Atendiendo a un pedido histórico, Almafuerte amplió notablemente su ejido urbano y eso puede influir drásticamente en su desarrollo futuro.
Días atrás en la Legislatura provincial, quedó establecido que el territorio ligado a la ciudad creció unas 12 veces y pasó a abarcar casi 6 mil hectáreas.
Esto implicó además, cambiar los límites entre el departamento Tercero Arriba y Calamuchita, que eran anteriores a la existencia del lago Piedras Moras.
El nuevo escenario traerá aparejado una serie de impactos, desde el punto de vista legal, histórico, tributario y hasta ecológico, pero sobre todo en cuanto al desarrollo urbano.
El asesor letrado del Municipio, Jorge Ispani, fue uno de los presentes en la Unicameral, cuando se hizo el esperado anuncio. Según explicó, uno de los aspectos a resaltar es el poder de policía que adquiere la Municipalidad para regular y controlar nuevos sectores.
"Esto nos permite planificar para adelante el crecimiento de la ciudad y su perfil turístico", destacó Ispani.
En el nuevo mapa de Almafuerte, el lago Piedras Moras pasará a tener un rol aún más relevante, sobre todo, a partir de la incorporación de las costas norte y oeste.
Hacia allí parece direccionarse la llegada de nuevos emprendimientos, que ahora tendrán reglas más claras para desarrollarse.
Como ejemplo de eso, el asesor letrado anticipó que nada podrá instalarse sin su propio sistema de cloacas, como ya ocurrió en Tierras del Fundador, buscando así evitar la contaminación del lago.
De hecho, ya se están incluyendo las nuevas áreas en el POUA (Plan de Ordenamiento Urbano Ambiental), creado por la actual gestión municipal para regular el crecimiento de la ciudad.
En cuanto a lo ya existente, Ispani destacó que ahora el Municipio contará con herramientas legales para controlar la actividad de algunos emprendimientos cercanos al lago, tal es el caso de una papelera, algunas mineras y criaderos de animales.
Hasta el momento, venían operando con escaso control en torno al impacto ambiental.
Desde el punto de vista tributario también se abre un nuevo horizonte, aunque Ispani asegura que no es el aspecto más importante y que se otorgarán plazos para los nuevos contribuyentes.
En relación con esto, el letrado aclaró que el Municipio también pasa a tener obligaciones, relacionadas con el control y acceso a servicios en las áreas indexadas.
Otro de los aspectos que resaltó es la inquietud de garantizar el acceso, al menos pedestre, a la totalidad del perilago. De esta manera, se busca evitar polémicas situaciones como las que ocurren en los lagos de Embalse o Los Molinos.
También hay un costado ambiental que resaltar, dado que se resguardará bajo la figura de reserva natural, una buena parte de montes nativos, sobre todo en la costa norte. Es creciente el número de pájaros que encuentran allí su refugio y el avistaje ya es una actividad frecuente.
Para dimensionar el alcance del nuevo ejido, es oportuno mencionar algunos espacios que quizás el imaginario popular ya lo consideraba como parte de Almafuerte, pero recién ahora lo son.
Como ejemplos, rumbo al límite con Río Tercero, que marca el canal Bagra, puede citarse, la estación de servicio ubicada junto a la rotonda, el reconocido hotel ubicado sobre la autovía sobre ruta 6 y el cementerio parque.
Hacia el sur, se integra el predio donde se emplazará la futura planta de tratamiento de cloacas, que está al aguardo de un financiamiento provincial.
Incluso, dentro de la propia ciudad, no estaba contemplada la cuarta etapa del barrio Tierras del Fundador.
A su vez, ambas márgenes del río Ctalamochita también pasan a formar parte del ejido, desterrando el antiguo límite que pasaba por el medio de su cauce.
Ispani explicó además, que la autovía facilitó la demarcación, haciendo las veces de "frontera".
En la Legislatura, también estuvieron presentes el secretario de Gobierno, Gerardo Velez, y el presidente del Concejo Deliberante, Luis Giacinti. Éste último ha sido uno de los funcionarios que siguió más de cerca la gestión iniciada en 2012 y se lo vio notablemente emocionado ante esta resolución.