Por Nicolás Cravero

De la mano de una mayor concientización en torno a la buena salud, el consumo de frutas y verduras ya venía creciendo pero en este 2020, el fenómeno se acentuó reconocen los comerciantes del rubro.

“No nos podemos quejar”, coinciden en afirmar desde las verdulerías que al igual que otros rubros alimenticios, no solo trabajaron sin interrupciones durante la cuarentena, sino que vendieron más de lo habitual.

En tiempos de pandemia, todo lo que contribuya con la salud, parece revalorizarse en el inconsciente colectivo, de acuerdo a un rápido análisis psicológico que explique esta tendencia de consumo.

Según repasan los verduleros consultados, el pico de venta se produjo en los primeros días del aislamiento social y obligatorio, pero el volumen se mantuvo en parámetros más que apreciables durante el invierno, la temporada baja del rubro.

Crecimiento de la modalidad de “delivery”, surgimiento de nuevos comercios, control de precios por parte de clientes, son algunas de las aristas principales que también forman parte del negocio en este particular año.

Hernán, dueño de El Granjerito Lautaro, estima que las ventas aumentaron más de un 50 por ciento este año, algo que en su caso, favoreció los planes de expansión y ya cuenta con cuatro comercios en la ciudad.

Desde su punto de vista, al margen de lo que pueda generar la pandemia, la proliferación de recetas, sobre todo en redes sociales, ha resultado fundamental para que la gente apele a estos alimentos, siguiendo una tendencia de hábitos saludables, que ya se venía acentuando en los últimos años.

También afirmó que esta demanda no vino proporcionalmente acompañada de aumentos en los precios, más allá de las razones estacionales vinculadas a la producción o el clima, como ocurrió siempre.

Teniendo en cuenta que se trata de productos perecederos, su valor no debe afectar una demanda que los transforme en mercadería de descarte y ahí se sostiene el equilibrio con la oferta.

Precios
En ese contexto citó a los zapallitos que hoy están a 50 pesos el kilo pero llegaron a costar 200. También apunta a la papa como un producto de alto consumo que está más caro de lo habitual pero debería normalizarse con la mayor disponibilidad que se espera para los próximos días.

Encabezando su ranking de ventas se encuentran los cítricos, dada la valoración que ganaron sus vitaminas en esta situación sanitaria y los huevos que se adquieren mayormente en maples que arrancan en los 200 pesos.

Por otra parte, observa que hay mayor apertura de comercios del rubro, algo que atribuye a la baja inversión inicial para muchas personas que este año perdieron su trabajo o debieron reconvertirse.

Angel, de la verdulería Arco Iris, también asocia el comportamiento del mercado al virus, marcando las mayores ventas tanto en el mes de abril como al momento de los primeros brotes en la ciudad.

Esto trajo aparejado un notable incremento de los pedidos a domicilio, que en su mayoría se hacen de manera semanal y resultan más frecuentes entre los adultos mayores. Si bien admite que “siempre es mejor el contacto directo, este servicio no nos ha perjudicado porque hace que nos conozcan más”.

Si de precios se habla, en esta verdulería de la calle 25 de febrero también afirman que la principal variable sigue siendo la estación del año pero también su procedencia, ya que “si es de invernadero, dura más y tiene otro precio”.

A su vez, enumera varias frutas que llegan desde otros países, con lo cual hay variada disponibilidad todo el año, aunque eso tiene un costo adicional, si se trata de las bananas de Ecuador, los kiwi de Italia, las uvas brasileñas o cerezas españolas.

En ese marco, asegura que en su mayoría, “la gente no compra si está caro” como ocurrió por ejemplo con el pimiento que ahora supera levemente los 200 pesos el kilo pero llegó a estar a más de 500.

Ángel también se refirió a la competencia que va surgiendo en el rubro aunque asegura que la mayoría de los clientes vuelven en busca de una atención y calidad ya conocida. Además, advierte que con la llegada de las temperaturas más altas, se torna complejo el mantenimiento de los productos y aumenta la “merma”, lo que constituirá una gran prueba para los nuevos emprendedores.

“Al principio de la cuarentena, todos los días eran Navidad para nosotros”, recuerda Carlos, de la verdulería San Nicolás y apunta a los cítricos como principales responsables para mantener un año por encima de lo habitual en este sentido.

“El consumo de verduras está instalado en la sociedad ya desde hace mucho”, afirma y también nota un incremento del “delivery” apoyándose en ofertas periódicas que difunde a través de WhatsApp.

De todos modos, sostiene que por la naturaleza del producto, todavía son muchos los que prefieren tener un contacto directo con lo que van a comprar. Es ahí cuando aparece la posibilidad de vender algo más de lo previsto porque “entra por los ojos”, aunque también asegura que varios clientes virtuales también aceptan sus sugerencias. Para mitigar esa falta de contacto, intenta encargarse personalmente de la entrega.

Entre los mayores aumentos de la actualidad, ubica a la papa y el calabacín, que pueden llegar a 800 y 1200 pesos la bolsa, el doble de lo que llegaron a costar este año. 

En contrapartida, menciona a las naranjas y zapallitos, ya que se puede comprar hasta dos kilos por 100 pesos.
“La gente se fija cada vez más en los precios, es como que se adelantó el fin de mes y gasta menos pero compra, porque tiene que seguir comiendo”, agrega este verdulero de barrio Cerino.