Movilidad humana: el desafío de quienes llegan a la ciudad en busca de oportunidades

Locales 02 de noviembre de 2019 Por Tribuna
Un ejemplo de resiliencia. Una joven familia venezolana radicada en la ciudad contó a TRIBUNA su experiencia de cómo llegaron a Río Tercero. Mañana se realizará un relevamiento de la comunidad migrante radicada en la ciudad. Estará a cargo de los voluntarios de Cruz Roja Argentina.
VENEZONALOS

Río Tercero se ha convertido en los últimos años en una ciudad de acogida para los migrantes de distintos países, principalmente de América Latina, como Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y principalmente Venezuela, quienes salen de su patria en busca de mejores oportunidades personales y laborales para todo el grupo familiar. 

 Esa es por estos días la principal motivación de las decenas de personas en situación de movilidad que llegaron a la ciudad de Río Tercero anhelando una mejor calidad de vida que en sus tierras, por distintos motivos, no pudieron conseguir.
 

Con el objetivo de poder brindar ayuda a la comunidad migrante y guiados por su misión que es ayudar a las personas en situación de vulnerabilidad, los integrantes de Cruz Roja Argentina filial Río Tercero realizarán mañana domingo un relevamiento de la comunidad migrante radicada en la ciudad.    Según datos extraoficiales el número de migrantes venezolanos radicados en la ciudad ascendería a 400, lo cual posiciona a Río Tercero como la mayor receptora de extranjeros en la región. Es por eso que desde mañana se comenzará a realizar un relevamiento para tener datos exactos de esta comunidad,  lo que permitirá conocer la realidad de esas personas que hoy ya son vecinos locales. 

 "El objetivo de este relevamiento es poder contar con un número real de la población migrante en la ciudad para así poder empezar a trabajar en conjunto en las diferentes líneas de acción que se bajan desde Sede a todo el interior del país", sostuvo Paulo Sánchez presidente de la institución. El joven dirigente agregó: "Contar con datos de cuál es la situación actual de la comunidad migrante, de sus necesidades más urgentes, permitirá articular de manera más eficaz con los puntos focales que hay en distintas partes del país para así poder brindarles asesoría legal y toda la información necesaria para que puedan instalarse en la ciudad y sentirse cómodos".  

Por su parte, la coordinadora del grupo de voluntarios Luciana Urquiza destacó: "Cuando decidimos empezar a trabajar con este tema lo hicimos a través de un primer encuentro informal en la filial. Nuestro objetivo era conocer el otro lado de la migración como fenómeno. Abrirle las puertas a alguien que está pasando por el desarraigo, ofrecerle un lugar donde puedan encontrarse entre ellos y con nosotros, que sientan que es un espacio donde van a encontrar a alguien que los escuchará. Esas eran nuestras principales ideas. Pero nos sorprendieron -los migrantes- durante la actividad porque ellos mismos nos dijeron que podíamos ir por más, conocer a toda la comunidad, llevar a cabo más acciones y eso fue una gran motivación para todo el grupo, porque pasamos de plantear un espacio de encuentro a plantearnos objetivos más grandes". 

Plan de acción 
   El programa de Movilidad Humana, como se llama para Cruz Roja Argentina, es una herramienta que se implementa en todo el país en cada una de las filiales y permite llevar a cabo la misión que tienen los voluntarios que integran esta organización de ayuda humanitaria que es poder contribuir a mejorar la calidad de vida de las personas. Entre las líneas de acción que se pueden ejecutar se destaca la asesoría legal para la realización da trámites como la solicitud del DNI y el apostilleo de documentos, además de acompañar en los procesos de escolarización de los niños y adolescentes. Otro de los aspectos que se abordará desde la organización humanitaria es el acompañamiento y asesoramiento ante situaciones de discriminación o violencia de género y/o familiar.

En primera persona
 Para muchos migrantes llegar a la ciudad de Río Tercero no fue un proceso fácil y por eso TRIBUNA dialogó con una familia de venezolanos que decidió dejarlo todo para radicarse en Argentina en busca de una mejor calidad de vida.
   Jhoan López Ortiz  (30) llegó a la ciudad hace un año y siete meses y aunque no lo aparente, cuenta en su interior los días que lleva fuera de su patria. "Fue una decisión difícil de tomar porque tenía que venirme primero solo, conocer el lugar, instalarme y después ver si podía traer a mi esposa y a mi pequeño hijo", empezó relatando. 

 "La situación en Venezuela ya era insostenible, con lo que ganábamos en nuestros trabajos no nos alcanzaba para poder vivir. No fue una decisión que tomamos de un día para otro pero era necesaria por nuestra familia", admitió.

