De aquí en más, siguiendo el estándar de ciudades modernas, cualquier nueva urbanización en Río Tercero deberá tener cableado subterráneo.

Así quedó establecido esta semana en el Concejo Deliberante, donde la nueva ordenanza fue aprobada por unanimidad.

El consenso entre los ediles deja en evidencia que se trata de una tendencia necesaria en torno al futuro crecimiento urbano.

Naturalmente, surgirán condicionamientos, siempre atados a una cuestión económica pero existen numerosos fundamentos en los cuales apoyar esta exigencia.

El proyecto de ordenanza fue presentado por los concejales del bloque del Frente Todos por Río Tercero: Danilo Cravero, Vanesa Crespo y Hugo Pedone.

Éste último hizo hincapié en la protección del arbolado, la seguridad y la contaminación visual, como principales fundamentos.

“Tenemos que empezar a construir la idea de ciudad moderna, que no deja de ser una forma de embellecerla”, destacó Pedone.

Entre los argumentos esgrimidos en el proyecto de ordenanza, se recuerda que el cableado aéreo obliga a la poda excesiva de especies arbóreas, que muchas veces son mutiladas y luego sus ramas crecen más débiles de lo habitual, potenciando el riesgo de caída de ramas en la vía pública.

También considera primordial la necesidad de contar con un arbolado sano y fuerte, como consecuencia de los problemas ambientales.
 

Otro aspecto apuntado es la problemática que se genera en casos de asistir siniestros, como consecuencia del cruce de calle con redes eléctricas, por ejemplo para los bomberos, citó Pedone.

La existencia de cableados aéreos también presenta riesgos potenciales, para personas y bienes, en caso de catástrofes naturales. 

Desde la cuestión económica es esperable que surjan algunas objeciones por parte de los prestadores de servicios involucrados en esta normativa. 

Vale recordar que esto regirá para la distribución de servicios aéreos en su totalidad, como redes de energía eléctrica, iluminación, teléfono y cables de redes de televisión e internet. 

“Hay quienes afirman que hay una diferencia sustancial en los costos, especialmente gente de la Cooperativa, pero le demostramos que se puede hacerse por mucho menos”, apuntó el concejal.

Según afirma, el incremento no debería superar un 20 por ciento. ”Incluso hay muchas alternativas, pero bueno, tienen toda una estructura armada para que sea aéreo”, entendió Pedone en relación a reacciones contrarias.
 “En un terreno nuevo, donde puedo zanjear y poner una serie de ductos, se reduce mucho el costo, además, los terrenos tendrán mayor valor de reventa”, replicó.

El edil espera que la mayor resistencia llegue a la hora de hacer modificaciones sobre lo que ya está construido.
 Ese fue uno de los puntos de debate en el Concejo, de todos modos el cambio no será inmediato, teniendo en cuenta la actual coyuntura económica.

La ordenanza establece que “el tendido existente será reconvertido de acuerdo a los recursos con que se cuenten y sean posibles de erogar”.

A su vez, será ejecutado a través de un plan de reconversión determinado por el Departamento Ejecutivo Municipal, supervisado por profesionales en la materia.

No obstante, aunque no se especifiquen plazos, el objetivo es llegar hasta el 100 por ciento de ejecución dentro de la ciudad de Río Tercero.

Si bien hay nuevos loteos ya aprobados que no tienen la obligación de acatar esta normativa, Pedone sugirió que lo hagan porque “es el futuro, lo que se viene y no tiene sentido tener que cambiarlo en algunos años”.

El concejal citó como ciudades de referencia en cableado subterráneo a La Punta en San Luis y también mencionó que comenzó un proceso similar de transformación en Villa María.

Para evitar otra tragedia

Nicolás Cravero
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El riesgo latente que implica el cableado aéreo, muchas veces subestimado, fue uno de los argumentos para plantear esta ordenanza.
En este sentido, la ciudad cuenta con un fatídico antecedente ocurrido el 31 de marzo de 2016, que provocó la absurda muerte de Miqueas Érmoli.
Aquella mañana, en alrededores de la plaza ubicada entre las calles Belisario Roldán y Aníbal Troilo, un colectivo de dos pisos enganchó y tiro cables telefónicos. Posteriormente, un camión los tensó de forma accidental y eso hizo que el joven riotercerense volara y terminara contra las rejas de una vivienda, donde falleció en forma instantánea.
Se estima que todavía pasarán algunos años para que ese riesgo urbano desaparezca, porque cambiar lo existente, como ya se explicó, no será inmediato.
No obstante, este es un primer paso, para creer, que se puede evolucionar hacia un futuro mejor, de cuidado del medio ambiente y de nosotros mismo, por encima de mezquinos intereses económicos.