Sólo un escenario con nombre propio en el rock de Córdoba

Artes y Espectaculos 31 de marzo de 2020 Por Tribuna
Por Maxi Carranza Especial
ARTES Escenario
El escenario de Refugio Guernica -reducto rockero de Córdoba- fue nombrado Víctor “Vitico” Bereciartúa, una leyenda

Cada escena musical tiene su circuito de lugares característicos, con recintos que se transforman en históricos y otros transitan una vida efímera. En estos sitios, muy pocos escenarios poseen nombre propio y la mayoría permanece anónimo. También sucede que el público que asiste a estos reductos desconoce la denominación de los tablados o la historia detrás de sus apelativos. En el ambiente rockero de la capital provincial hay solo un espacio en el cual su escenario fue bautizado con el nombre de una leyenda (viva) del rock nacional. Se trata de Refugio Guernica (Tillard 115), ubicado en la zona del ex Mercado de Abasto cordobés, cuyo responsable decidió llamar Víctor “Vitico” Bereciartúa (bajista de Alta Tensión, La Pesada del Rock and Roll, La Joven Guardia, Riff y Viticus) a su respectivo proscenio.

Canciller homenajeado
 Carlos Espinosa fue el encargado de Refugio Guernica (además de Jefe de Prensa de Cosquín Rock y En Vivo Producciones) varios años hasta su desvinculación en agosto de 2019. Cuando comenzó como productor debutó trayendo a Mad en 2008 (grupo de Villa Celina, Buenos Aires) y en segundo lugar a Vitico con su proyecto Viticus, quien venía a presentar su tercer disco a La Docta. A partir de ese momento se estableció una relación de amistad entre el programador y el “Canciller” del rock, quien terminó siendo homenajeado en el Guernica de Córdoba el 17 de mayo de 2014. Esa noche, en un “sencillo y emotivo acto” se descubrió la placa y se le entregó a un conmovidoVitico -en medio del show- un plato de metalgrabado por parte del periodista Marcelo Gómez, convocado como maestro de ceremonias. 
 Consultado por este cronista, Espinosa señaló lo siguiente: “En el mundo y en nuestro país sobre todo, los homenajes se hacen cuando alguien se muere y quise hacerle ese reconocimiento a Víctor en vida porque es parte de la historia del rock argentino. No sé si es muy significativo o no pero estaba bueno ponerle su nombre al escenario, que es el espacio del artista”. 
 El productor además, administra desde hace dos años, el proyecto denominado El Librero, a través de una plataforma virtual en la que comercializa libros de diferentes temáticas pero más que nada de ejemplares vinculados al rock.

Prócer en el mármol
 Para Vitico, ser reconocido en una sala que se llama Refugio Guernica es un honor por partida doble ya que conecta los orígenes familiares del artista con la música de rock. Su abuelo Pascual Bereciartúa Zumalacárreguies nativo de Segura, en el norte del País Vasco, localidad que el bajista pudo conocer en una gira con Viticus en el año 2005. Por su parte, Guernica fue la población vasca bombardeada por la aviación alemana e italiana en 1937, durante la guerra civil española, con cientos de habitantes asesinados. 
 El de Refugio Guernica no fue el único tributo que tuvo el “Canciller”, ya que el municipio de Tigre -lugar en el que vive hace décadas- lo nombró como “Personalidad destacada de la Cultura” y le entregó una plaqueta conmemorativa en 2014, apenas una semana antes que el homenaje cordobés.
 Consultado por este cronista en una de las últimas ediciones de Cosquín Rock, Vitico respondió lo siguiente: “Es un honor realmente tener una placa de mármol en ese lugar. Sitio que de alguna manera te pertenece por lo mucho que uno ha tocado ahí en tantos años de carrera”. En la actualidad el músico tiene 71 años, no detiene su motor y sigue vigente con más de medio siglo haciendo rock.

Escenarios anónimos y no tanto
 En el relevamiento realizado en los reductos rockeros de La Docta, salvo el de Refugio Guernica, ninguno posee nombre propio. Entre los consultados figuran los encargados de Urban Club (Alta Córdoba) Casa Babylon (Bulevar Las Heras 48), XL Abasto, Arte Club 990 (Bulevar Los Andes 337) y Macadam Bar (Bulevar Las Heras 258). Un sitio de la capital cordobesa que sí posee nombre es la Sala del Rey (Humberto Primo 439), el cual fue denominado “Valeria Lynch” en 2015, coincidiendo con el 10° aniversario del salón de bailes y eventos. La conocida cantante no es rockera pero lo fue en sus comienzos con la música (participó muy joven en la comedia Hair de 1971) y ha editado recientemente dos discos con repertorio del género. 
 Saliendo de la ciudad de Córdoba, uno de los escenarios alternativos del Cosquín Rock 2017 llevó el nombre de “Carlos Tórtola” -al menos por una edición-, en homenaje al productor musical fallecido poco antes de aquel festival. 
 Otro proscenio que lleva nombre y apellido es el ubicado en El Pungo, histórico pub cercano a La Cumbre, al norte de la provincia. El escenario del lugar se llama “Rubén Goldín”, decisión tomada por su dueño Gustavo Ferreri en 2012 por el apoyo que recibió en sus comienzos del cantautor rosarino.

Estoy muy solo y triste sin La Perla
 El bar La Perla de Once (en la esquina de Av. Rivadavia y Jujuy), en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, fue el sitio que alumbró el tema fundacional del rock nacional con La Balsa (Tanguito-Litto Nebbia) en 1967. Con la particularidad de que la canción fue compuesta en el baño de la confitería para no molestar a los parroquianos. Hasta hace unos años, el renovado lugar ofrecía números musicales bajo la supervisión de Rodolfo García (baterista de Almendra), luego el sitio cambió de dueño (y nombre) en 2017, pasando a integrar una cadena de pizzeríasy eso que había sido declarado “Sitio de Interés Cultural” por la Legislatura porteña. El escenario de La Perla se llamaba “Litto Nebbia” y el sitio se parecía más a un museo que a un bar, con sus paredes llenas de fotos de artistas, placas conmemorativas y la letra completa de La Balsa en las puertas de los baños. Bastante antes que estos náufragos rockeros, el sitio estuvo frecuentado por escritores como Macedonio Fernández o Jorge Luis Borges con tertulias interminables. 
 Ya sea en el baño de una confitería, una mesa de bar o una plataforma acondicionada para actuaciones, de lo que no quedan dudas es que para cada creador el mejor escenario es la vida.

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