   Para los migrantes o personas en movilidad, como lo define la organización humanitaria, el proceso de llegar a un lugar desconocido, en un país donde las costumbres son muy diferentes, es un desafío que no todos pueden afrontar de igual modo. Algunos lo toman de manera negativa y "hasta triste" lo definen, mientras que  otros, como es el caso de Jhoan  y su esposa Giovanina  Maddaloni Pizzuto (35), lo hacen de manera positiva, intentando dejar atrás las experiencias malas o traumáticas del proceso para poder seguir adelante, pensado en un futuro mejor para su pequeño hijo.
 

  "Para mí salir de Venezuela no fue sencillo, porque no contaba con la cédula -DNI- de mi hijo, solo tenía su partida de nacimiento. Nuestro viaje a diferencia de lo que piensa la mayoría no fue en avión. Lo hicimos en  en bus hasta llegar a Río Tercero; estuvo lejos de ser una experiencia amena o agradable. Todo lo contrario, viajé en bus 17 días con mi bebé", cuenta Giovanina.

   "Antes de salir me habían dicho que no iba a tener problemas con el niño si no tenía su cédula, pero en realidad no fue así. En cada una de las paradas, dentro de Venezuela y luego en los puntos fronterizos, era un requisito que nos pedían. Los días iban pasando y la desesperación de poder llegar a donde estaba mi esposo era cada vez mayor. Viví una situación muy fea, traumática te diría. En el paso fronterizo de Colombia nos empezaron a controlar y a pedir los papeles y documentos, nos hicieron bajar del bus y me pidieron que dejara a mi niño pequeño solo en una sala mientras yo realizaba el trámite y les mostraba a las autoridades su partida de nacimiento. Allí fue en el momento que más miedo tuve por mí porque un hombre intentó sobrepasarse conmigo, y por mi hijo que no sabía qué iba a pasar con él. Hoy le agradezco a Dios que estamos bien, que pudimos llegar a Río Tercero y que estamos los tres juntos. A veces extrañamos nuestra patria, porque allá dejamos  nuestros afectos y el trabajo pero agradecemos día a día la nueva oportunidad que nos dieron aquí", relató con lágrimas en los ojos la mujer.
 

 Hoy Jhoan, Giovanina y su pequeño hijo de tres años están completamente instalados, él trabaja en una pinturería y ella se dedica al cuidado del pequeño: "Hasta que pueda comenzar a ir al jardín", afirmaron.  Antes de radicarse en Argentina esta pareja tenían trabajo en Venezuela. Ambos son profesionales, ella es licenciada en Enfermería y el se desempeñaba como funcionario policial. "Cuando llegué, empecé a repartir currículum por todos lados, necesitaba empezar a trabajar para así pedirle a mi esposa e hijo que se vinieran. Hice changas, como le dicen aquí, de lo que sea, así estuve un par de meses hasta que me tomaron en este comercio y de verdad estoy totalmente agradecido por la oportunidad que me dieron", explicó Jhoan y aclaró: "En mi situación fue tal vez un poco más sencillo porque tenía la documentación".

    Hoy el principal desafío que tienen las personas migrantes radicadas en la ciudad de Río Tercero es poder acceder a la asesoría legal para completar los trámites de documentación personal y revalidación de los títulos y matrículas profesionales. Es por eso que surgió la iniciativa de relevar la comunidad y así poder comenzar a ejecutar las líneas de acción que Cruz Roja Argentina tiene para poder brindar asistencia y asesoría.

Agradecimiento
    Cada uno de los migrantes que participaron del primer encuentro cultural destacaron que tras su llegada a Río Tercero fueron bien recibidos por los riotercerenses: "Estamos más que agradecidos por todo lo que los vecinos de esta ciudad hicieron y hacen por nosotros, siempre bien dispuestos a colaborarnos, a darnos una mano en lo que sea. Y por eso nosotros vamos a estar agradecidos toda nuestra vida, porque si no, nos hubiera sido mucho más difícil nuestra llegada", dijo Jhoan. 

 "Estoy completamente agradecida con los argentinos, porque durante todo mi viaje con mi hijo, en el único lugar que nos trataron bien y nos ayudaron y orientaron un poco fue cuando cruzamos la frontera del país; allí sentí que podía tener una esperanza. Y en mis pocos meses aquí en Río Tercero, son siete ya, me sentí bien, los vecinos nos ayudaron e hicieron que no me sintiera tan sola aquí", finalizó emocionada Giovanina

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