión política de la mano de Luis Juez en 2007, afirma: “No nací para ser político porque para eso hay que ir subiendo una escalera donde los peldaños son otras personas que hay que ir pisando”.

Su función natural es conducir “Que Mañana”, programa que se emite de lunes a viernes de 8 a 12 en su propia radio, FM Siempre.

Otra antigua habilidad que desempolvó en esta cuarentena es el dibujo y no son pocas las fotos que recibe para hacer retrato personales, tal como muestra en redes sociales.

“El periodismo es un arte que no tiene límites, hay que tener un grado de caradurez pero sin perder el rumbo”, resume Nolberto como receta de su vigencia.