La pandemia ha obligado a muchos a reinventarse para subsistir y en ese proceso, los artistas la tuvieron particularmente complicada.

“Las crisis generan oportunidades”, suele escucharse y Mauro Agüero, un músico de Tancacha, puede ser fiel reflejo de ello.

Si bien admite que para él las redes sociales son una herramienta que supo utilizar desde antes de la pandemia, a partir de las limitaciones para actuar en público, se transformaron en el principal escenario virtual.

Instagram parece ser el espacio preferido de artistas de todo el país para hacer conocer sus habilidades y en ese camino, al tancachense se le acaba de abrir una oportunidad que lo entusiasma.

“Conoces mucha gente que te va recomendando”, comenta Agüero entre tantas experiencias pantalla mediante, pero la que particularmente lo movilizó es una acontecida recientemente denominada “Talentos Federales”.

Detrás de esta iniciativa de la que participan incipientes músicos de todo el país se encuentra el reconocido productor musical Guillermo Marín, socio del bailarín Flavio Mendoza, exmarido de la vedette Valeria Archimó y organizador de importantes eventos deportivos, entre otros detalles de su currículum.

Mientras tanto, Agüero ya logró sortear el primer “casting” virtual, mediante el cual obtuvo la posibilidad de audicionar en el teatro Broadway de Buenos Aires, lo que será otro paso hacia una elección de 35 finalistas.

A priori, esto se presenta como una posibilidad de salida laboral para quienes sueñan con vivir de la música, como ocurre con el representante de la vecina localidad.

“¿Y si quedo?”, se pregunta Agüero quien encuentra ante el micrófono, un espacio de transformación personal en el que olvida por un momento, cualquier problema que lo pueda aquejar.

Quienes lo conocen de cerca, saben que es un luchador por naturaleza y no solo tras la persecución de un sueño sino también sorteando adversidades en torno a su propia salud.

Hace cinco años le extirparon un tumor de su riñón y desde entonces se somete a diálisis tres veces por semana, mientras aguarda un transplante.

Sin embargo, nada parece detenerlo cuando se trata de cantar, una especie de terapia que además cuenta con el incondicional apoyo de su familia.

Agüero se declara ligado a los acordes desde que tiene uso de razón, impulsado por su padre Mario y no solo tiene voz para hacerlo sino también una destacable habilidad con la guitarra.

Hasta la llegada de la pandemia integraba el grupo folclórico De Pura Cepa, con el que ya habían logrado posicionarse entre los principales referentes del género en la región, incluyendo actuaciones en el Pre-Cosquín.

Las restricciones que llegaron después complicaron las posibilidades de seguir ensayando como grupo y más aún, conseguir lugares para tocar, dejando espacio apenas para algunas presentaciones como solista.

Esto no significó el final de nada para alguien con tan fuerte convicción por seguir adelante sorteando obstáculos propios y ajenos, sino simplemente una pausa donde reencauzó el camino hacia un mismo objetivo: vivir por y para la música.