Al cabo de tres años y medio con presencia todos los sábados en la Plaza de la Intendencia, la "feria franca" se ha consolidado como oportunidad para productores y consumidores en Almafuerte.
"Estamos orgullosos por lo logrado porque estamos al alcance de las personas con más necesidades. Es algo que debería existir en todas las localidades", afirma su principal promotor Daniel Oliva.
A su vez, explica que el reglamento para participar es claro; solo se pueden vender productos manufacturados, es decir, no está permitida la reventa y otra condición es ser habitante de Almafuerte.
En su mayoría lo que allí se comercializa es la producción del "cinturón verde", pero está abierta para otros productos comestibles, plantas, artesanías, etc. Oliva aclaró que todo está sujeto a controles previos de bromatología por parte del Municipio.
También remarcó que la inscripción se realiza sin costo en la Municipalidad y solo se abona unos 100 pesos por la libreta sanitaria. Tampoco se cobra el acceso a los gacebos que fueron confeccionados en conjunto con la anterior gestión municipal. 
Por ahora, no deben pagar un canon municipal aunque todavía no hubo una reunión formal con las nuevas autoridades, para lo cual se aguarda también la vuelta del Concejo Deliberante.
Oliva precisó que hay unos 50 inscriptos, aunque son alrededor de 20 los que participan de manera permanente.
A su vez, destacó que la feria ha logrado regular el mercado con precios convenientes que atraen no solo a consumidores locales sino también de la región. 
En esta época de afluencia turística, también reciben visitantes de diferentes puntos del país que en algunos casos "se sorprenden con los precios", afirma el organizador.
Según argumenta, la ausencia de intermediarios entre el que produce y el que consume, es lo que promueve estas ofertas.
"Está pautado que todos los puestos tengan el mismo precio por igual producto, la única diferencia puede ser la calidad", explicó.
Consciente de que la feria genera cierto malestar en otros comerciantes,  afirmó: "Por cuatro horas a la semana, no le hacemos daño a nadie y muchos de los que dicen que no pagamos impuestos, no entregan tickets en sus locales".
Oliva destacó especialmente a la comunidad boliviana en el cinturón verde, porque las quintas y el canal estuvieron siempre pero no había quien las trabajara.

Mercado de abasto
En sintonía con este crecimiento de la producción, ya se plantean un siguiente paso más ambicioso, crear un mercado de abasto para vender al por mayor hacia toda la región. 
Esta iniciativa que naturalmente demanda apoyo gubernamental para concretarse, intenta diferenciarse de alguna experiencia fallida en la ciudad. Muchos recuerdan esa gran estructura levantada sobre avenida Alem que llegó a ser considerada un "elefante blanco" y ahora tiene un uso industrial.
Oliva apunta una vez más a los intermediarios como principal causa de aquel fracaso y asegura que no necesitan un lugar tan grande para llevar adelante este reeditado proyecto.