Como viene ocurriendo cada verano desde hace ya varios años, el servicio de agua potable volvió a transformarse en una de las principales preocupaciones para los habitantes de Almafuerte.

A la espera de nuevas fuentes de captación que demandan inversiones millonarias y la búsqueda de financiamiento para afrontarlas, la ola de calor sufrida días atrás recrudeció este déficit.

Esta vez, fue la falta de presión que no pudo responder a la demanda, aunque los vecinos ya vienen padeciendo alteraciones en la coloración del líquido elemento, desde hace meses.

Con este panorama, desde la semana pasada rige en Almafuerte la “emergencia hídrica”, que concede al Municipio, dueño del servicio, la potestad de multar a vecinos que hagan un uso “indebido” del agua en estas circunstancias críticas, como regar, lavar autos o llenar piletas de natación.

Aunque la situación pueda variar conforme se regularice el régimen de lluvias, el decreto tendrá vigencia hasta el fin del verano. No obstante, en un contexto de cierta tensión que acumula ya demasiado tiempo, se aguarda que pueda primar un contrato tácito de concientización entre la población, por encima de posibles sanciones.

A su vez, esta emergencia hídrica, faculta al cuerpo de Bomberos Voluntarios para abastecer de agua, aunque no será potable, y rendir los gastos que acarree ese servicio adicional. Ellos recorrerán las calles de la ciudad en días de altas temperaturas y por ende, mayor consumo, pero también se podrá solicitar esta asistencia llamando al cuartel, según explicó Luciano Callovi, presidente de la Cooperativa de Servicios Públicos.

Larga data
Al déficit ya conocido de un sistema que depende de una fuente de captación en el lago, creada hace más de 40 años y un pozo realizado durante la década del 90´ con su vida útil ya al límite, Almafuerte tiene algunas características que en ciertos días, duplican el consumo con respecto a lo sugerido por la OMS (Organización Mundial de la Salud).

Gran parte de la red vial aún es de tierra y en ciertos sectores persisten importantes espacios verdes, circunstancias que incitan el riego entre los vecinos.

A todo esto, se suma un gran crecimiento demográfico experimentado principalmente durante la última década, una afluencia turística que crece cada temporada estival y la falta de cloacas con su inevitable contaminación de las napas.

Ejemplo de una urbanización que fue avanzando sin infraestructura de respaldo, puede observarse en Tierras del Fundador, el nuevo loteo Tierras del Este y barrio Pinares, que ya demandan un nuevo acueducto, según advierten desde la Cooperativa.

Si bien en este sector no vive más del 15 por ciento de la población, concentran un 45 por ciento del consumo, precisa Callovi. La mayor presencia de piletas, ausencia de asfalto y extensos espacios verdes, contribuyen ineludiblemente a esta ecuación.

Por encontrarse “aguas arriba”, barrio El Salto es otro de los sectores con mayores inconvenientes, aunque un nuevo loteo cercano prevé una obra complementaria de cañerías que podría beneficiarlo.

En síntesis, el diagnóstico sobre la situación es ya bien conocido por la mayoría de la población; la incertidumbre reside en torno a cuánto tiempo demandará una solución de fondo.

Obras necesarias
Ya se ha detectado un acuífero de buena calidad junto a la autovía que conduce a Río Tercero como el lugar más propicio para construir una nueva planta de potabilización, pero como ya se explicó, el principal obstáculo es económico.

Callovi apuntó como otra alternativa, la creación de piletones de decantación en el predio la Bomba, junto al lago, -principal fuente de captación-, que puedan funcionar como reservorios para que luego el agua sea clorada en otra parte.

El dirigente aclara nuevamente que el máximo responsable del servicio es el Municipio y por lo tanto, es quien debe realizar la inversión. De todos modos, deja entrever que la Cooperativa está dispuesta a tener un rol más ejecutivo en torno a las obras necesarias.

“No quiero terminar mi gestión, sin al menos el inicio de una obra que contemple un crecimiento poblacional a 30 años”, afirmó el nuevo presidente. No obstante, reconoce que cualquier intervención demanda un proceso que incluye presentación de un proyecto, una asamblea extraordinaria y puede demandar no menos de dos años.

“Estamos trabajando en fibra óptica para ofrecer un ancho de banda no menor a 40 gigas, después de 30 años mejoramos el servicio de energía eléctrica con nuevas celdas y también le vamos a poner el cascabel al gato al agua”, expresó el directivo.